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martes, 29 de septiembre de 2015

Nos enfrentamos todos los días a la posesión de poderes demoníacos en las personas. Muchos cristianos experimentan dos clases diferentes de sensaciones frente a Satanás: lo subestiman o lo sobrestiman

RECUERDA Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6







Demonología: Material de Estudio
Testimonio: «Satanás ataba mi vida»
Durante cuarenta y dos años de mi vida sufrí una profunda depresión. Ese estado me acompañaba desde pequeña, me apartaba de los otros niños, me aislaba, no quería jugar. Recuerdo que siempre subía a un árbol que había en el fondo de mi casa. Allí me escondía del resto del mundo.

Tengo cinco hermanas y ninguna era como yo. Ellas siempre reían. Muchas veces la gente le decía a mi mamá: «¡Qué bien se comporta esta niña!» Pero lo que en realidad no sabían era que no me movía a causa del terror que sentía en mi interior. No sabía jugar ni sabía reír.

Toda mi vida estuvo marcada por lo que viví en mi infancia y se relacionaba con lo vivido junto a mi padre, quien era un hombre alcohólico. Golpeaba a mi madre y a mis hermanas, siempre llevaba armas y constantemente nos amenazaba diciendo que cuando todos estuviéramos durmiendo, nos mataría. A causa de esto, cada noche me esforzaba por mantenerme despierta hasta que el sueño me vencía y al final me dormía. Tal era el terror que sentía que durante las noches tenía unas pesadillas tremendas y al despertarme veía la sombra de un hombre que abría la puerta del armario y se cubría con el gabán de mi padre y su sombrero.

Cada vez que sentía temor, corría al fondo de mi casa y me sentaba por horas junto al peral que había allí. Como mi familia no se daba cuenta de lo que me sucedía, no me podían ayudar.

La mala relación que mi padre tenía con mi mamá y con nosotras, sus hijas, marcó el resto de mi vida. Ese temor a que se repitiera la historia me invadió de tal manera que nunca quise casarme. Quizás yo misma me até porque no quería vivir lo que mi madre pasó.

Mi depresión continuó durante mi juventud y madurez. Constantemente vivía encerrada en mi habitación a oscuras por completo. Fumaba todo el día, bebía y jugaba al conocido juego de la copa. También tenía una fuerte inclinación por todo lo que involucraba el ocultismo. Eso me gustaba. Siempre intentaba mover objetos con la mente y leía las manos. También tiraba las cartas adivinando el futuro de quienes me lo pedían. Todas estas ataduras diabólicas me llevaron a un pozo más profundo.

Cierto día mi madre me comentó sobre unas reuniones que se estaban llevando a cabo en la ciudad de Moreno. Esta era la campaña del hermano Annacondia. En ese instante sentí que debía ir a ese lugar. Durante esos días una voz muy fuerte comenzó a hablarme y susurraba a mi oído diciendo que debía beber veneno para suicidarme y así terminar con mi vida. Pero, en tal mal estado me encontraba, que ni siquiera podía salir sola a comprar esa botella de tóxico.

La campaña en ese lugar duró cincuenta y dos días, pero solo pude acercarme cuatro días antes de que finalizara. El diablo no dejaba de instarme al suicidio durante esos días previos. Hasta que una tarde mi madre quiso que saliéramos juntas a pasear, tomamos un ómnibus y este pasó frente a la carpa donde se realizaba la campaña. Comencé a gritar y decir que quería bajarme. Debido al grito que di, los pasajeros me miraron y el conductor se detuvo en el lugar.

El 12 de febrero de 1987 acepté al Señor en mi corazón. Esa primera noche no quería irme de allí, estaba muy feliz, mi vida cambió y la depresión desapareció. Durante las reuniones siguientes continué asistiendo, pero algo había dentro de mí que no me dejaba pasar al frente para que el hermano Annacondia orase, pero la última noche de la campaña, lo hice. En el momento que oraba por mí, mi cuerpo comenzó a temblar casi sin control. Los consejeros me acompañaron a la carpa de liberación de la campaña y allí continuaron orando. Tuve que renunciar a muchas cosas que tenía en mi corazón. Entre otras, al odio y a la amargura. El diablo había atado mi vida de tal manera que estaba totalmente atormentada. Sin embargo, cuando en mi corazón decidí ser libre, el Señor operó un cambio en el momento.

