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viernes, 8 de julio de 2016

La amistad con el mundo, es enemistad con Dios... El que quiera ser amigo del mundo, se vuelve enemigo de Dios

RECUERDA Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6




LA APOSTASÍA MANCHA LOS CULTOS A DIOS
¿DEBEMOS APLAUDIR
 EN
LOS CULTOS A DIOS?

Un estudiante colombiano que nos lee nos ha escrito planteándonos lo siguiente: 

"La iglesia a que pertenezco tiene un pastor joven que nos dice: El culto sin palmadas y aplausos es un culto sin vida. 

Este planteamiento ha dividido nuestra congregación. 
Quisiera que usted me proporcione una respuesta sensata. 
¿Que opina usted en relación con el culto amenizado con aplausos?            

Respuesta: 
He visto iglesias grandes y pequeñas. 
Unas fervientes en espíritu y otros tibias. 
Pero  no he visto iglesias que hayan amenizado sus cultos con aplausos en el pasado. 

Y debemos preguntarnos si el culto con aplausos tendrá algo que ver con la anunciada apostasía de la iglesia.

            En 1 de Juan 2:15, se nos dice: 
            "No améis el mundo, ni las cosas que están en el mundo." 
            Si alguno ama los métodos del mundo el amor del Padre no está en el.        

            En el pasado los templos se edificaban con el propósito de que en ellos se rindiese culto a Dios. Jesucristo nos enseña que solamente Dios es digno de recibir adoración. 
Y preguntamos: 
Los que pretenden amenizar el culto con aplausos: 
  • ¿piensan que Dios está presente?  
  • ¿Si vieran presente a Dios se atreverían a aplaudir?  
La palabra "aplauso" se encuentra una sola vez en la Biblia; y no se refiere a aplauso de persona (Is. 55:12).

            No hay una sola evidencia en la Biblia que nos diga o sugiera que la presencia del Señor haya motivado a un ser humano a aplaudir.  

Juan, el discípulo amado, nos dice que vio al Señor tal comos es ahora; "y cuando le vi - dice Juan en Ap. 1:17 - caí como muerto a sus pies".  Y el profeta Isaías nos dice: "El año que murió el rey Uzías vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime... entonces dije:  ¡Ay de mí! que soy muerto, porque siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de un pueblo de labios inmundos, han visto mis ojos al Rey Jehová de los ejércitos".          

Una de las revelaciones más grandes sobre la alabanza al Señor en el futuro se encuentra en Ap. 5:8 al 14. Y no vemos en este pasaje palmadas y aplausos; lo que vemos es adoradores postrados delante del Señor.

        Los aplausos tiene su lugar en la esfera seglar. 
Se aplaude: 
  • en los congresos legislativos, 
  • en la tribuna política, 
  • en un teatro, 
  • en un salón social.  
Se aplaude:
  • al orador, 
  • al cómico, 
  • al artista, 
  • al mago, 
  • al payaso. 
Pero un templo no es un lugar apropiado para aplaudir ni para recibir aplausos.

       ¿A quién aplauden los que ahora quieren aplaudir en los cultos?  
A los que actúan frente a ellos. Y esto puede conducirnos a que en el templo no se conceda a Dios el primer lugar, sino a los que reciben los aplausos de la congregación. 

Un culto amenizado con aplausos ni tienen a Dios en primer lugar ni resulta agradable al Señor.
El profeta Habacuc nos dice: "Jehová está en su santo templo; calle delante de él toda la tierra".

Si lo que vas a decir en un templo dedicado a Dios no está motivado por el respeto y la reverencia a Dios, cállate.  Porque el templo no es el lugar adecuado para dar culto a otro que no sea el Dios Altísimo. 

Cuando Dios estableció el primer sistema de culto en un templo, dijo a los llamados a participar de aquel culto: "MI SANTUARIO TENDREIS EN REVERENCIA" (Lev. 19:30, y 26:2). Y San Pablo nos exhorta en Hebreos 12:28, a servir al Señor con "temor y reverencia".

        Desde los días de los apóstoles hasta hace poco tiempo, los cristianos se congregaban en los templos con el propósito de tributar culto a Dios, y hacerlo en espíritu y en verdad.  

Las partes fundamentales de la liturgia cristiana eran: 
  • el canto de alabanza al Señor, 
  • la oración, 
  • la lectura bíblica y 
  • la predicación del Evangelio.  
Hasta ahora no sabíamos de ninguna religión cuyos devotos pretendiesen tributar culto a su Dios o a sus dioses por medio de aplausos.  

         El culto a Dios debe tener carácter sagrado. Debe inspirar respeto y reverencia. Si Dios se dirigiera hoy a algunas iglesias, como se dirigió un día a los israelitas que convocaban asambleas y fiestas solemnes, puede que les dijese: vuestros cultos y métodos de alabanza me producen el efecto de un vomitivo, no los puedo soportar.

         Dicen las Sagradas Escrituras que donde no hay dirección sabia el pueblo perece. (Prov. 11:14. Jueces 17:6). 

Resumiendo:
  1. El aplaudir en los templos ha surgido estos días, después de 20 siglos de cristianismo. ¿Han fallado los líderes del cristianismo en los 20 siglos pasados o estamos fallando los que vivimos en los últimos días del presente siglo?
  2. Ni en la Biblia ni en la Historia encontramos apoyo para aplaudir en un culto que se supone que tenga a Dios por objeto.
  3. Los aplausos tienen su lugar en la esfera mundana, pero no en los templos.
  4. Hasta ahora ninguna religión ha adorado a su Dios o a sus dioses por medio de aplausos.
  5. Los aplausos y la reverencia no ligan.  Los aplausos matan la reverencia.
  6. Dios demanda reverencia en su santuario.   
  7. Los aplausos en los templos constituyen un aspecto de la apostasía.  
  8. Los pastores están llamados a dirigir las iglesias.  Y dice la Escritura que tendremos que dar cuenta a Dios. (Heb. 13:17).

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lunes, 18 de abril de 2016

¿Resulta que ahora me he hecho vuestro enemigo por deciros la verdad?

RECUERDA Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6




Nos preparamos para enseñar en la congregación
Pablo Apela a los Gálatas para atraerlos nuevamente
Gálatas 4:12-20
12 Os ruego, hermanos, que os hagáis como yo, ya que yo me hice como vosotros. No me habéis hecho ningún agravio. 
13 Sabéis que fue a causa de una debilidad física que os anuncié el evangelio la primera vez; 14 y lo que en mi cuerpo era prueba para vosotros, no lo desechasteis ni lo menospreciasteis. Al contrario, me recibisteis como a un ángel de Dios, como a Cristo Jesús. 
15 ¿Dónde está, pues, vuestra bienaventuranza? Porque os doy testimonio de que si hubiera sido posible, os habríais sacado vuestros ojos para dármelos. 16 ¿Resulta que ahora me he hecho vuestro enemigo por deciros la verdad? 
17 Ellos tienen celo por vosotros, pero no para bien; al contrario, quieren aislaros para que vosotros tengáis celo por ellos. 
18 Bueno es ser siempre celosos del bien, y no solamente cuando estoy presente con vosotros. 
19 Hijitos míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto hasta que Cristo sea formado en vosotros, 20 yo quisiera estar ahora con vosotros y cambiar el tono de mi voz, porque estoy perplejo en cuanto a vosotros. 

Título


Una apelación personal (Gálatas 4:12–20)

Pablo se detiene por un momento en la presentación de su argumento para hacer una apelación a sus convertidos gálatas. 

Les suplica que adopten una actitud como la de él mismo hacia la ley ceremonial judía. Luego les recuerda las circunstancias bajo las cuales él les había traído el evangelio y el afecto con el que lo habían recibido, a pesar de que él padecía de una aflicción repulsiva. 

Pablo llama la atención al móvil del interés de los que se oponen a él, en comparación a los “dolores de parto” que Pablo sufrió por los gálatas. Su único deseo es que pudiera estar con ellos en persona, a fin de que pudiera suavizar el tono de su apelación.

Designando a los gálatas con un término afectuoso, hermanos (12), Pablo implora: os ruego (“os suplico”, NVI). 

Ya el apóstol dejó de discutir; ahora está implorando. Y su apelación personal es: Que os hagáis como yo, porque yo también me hice como vosotros. Esta es una referencia específica a la comprensión que Pablo tenía de la ley. El, judío por nacimiento, había escogido el camino de la fe. 

Los gálatas, que previamente habían aceptado la fe cristiana, estaban ahora listos a renunciar a ella en favor del camino de la ley, el mismo que Pablo había rechazado. Así que él hace la apelación de que se vuelvan otra vez lo que él se había vuelto.

El significado de la ambigua frase, Ningún agravio me habéis hecho, era indudablemente claro para los gálatas, pero no lo es para el lector moderno. La mayoría de las versiones hispanas son similares: “Ningún agravio me hicisteis” (BJ.). Pero Phillips lo traduce así: “No tengo nada contra vosotros personalmente.”

a. El recuerdo de la recepción que los gálatas le dieron (Gálatas 4:13–16). 
El pensamiento de que su trabajo entre los gálatas pudiera resultar en vano inunda la mente del apóstol con recuerdos de cómo lo habían ellos recibido. 

Pues vosotros sabéis que a causa de una enfermedad del cuerpo os anuncié el evangelio al principio (13). Esta es una alusión al hecho de que la predicación de Pablo entre ellos se debió a su enfermedad. Tal vez el apóstol fue a Galacia, o se quedó allí porque estaba enfermo. La cláusula al principio identifica esta visita como la primera que les hizo.