En varias oportunidades necesité renunciar ante Dios por situaciones pendientes en mi corazón. Durante una de estas oraciones, quienes oraban allí por mí sintieron de parte de Dios que yo tenía un espíritu de adivinación y que también tiraba las cartas. Entonces comenzaron a reprender este espíritu diabólico y a orar por la liberación de mi vida. De pronto, un fuerte ruido como el estallido de una copa se sintió en el aire y entonces quedé completamente liberada.

Al poco tiempo, mi familia también se acercó al Señor. Vieron el cambio que Dios produjo en mí. Los vecinos comenzaron a verme caminar por la calle durante el día y se preguntaban qué me había sucedido. Yo siempre estaba durmiendo a oscuras en mi cuarto. Vivía en penumbras, y cuando me despertaba, ya era de noche. Pasaba el tiempo y después comenzaba a lamentarme por todo lo que no había hecho durante el día. Por eso, todos los que conocían mi problema pudieron ver el cambio en mi vida. Ahora me levanto temprano, sonrío, también me congrego en una iglesia. Dios cambió mi vida.
María Luisa (52) Ciudad de San Miguel,
Buenos Aires, Argentina.
Una realidad a la que nos enfrentamos todos los días es la posesión de poderes demoníacos en las personas. Esto no es ninguna novedad para todos los que leen la Biblia. En diferentes oportunidades encontramos relatos sobre personas que, estando endemoniadas, recibían liberación.

Muchos cristianos experimentan dos clases diferentes de sensaciones frente a Satanás: lo subestiman o lo sobrestiman. Dios nos declara un punto exacto en el que debemos pararnos frente a los poderes de maldad. Bien sabemos que Satanás anda como león rugiente, rodeando la tierra y buscando a quien devorar. Estas son las pistas claras con las que contamos para empezar. También sabemos que «estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios» (Marcos 16:17). Por lo tanto, no se asuste. Si usted cree en el Señor Jesucristo y cumple con el mandato divino de «Id y predicad», estas son las señales que encontrará en su camino.

Los demonios son seres malvados, sin cuerpo y andan buscando un lugar para alojarse. Hablan, razonan, ven y oyen. Muchos ejemplos podemos exponer al respecto, el libro de Marcos nos relata algunos. Cuando Jesús enseñaba en la sinagoga, los que estaban allí se admiraban de su doctrina y les llamó poderosamente la atención con cuánta autoridad espiritual el joven hablaba. Sin embargo, no reconocían esa autoridad ni aun en los escribas. Pero algo sucedió, uno de los que estaba dentro de la sinagoga comenzó a gritar. Al instante, Jesús reconoció que un espíritu inmundo hablaba por la boca de aquel hombre que decía: «¿Qué tienes con nosotros, Jesús nazareno? ¿Has venido para destruirnos? Sé quién eres, el Santo de Dios». Pero Jesús le reprendió diciendo: «¡Cállate, y sal de él!» (Marcos 1:24, 25).

Imaginemos esta situación poco común en un ambiente como el de una sinagoga. Este hecho no sucedió antes, sino mientras Jesús enseñaba. El hombre poseído se encontraba dentro de ese lugar. Pero cabe destacar, entre otras cosas, que a pesar de que los religiosos se admiraban de Jesús y sus enseñanzas, no lo reconocieron como el Mesías, pero sí lo reconocieron los demonios. ¡Qué curioso!

El mundo espiritual solamente se comprende con el espíritu. De la misma manera pasó con Jesús al oír a este hombre gritar. De inmediato le ordenó callar y salir de ese cuerpo. Entonces los demonios lucharon para no abandonarlo. Lo sacudían con violencia y gritaban, pero finalmente salieron. Una vez que esto pasó, la gente comenzó a ver en Jesús una autoridad espiritual y en seguida se preguntaron: «¿Qué tendrán las palabras de este hombre que aun los demonios lo obedecen?» (Lucas 4:36, La Biblia al día).
Las manifestaciones diabólicas

Las manifestaciones diabólicas en las personas son muchas y diversas. De ahí que las veamos en cada individuo de forma diferente:
El oprimido
Es muy común ver personas oprimidas espiritualmente. Estas opresiones actúan en forma externa aunque de manera constante y con el único fin de vencer nuestra resistencia.