Lo que le daba importancia a esto en la apelación de Pablo era la reacción de los gálatas a esta condición que era fuera de lo común: Y no me despreciasteis ni desechasteis por la prueba que tenía en mi cuerpo (14). 

Su aflicción física era tan ofensiva que había sido una prueba severa (“la prueba que suponía para vosotros mi cuerpo”, BJ.) para ellos. Se habían visto tentados a tratarlo con desprecio (“repulsa”, BJ.). En vez de ello, lo recibieron como si hubiese sido un ángel de Dios, como a Cristo Jesús. La recepción que le habían dado había sido abrumadora. En vez de despreciarlo, le dieron la bienvenida como a un ángel de Dios.

Al recordar tal bienvenida, Pablo correctamente podía ahora hacer la pregunta: ¿Dónde, pues, está esa satisfacción que experimentabais? (15). 
¿Qué le había pasado a esa actitud mental gracias a la cual ellos (lit.) “se habían bendecido a sí mismos”? 

La pregunta de Pablo es retórica, lo que significa que tal actitud había cesado. La recepción feliz que le habían dado a Pablo y a su mensaje había sido tan genuina, que él ahora podía dar testimonio de que si hubieseis podido, os hubierais sacado vuestros propios ojos para dármelos. 

Frecuentemente se ha dado por sentado que esta declaración indica que la enfermedad de Pablo (cf. v. 13) tenía que ver con su vista, pero es del todo posible que esto sea meramente una vívida ilustración de la disposición de los gálatas de hacer cualquier cosa humanamente posible para él. Como quiera que sea el caso, Pablo describe aquí la completa abnegación de ellos demostrada en su disposición a ayudarlo.

A la luz de esto, Pablo ahora pregunta: ¿Me he hecho, pues, vuestro enemigo? (16). El, a quien otrora consideraran un amado ángel de Dios, y por quien hubieran sacrificado sus ojos con alegría, ahora se ha vuelto un enemigo, que literalmente los odia. Debe recordarse que esto es la perspectiva que los gálatas evidentemente estaban tomando hacia Pablo, y no expresa los sentimientos del apóstol en forma alguna. El sugiere que han adoptado esta actitud porque les ha dicho la verdad. No había hecho nada sino predicarles el verdadero evangelio —la verdad puesta a prueba en el crisol de su propia experiencia.

b. No todo el celo religioso proviene de Dios (Gálatas 4:17–20). 
En contraste a su propia veracidad franca, Pablo se da cuenta de que los judaizantes tienen celo por vosotros (“mucho interés”, VP.), pero no para bien (17). Los contrincantes de Pablo estaban “profundamente interesados” en los gálatas, pero no para su bien. Su interés se debía a otra razón: quieren apartaros de nosotros. 

Lo que los judaizantes querían era impedir que estos convertidos permanecieran bajo la influencia de Pablo. Su propósito era que los gálatas tuvieran celo por ellos. O sea que los enemigos de Pablo querían separar a sus convertidos de él, y ligarlos a ellos mismos.

El apóstol reconoce que bueno es mostrar celo en lo bueno siempre, y no solamente cuando estoy presente con vosotros (18). Es difícil interpretar este versículo, pero a la luz de la declaración previa parece que Pablo está diciendo que es bueno que estos gálatas tengan a alguien que se preocupe por ellos. La NVI lo traduce así: “Es estupendo ser objeto de cariño, con tal que el fin sea bueno, y serlo en todo tiempo, y no sólo cuando estoy presente entre vosotros.”

En los versículos 19–20 Pablo expresa cuán profunda es su preocupación por los gálatas, en contraste con el interés superficial de sus oponentes. Se dirige a sus convertidos en una forma afectuosa: Hijitos míos (19). Esta es una expresión paulina frecuente. 

El apóstol compara su profundo interés por los gálatas con el de una mujer que está con dolores de parto: por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto, hasta que Cristo sea formado en vosotros (19). Tal lenguaje revela gráficamente el profundo interés de Pablo y la figura evoca una nota a la que responde el corazón de cualquier madre. Sólo el amor supremo produce tal ligazón con otra persona. 

La palabra traducida formado (morphoo) es particularmente lúcida: extiende la figura de “Cristo en vosotros” (Col. 1:27) al embrión recientemente formado en el vientre. La palabra importante aquí es vuelvo (19). Esta era la segunda vez que Pablo había pasado por esta agonía de la paternidad espiritual. La expresión denota la extensión de la apostasía de los gálatas.

Pablo concluye esta apelación personal con la expresión de su vehemente deseo: quisiera estar con vosotros ahora mismo y cambiar de tono (20). ¿Cuándo es más apreciada y necesitada la presencia de un ser amado que en el momento de nacer? Este anhelo conmovía el corazón del apóstol. 

Las palabras escritas pueden ser frías y hasta mal entendidas. Pablo quería que sus lectores estuvieran seguros de su interés amoroso. Nada podría lograr eso excepto su presencia; pero obviamente esto era imposible. En el deseo de Pablo también estaba entretejido el elemento de incertidumbre: pues estoy perplejo en cuanto a vosotros. Su perplejidad se debía a que no estaba seguro en cuanto a los gálatas. 

La Biblia de Jerusalén reza: “No sé cómo habérmelas con vosotros.” ¿Cómo podía haberse desarrollado esta situación entre sus amados gálatas?

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lunes, 18 de mayo de 2015

Y le hablarás diciendo: Así dice YHVH: ¿Has asesinado, y también tomas posesión? Y le hablarás diciendo: Así dice YHVH: En el mismo sitio donde los perros lamieron la sangre de Nabot, los perros también lamerán tu sangre/ Juicio sobre los asesinos y la razón de los poderosos despojadores

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6


 

 
Tipo de Archivo: PDF | Tamaño: MBytes | Idioma: Spanish | Categoría: Capacitación Ministerial
Información 


La viña de Nabot
   
    Había en tierras de Samaria un hombre llamado Nabot. Tenía una viña junto al palacio de Ajab, rey de Samaria. El rey dijo a Nabot: «Cédeme tu viña para hacer un huerto para legumbres, pues está muy cerca de mi casa. Yo te daré otra viña mejor y si esto no te conviene te daré en dinero su valor». Pero Nabot le respondió: «Guárdeme Dios de cederte la heredad de mi padre». Volvió el rey a su palacio triste y encolerizado por la negativa de Nabot. Se acostó en su lecho y no quiso comer. Jezabel su mujer, vino a él y le dijo: «¿Por qué estás triste y no quieres comer?» El rey contó a su mujer la respuesta de Nabot referente a la compra de la viña. Jezabel le dijo: «Levántate y come. Yo te haré con la villa de Nabot».

    Escribió ella cartas en nombre del rey y sellolas con el sello real y las mandó a los ancianos y magistrados de la ciudad donde vivía Nabot. Las cartas decían: «Promulgad un ayuno y traed a Nabot delante del pueblo y poned ante él a dos malvados que atestigüen contra él, diciendo: "Tú has maldecido a Dios y al rey"; y sacarle luego y apedrearle hasta que muera.

    Las gentes de la ciudad de Nabot, ancianos y magistrados que habitaban en la ciudad, hicieron lo que las cartas mandaban. Trajeron a Nabot ante el pueblo y dos hombres malvados, mintiendo gravemente, acusaron a Nabot delante del pueblo, diciendo: "Nabot ha maldecido a Dios y al rey". Luego le sacaron de la ciudad y a pedradas lo mataron. Cuando el rey Ajab se enteró de la muerte de Nabot, se fue a tomar posesión de la viña de Nabot. La calumnia, el crimen y el robo estaba perpetrado. Entonces, Dios habló al profeta Elías y le dijo: "Vete al encuentro de Ajab, rey de Israel y dile": "Así habla el Señor: ¿No eres tú un asesino y un ladrón? En el lugar mismo donde han lamido los perros la sangre de Nabot lamerán tu propia sangre, los perros comerán a Jezabel cerca del muro de Jezrael".

    El rey de Israel estaba en guerra contra el rey de Siria. En una de las batallas, en que la lucha fue encarnizada, el rey Ajab cayó gravemente herido y murió. Los perros vinieron a lamer su sangre y algunas mujeres se lavaron en ella.
    Los enemigos de Jezabel ordenaron fuera arrojada por la ventana. Se apoderaron de ella y la arrojaron por la ventana. Su sangre salpicó los muros y fue pisoteada. Los perros la comieron. Fueron a enterrarla, pero sólo hallaron de ella el cráneo, los pies y las palmas de las manos.

    Así fueron castigadas por el Señor las calumnias proferidas contra Nabot.

Sugerencias metodológicas:

    Objetivo:
Valorar el octavo mandamiento "No darás falso testimonio ni mentirás"

    Contenido:

    El octavo mandamiento de la Ley de Dios nos manda: "No dirás falso testimonio ni mentirás". Mentir es decir lo contrario de lo que se piensa con intención de engañar a otro es una acción fea. Dios, que es la Suma Verdad, quiere que al hablar digamos la verdad. Vas una tarde a la estación y preguntas a qué hora sale el rápido de la mañana y te contestan que a las ocho, y no es verdad, el tren sale a las nueve. Te han engañado y mentido. Y además te han perjudicado, pues te han hecho madrugar con exceso. Vas al sastre a comprar un traje. Y éste te enseña una tela muy bonita, pero de mala calidad, pero el sastre te engaña, diciendo que es la mejor tela que existe. Te miente y te perjudica. Comete un pecado grave o leve, según el perjuicio que os haga.