La opresión se manifiesta a través de la tentación y la persecución. Por lo general, los cristianos padecen este tipo de opresión. Es una forma que el diablo prepara para que el hombre regrese a la antigua vida de pecado. Por eso nos dice la Palabra que no demos lugar al diablo, que resistamos.
El atormentado
Los demonios atormentan a muchas personas. En este tipo, el espíritu inmundo está dentro de la persona y actúa desde allí. Es el caso del temor, la depresión, la aflicción. Pero no debemos confundirnos, la persona atormentada que manifiesta un problema espiritual no está necesariamente endemoniada. No hay tantos endemoniados en el mundo, pero sí hay atormentados por el diablo. La persona no se resiste, pero los demonios están allí y simplemente debemos echarlos y expulsarlos como manda Marcos 16:17: En el nombre de Jesús.

Veamos como ejemplo el caso de la mujer sirofenicia cuando le dijo a Jesús: «Mi hija es gravemente atormentada por un demonio» (Mateo 15:22). Después de una breve conversación, Jesús le dice: «Vé; el demonio ha salido de tu hija» (Marcos 7:29). Si le dijo: «Ha salido», es porque estaba adentro. Si no, le hubiera dicho: «Se fue de al lado de tu hija».

La persona atormentada no está endemoniada. Hay un campo de su vida que está bajo la influencia del diablo porque no se ha entregado al Señor o porque hay un pacto o una atadura, hay odio o resentimiento. Usted sabe bien que cuando estos sentimientos están guardados en el corazón, hay una puerta abierta para que el diablo entre en nuestra vida y haga un desastre. Esto es claro y real, no es un invento.
El poseído
La persona poseída pierde momentáneamente el control de su cuerpo y voluntad. Luego de recibir ministración a través de la liberación y la consejería, no recuerda lo que atravesó en los instantes previos a su liberación. El endemoniado pierde el control de sus actos. Es aquel que hace algo y luego no lo recuerda. De pronto se enfurece, rompe y quema objetos. Al reaccionar, y cuando le preguntan por lo sucedido, no lo recuerda.

Analicemos el caso de la madre que lleva a su hijo para que Jesús lo libere de un espíritu mudo. Ella le comenta al Señor que por momentos el espíritu lo tomaba, el joven se sacudía, se le llenaba de espuma la boca y crujían sus dientes. Agrega también que muchas veces el espíritu inmundo lo había echado en el agua y el fuego para matarlo, pero no lo había conseguido. Realmente creo que la fe de esta madre era grande; con qué claridad describe el padecimiento de su hijo y con qué madurez espiritual interpreta que un espíritu inmundo lo había poseído. No sabemos por el tiempo exacto, pero ella expresa que su hijo desde niño padecía este tormento. Pensemos en qué razón tenía la mujer para declarar que este era un espíritu mudo. Su hijo no hablaba, no gritaba. Ella describe muchas otras manifestaciones externas que el demonio producía en el muchacho, pero no gritaba.

Ahora veamos cómo Jesús liberó a este joven. Dijo: «Espíritu mudo y sordo, yo te mando, sal de él, y no entres más en él» (Marcos 9:25). Lo primero que Jesús hizo fue llamarlo, le dijo algo así: Oime bien, espíritu mudo y sordo. Pero si era sordo, cómo iba a escuchar. Hermano, nunca olvide que Satanás es padre de mentiras y engañador. Observe lo que sucedió después que Jesús lo reprendiera: «Entonces el espíritu, clamando y sacudiéndole con violencia, salió; y él quedó como muerto» (Marcos 9:26). Ahora sí hablaba y clamaba, ¿le cree todavía? Jesús sabe a quién estaba enfrentando. Él no se deja engañar.
El enajenado
Por último, este tipo de manifestación indica una posesión completa, en forma permanente. En este caso el diablo tiene tomado el cuerpo, el alma y el espíritu. Es el polo opuesto a la persona llena del Espíritu Santo. Tal es el caso del gadareno. Era un ser totalmente antisocial con actitudes violentas, maltratos físicos, deseos suicidas, etc. He visto en los manicomios a los enajenados. Miran pero no ven. Usted les habla y no sabe si lo escuchan. No entienden nada porque a todo su ser lo dominan espíritus del diablo. Quizás se pregunte: «¿Es posible que alcancen liberación?» Dios tiene compasión también de ellos, así como lo hizo con el endemoniado gadareno que era un enajenado, lo puede hacer con cualquiera.
«El gadareno cordobés»
Ya finalizaba la última noche de los sesenta días de campaña evangelística realizada en la ciudad de Córdoba, Argentina. Mientras descendía de la plataforma para regresar al hotel, unos hermanos traen a un loco para que orara por él. El hombre era un verdadero gadareno, un enajenado. Vivía en los montes, hablaba solo, caminaba siempre casi desnudo y descalzo, su cabello estaba sucísimo (haría unos tres años que no se bañaba), sus uñas impresionaban, era como un verdadero animal. La última noche, después de tantos días de campaña, me sentía realmente muy cansado y en el momento que me iba a descansar me traen a este hombre para orar, cuatro camilleros cargaban con él.