    ¿Podemos alguna vez callar la verdad? Debemos callar la verdad cuando lo crearnos conveniente y de una manera justa. Como cuando alguno nos pide prestado y le decimos que no tenemos nada para darle, aunque de veras tengamos.
    Se peca contra el octavo mandamiento cuando atribuimos o decimos defectos y faltas del prójimo que no ha cometido. A esto se le llama calumnia.

    La maledicencia es hablar mal del prójimo injustamente, difundiendo sus defectos y faltas que ha cometido o tiene, privándose de su fama y honor.

    La honra del prójimo es un tesoro que todos debemos respetar, pues es la estima de la propia dignidad. A nadie le agrada que se hable mal de él, ni se le calumnie, ni demuestre sus defectos.
    Actividades:
    1. El profesor lee el texto y comenta el Contenido.
    2. Los chicos contestan por escrito a estas preguntas:
        a) ¿Qué le pidió el rey a Nabot?
        b) ¿Qué hizo Jezabel?
        c) ¿Por qué mataron a Nabot?
        d) ¿Cómo murió Ajab?
        e) ¿Qué pasó al final con Jezabel?
        f) ¿Qué nos enseña esta historia?
    3. Escribir en la pizarra el resumen de las contestaciones a la pregunta f).

    Norma de conducta:

    Dios nos ha dado la lengua para hablar bien de todos y decir la verdad.

La maldad de Acab y Jezabel enfrentada por Elías no se limitaba al culto de Baal, sino que se proyectaba en el despojo de sus súbditos. 

El episodio de la viña de Nabot (1Reyes 21) es representativo de la repetida historia del despojo de las tierras de los campesinos por los gobernantes y grandes propietarios. 

Otros profetas se referirían a estas situaciones: Isaías 5:8; Miqueas 2:2. Elías expresa la sentencia divina contra Jezabel y contra la descendencia de Acab. Derrotado y muerto éste en combate con las tropas del rey de Aram, a pesar de los buenos augurios de los falsos profetas, le sucedió su hijo Ocozías, que anduvo por el camino de su padre y de su madre e hizo pecar a Israel y murió pronto.

Según 2 Reyes 2:1-13 tras la muerte de Ocozías, (852 a. C.) Dios traspasa el oficio de profeta a Eliseo, «un carro de fuego con caballos de fuego apartó a los dos; y Elías subió al cielo en un torbellino.» (2 Reyes 2:11) a la vista de Eliseo. Eliseo toma el manto de Elías y es de este modo reconocido por Yahvé como su profeta.

1 Reyes 21 - El Asesinato De Nabot.

A. Nabot es asesinado por su viñedo.

1. (1-3) Nabot se rehusa a renunciar a su tierra.

Pasadas estas cosas, aconteció que Nabot de Jezreel tenía allí una viña junto al palacio de Acab rey de Samaria. Y Acab habló a Nabot, diciendo: Dame tu viña para un huerto de legumbres, porque está cercana a mi casa, y yo te daré por ella otra viña mejor que esta; o si mejor te pareciere, te pagaré su valor en dinero. Y Nabot respondió a Acab: Guárdeme Jehová de que yo te dé a ti la heredad de mis padres.

a. Dame tu viña: Este hecho comienza con una simple transacción de inmuebles. Acab quería el viñedo cerca de su casa real en Jezreel, para que pudiera tenerla como un huerto de legumbres. Él estaba dispuesto a cambiarla por otra tierra o el pagar por ello.

b. Guárdeme Jehová de que yo te dé a ti la heredad de mis padres: La respuesta de Nabot fue un enfático "no." Su rechazo de la oferta razonable estaba arraigada en la antigua idea Israelita de la tierra. Ellos creían que la tierra era una herencia de Dios, parcelado hacia tribus individuales y familias de acuerdo a Su voluntad. Por lo tanto, la tierra en realidad nunca se vendía, solamente se rentaba - y eso únicamente bajo las circunstancias más difíciles. Las oficinas de los inmuebles en Israel no la pasaban muy bien.

i. "Pues Dios ha, expresamente, y por diversas razones de peso, prohibido la enajenación de las tierras que les fueron asignadas a las tribus y las familias, Levítico 25:15, 25:23, 25:25; Números 36:7; Ezequiel 46:18." (Poole)

2. (4-7) Acab hace pucheros delante de Jezabel.

Y vino Acab a su casa triste y enojado, por la palabra que Nabot de Jezreel le había respondido, diciendo: No te daré la heredad de mis padres. Y se acostó en su cama, y volvió su rostro, y no comió. Vino a él su mujer Jezabel, y le dijo: ¿Por qué está tan decaído tu espíritu, y no comes? Él respondió: Porque hablé con Nabot de Jezreel, y le dije que me diera su viña por dinero, o que si más quería, le daría otra viña por ella; y él respondió: Yo no te daré mi viña. Y su mujer Jezabel le dijo: ¿Eres tú ahora rey sobre Israel? Levántate, y come y alégrate; yo te daré la viña de Nabot de Jezreel.

a. Vino Acab a su casa triste y enojado: Esto parecía característico de Acab. Al parecer él era un hombre sin carácter, que hace pucheros, quien reaccionaba de esta manera cuando se encontraba con cualquier tipo de adversidad.

i. "Así que la escena es una ilustración vivida del malhumorado Acab volteando su rostro a la pared y rehusándose a comer. Él era como un niño enfurruñado, que no se pudo salir con la suya." (Dilday)

ii. "¡Pobre alma! Él era señor sobre diez doceavos de la tierra, y se hizo miserable debido a que no pudo obtener el viñedo del hombre pobre hacia todo lo que poseía!" (Clarke)

b. ¿Eres tú ahora rey sobre Israel? . . . yo te daré la viña de Nabot: La manera de hablar de Jezabel reveló quien en realidad ejercía la autoridad en el palacio de Israel.

3. (8-14) Jezabel trama el asesinato de Nabot.

Entonces ella escribió cartas en nombre de Acab, y las selló con su anillo, y las envió a los ancianos y a los principales que moraban en la ciudad con Nabot. Y las cartas que escribió decían así: Proclamad ayuno, y poned a Nabot delante del pueblo; y poned a dos hombres perversos delante de él, que atestigüen contra él y digan: Tú has blasfemado a Dios y al rey. Y entonces sacadlo, y apedreadlo para que muera. Y los de su ciudad, los ancianos y los principales que moraban en su ciudad, hicieron como Jezabel les mandó, conforme a lo escrito en las cartas que ella les había enviado. Y promulgaron ayuno, y pusieron a Nabot delante del pueblo. Vinieron entonces dos hombres perversos, y se sentaron delante de él; y aquellos hombres perversos atestiguaron contra Nabot delante del pueblo, diciendo: Nabot ha blasfemado a Dios y al rey. Y lo llevaron fuera de la ciudad y lo apedrearon, y murió. Después enviaron a decir a Jezabel: Nabot ha sido apedreado y ha muerto.

a. Ella escribió cartas en nombre de Acab, y las selló con su anillo, y las envió a los ancianos y a los principales: Esto muestra que Acab estaba de acuerdo con lo que Jezabel hacía, y debía saber algo de su complot.

i. "Ella involucró a Acab por medio del uso de su sello en las directivas hacia los magistrados locales. El uso del sello real, o de la dinastía, o de la administración, o incluso personal del rey, para obtener autoridad, requería la confabulación de Acab." (Wiseman)

ii. Alexander Maclaren notó tres tipos de personajes peligrosos en este capítulo: (1) Acab, quien era inicuo y débil. (2) Jezabel, quien era inicua y fuerte. (3) Los Ancianos de Jezreel, quienes eran inicuos y serviles.

b. Proclamad ayuno: La idea era de que un mal o calamidad había llegado sobre Israel, y un chivo expiatorio debía ser hallado por dicho mal. Jezabel tenía la intención de que Nabot fuera revelado como dicho chivo expiatorio.

c. Poned a Nabot delante del pueblo: Este era un plan traicionero - primero, el poner a Nabot delante del pueblo y luego destruirle con mentiras de las bocas de hombres perversos.

d. Nabot ha blasfemado a Dios y al rey: Jesús fue acusado con crímenes similares, acusado de ofender tanto a Dios como a César. Nabot, igual que Jesús, era completamente inocente de tales acusaciones, y fue asesinado sin causa. El apedreamiento de Nabot por un pedazo de tierra para un huerto de vegetales muestra el carácter brutal e inmoral de Jezabel y Acab.

i. 2 Reyes 9:26 indica que el crimen fue aún pero que esto, conectando el asesinato de Nabot con la sangre de sus descendientes. Es muy probable que toda la familia de Nabot fuera asesinada, para que ningún heredero fuera a reclamar su propiedad.

4. (15-16) Acab toma posesión de la tierra de Nabot.

Cuando Jezabel oyó que Nabot había sido apedreado y muerto, dijo a Acab: Levántate y toma la viña de Nabot de Jezreel, que no te la quiso dar por dinero; porque Nabot no vive, sino que ha muerto. Y oyendo Acab que Nabot era muerto, se levantó para descender a la viña de Nabot de Jezreel, para tomar posesión de ella.

a. Se levantó para descender a la viña de Nabot de Jezreel, para tomar posesión de ella: Esto añadió mal sobre mal. Aún cuando Nabot estaba muerto, la tierra no le pertenecía a Acab o a la casa real de Israel. Le pertenecía a los herederos o familia de Nabot. Acab probablemente reclamó la tierra como un derecho real debido a que la corona incautaba la tierra de cualquier criminal ejecutado.

i. Aunque, "algunos dicen que Acab era su pariente próximo, al estar muertos sus hijos; a quienes probablemente juzgaron debido a que su tierra estaba enseguida de la del rey." (Poole) "Así, algunos hacen de Nabot el tío de Acab; pero esto es incierto." (Trapp)

B. Elías confronta a Elijah Acab.

1. (17-24) Dios pronuncia juicio sobre Acab.

Entonces vino palabra de Jehová a Elías tisbita, diciendo: Levántate, desciende a encontrarte con Acab rey de Israel, que está en Samaria; he aquí él está en la viña de Nabot, a la cual ha descendido para tomar posesión de ella. Y le hablarás diciendo: Así ha dicho Jehová: ¿No mataste, y también has despojado? Y volverás a hablarle, diciendo: Así ha dicho Jehová: En el mismo lugar donde lamieron los perros la sangre de Nabot, los perros lamerán también tu sangre, tu misma sangre. Y Acab dijo a Elías: ¿Me has hallado, enemigo mío? Él respondió: Te he encontrado, porque te has vendido a hacer lo malo delante de Jehová. He aquí yo traigo mal sobre ti, y barreré tu posteridad y destruiré hasta el último varón de la casa de Acab, tanto el siervo como el libre en Israel. Y pondré tu casa como la casa de Jeroboam hijo de Nabat, y como la casa de Baasa hijo de Ahías, por la rebelión con que me provocaste a ira, y con que has hecho pecar a Israel. De Jezabel también ha hablado Jehová, diciendo: Los perros comerán a Jezabel en el muro de Jezreel. El que de Acab fuere muerto en la ciudad, los perros lo comerán, y el que fuere muerto en el campo, lo comerán las aves del cielo.

a. Levántate, desciende a encontrarte con Acab: Acab se levantó para tomar su nuevo juguete - la tierra obtenida por traición, mentiras y asesinato - y en lugar se encontró con el profeta de Dios

b. ¿No mataste, y también has despojado? Elías hizo lo que pocos hombres tuvieron la valentía de hacer - el confrontar a este rey y reina malvada, brutal, y amoral de Israel. Él, señalándoles, les acusó con dos crímenes, tanto de asesinato y hurto de la tierra de Nabot.

i. Notamos que Elías confrontó a Acab (mataste) sobre el pecado de Jezabel y sus malvados asociados. Dios claramente tuvo a Acab como responsable de este pecado al ser el marido, el rey, y el beneficiario de este crimen.

ii. "Esto es añadido para mostrar que las tentaciones al pecado no son excusas para el pecador." (Poole)

c. En el mismo lugar donde lamieron los perros la sangre de Nabot, los perros lamerán también tu sangre, tu misma sangre: Esta era una profecía fuerte y alarmante. No fue cumplida debido a que Acab murió en Samaria y los perros lamieron su sangre allí (1 Reyes 22:38), en lugar de Jezreel, donde Nabot fue asesinado.

i. Esta profecía sin cumplir ha preocupado innecesariamente a algunos. Varias explicaciones han sido hechas, incluyendo las ideas que Elías quiso decir un área en general, y no un lugar en específico, o que hubieron corrientes que llevaron la sangre que estaba en el carro de Acab hacia las aguas de Jezreel, o que esto se cumplió en la sangre que corrió en las venas del hijo de Acab, Joram (2 Reyes 9:25). Una mejor explicación se encuentra en el hecho que debido a la tristeza y arrepentimiento de Acab al final del capítulo, Dios se ablandó de su juicio y en lugar lo pasó al hijo de Acab (en 2 Reyes 9:24-26) como Jehová dijo que lo haría en 1 Reyes 21:29.

ii. "Y vea que literal la predicción sobre su hijo fue cumplida, vea 2 Reyes 9:25, donde podemos leer que el cuerpo de su hijo Joram, justamente asesinado por una flecha que traspasó su corazón, fue arrojado a un extremo de la heredad de Nabot de Jezreel; y allí, sin duda, los perros lamieron su sangre, si no es que aún devoraron su carne." (Clarke)

d. ¿Me has hallado, enemigo mío? "Aunque el rey no o supiera, Elías era su mejor amigo; el peor enemigo de Jezabel." (Meyer)

i. "Para la viuda de Sarepta Elías era un ángel de luz; mientras que para Acab él era un enemigo . . . Lo que eres determina que Elías sea tu amigo o tu enemigo." (Meyer)

e. Te has vendido a hacer lo malo delante de Jehová: "Vea una forma de plática similar Romanos 7:14. Te has dado a ti mismo al servicio del pecado. Satanás se ha convertido en su amo absoluto, y tú su esclavo incondicional." (Clarke)

f. Barreré tu posteridad y destruiré hasta el último varón de la casa de Acab: Este era un juicio severo en contra de cualquiera, en particular en contra de un rey. El legado de un rey estaba en su posteridad que le sucedía en el trono, y aquí Dios anunció el fin da la dinastía de Omri (el padre de Acab). Su dinastía moriría de la misma manera que las dinastías de Jeroboam y Baasa.

i. Acab nunca poseyó el viñedo de Nabot. Él la sostuvo, pero ese mismo hecho se convirtió para él un tormento. Sin importar lo bueno de la vendimia, para él las uvas estaban ácidas, venenosas . . . Aquello que se gana por fraude nunca es poseído." (Morgan)

g. Los perros comerán a Jezabel en el muro de Jezreel: Aunque la profecía de juicio estaba enfocada en contra de Acab, no se olvidó de Jezabel. Sus finales serían terribles y deshonrosos.

2. (25-26) La gran maldad de Acab.

(A la verdad ninguno fue como Acab, que se vendió para hacer lo malo ante los ojos de Jehová; porque Jezabel su mujer lo incitaba. Él fue en gran manera abominable, caminando en pos de los ídolos, conforme a todo lo que hicieron los amorreos, a los cuales lanzó Jehová de delante de los hijos de Israel.)

a. Ninguno fue como Acab, que se vendió para hacer lo malo ante los ojos de Jehová; porque Jezabel su mujer lo incitaba: El pecado de Acab fue multiplicado, no solamente por el pecado en si, sino debido a su permiso, su mujer lo incitaba a hacerlo.

i. Esto nos recuerda lo que Dios le dijo a Adam al pronunciar la maldición después del pecado del Jardín del Edén: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, (Génesis 3:17). Aparentemente Dios le da una responsabilidad especial al marido que sigue a su esposa a pecar.

b. Conforme a todo lo que hicieron los amorreos, a los cuales lanzó Jehová: Comparando el pecado de Acab al pecado de los amorreos, Dios preparó el terreno para la convicción futura de Israel de la Tierra Prometida. Como los amorreos fueron echados de Canaán por su idolatría continua y rechazo de Dios, así haría el reino norte de Israel.

3. (27-29) Acab se humilla a si mismo y Dios se apiada del juicio en su vida.

Y sucedió que cuando Acab oyó estas palabras, rasgó sus vestidos y puso cilicio sobre su carne, ayunó, y durmió en cilicio, y anduvo humillado. Entonces vino palabra de Jehová a Elías tisbita, diciendo: ¿No has visto cómo Acab se ha humillado delante de mí? Pues por cuanto se ha humillado delante de mí, no traeré el mal en sus días; en los días de su hijo traeré el mal sobre su casa.

a. Cuando Acab oyó estas palabras, rasgó sus vestidos y puso cilicio sobre su carne: Por toda su maldad Acab recibió esta profecía de juicio exactamente como él debiera tenerla. Él entendió que la profecía de juicio era de hecho una invitación para el arrepentimiento, el humillarse a si mismo, y buscar la misericordia de Dios.

i. "Pero esta humillación o arrepentimiento de Acab era únicamente externa y superficial, la cual se levantó por el terror de los juicios de Dios; y no fue sincera ni seria, precediendo del amor de Dios, o de un verdadero sentido de su pecado, o de un propósito solemne de enmiendas de su vida, como aparenta, debido a todos los detalles aquí dados de su arrepentimiento, son solamente externas y partes de rito; no hay el menor indicio de algún fruto o señal de su verdadero arrepentimiento, como que hubiera restaurada la tierra de Nabot, o reprobara a su infame mujer; pero en el siguiente capítulo, hallarás que regresa a su anterior vómito." (Poole)

ii. Tres años después, Acab estaba muerto bajo el juicio de Dios. "Recompensaré su arrepentimiento temporal con una liberación temporal." (Trapp)

b. Por cuanto se ha humillado delante de mí, no traeré el mal en sus días: Dios honró la iniciativa de Acab. Esto muestra el poder tanto de la oración como del humilde arrepentimiento. Si Acab no se hubiera humillado a si mismo de esta manera, entonces el juicio hubiera llegado en su propio día. Esto muestra que Dios dio la profecía de juicio como una invitación al arrepentimiento, y Dios abrió la puerta de misericordia cuando Acab apropiadamente respondió a esa invitación.

i. No hay registro de la humillación o arrepentimiento de Jezabel. Por lo tanto, podemos esperar que el juicio de Dios llegaría sobre ella exactamente como Él la pronunció.

ii. "El corazón arrepentido siempre se encuentra con el ojo misericordioso de Dios; el arrepentimiento es tenido en gran estima por el Padre de la compasión, aún cuando sea comparativamente hueva y vivida por corto tiempo." (Clarke)

iii. Esto nos muestra el carácter de la misericordia de Dios: es dada a los que no la merecen. Por naturaleza, el inocente no necesita misericordia. Acab era un gran pecador, pero él obtuvo gran misericordia (en esta vida) a través de un humilde arrepentimiento. El peor pecador no se debe descalificar a si mismo de recibir la misericordia de Dios, si ese pecador solamente se acercara a Dios en un humilde arrepentimiento.

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