Mientras me acercaba, el Espíritu Santo me dijo: «Son dos legiones». A lo que respondo: «Señor, ya no tengo más fuerzas y estoy casi sin voz». Pero igualmente le impuse mi mano y reprendí todo demonio diciendo: «En el nombre de Jesús, deja libre este cuerpo». El hombre salió como una bala corriendo hasta que lo perdimos de vista y entonces lo declaré libre por fe.

A los seis meses, volví a Córdoba para una reunión especial del Día de Pentecostés. Muchas personas dieron testimonio de las sanidades y liberaciones que experimentaron en la última campaña. Entre toda esa gente subió un hombre bien vestido a testificar que Dios había librado su vida. En ese momento los líderes de esa ciudad me dijeron: «Hermano Carlos, ¿recuerda a este hombre?» Realmente no sabía quién era, pero al comentar de nuevo el caso, grande fue mi asombro al ver el cambio en él.

Después de aquella oración, el «gadareno cordobés» salió corriendo al medio del campo y estuvo allí gritando durante cinco días. Con cada grito salían demonios. El último día, el hombre comenzó a caminar a la que alguna vez había sido la casa de su familia. Cuando lo vieron en la puerta de la casa, los familiares no entendían pues estaba totalmente en sus cabales, su vida había cambiado. La noche que oré por ese hombre estaba muy cansado, pero Dios no necesita ni de mi esfuerzo, ni del suyo; ni de mi capacidad ni de la suya, Él es soberano sobre todas las cosas.

La obra de Satanás en la vida de los hombres se expresa de diferentes maneras aunque toda su actividad apunta a hurtar, matar y destruir (Juan 10:10). Jesús declara que el diablo es homicida desde el principio, que no hay verdad en él. También dice que cuando habla mentira, de él mismo lo hace porque no solo es mentiroso sino que es padre de toda mentira. ¿Qué podemos esperar de semejante ser que es ladrón, homicida, destructor y mentiroso?
Maldición familiar
Con respecto a este tema hay mucho que decir. Cada vez que maldecimos estamos invocando un espíritu. Muchas de las personas que deben ministrarse en liberación son el resultado de las maldiciones vertidas por otras personas, en especial por los padres.

Una de las maldiciones familiares más comunes es cuando abuelos, tíos o padres entregan su descendencia a pedido del mismo Satanás. Lo que ellos no saben es las tremendas consecuencias que esto les traerá. Toda clase de maldiciones generacionales engendran frustraciones y fracasos hereditarios que deben cortarse.

La Biblia dice que existen ataduras en la tierra que deben desatarse en el cielo.
 Así es como debemos actuar. Es muy común, en especial en las culturas latinas, las ataduras realizadas a través de los mandatos y sentencias familiares. Las maldiciones heredadas las hemos recibido incluso desde niños: «Eres igual a tu padre»; «Siempre serás un burro»; «No sirves para nada»; etc. La palabra expresa autoridad. Dios hizo al mundo con la palabra. La palabra construye y también destruye. Es común escuchar a padres o hermanos decirle a los niños «locos» o «tontos». A través de estas palabras invocamos espíritus demoníacos y atamos al niño. Las palabras atan.

Hace algún tiempo atrás le llamé la atención severamente a uno de mis hijos por haberle dicho a su hermano una palabra que no correspondía, al oírlo me asusté. ¡Nunca permita que esas palabras se digan entre los miembros de su familia! Nuestra responsabilidad como cristianos es «bendecir», llevar bendición incluso a través de las palabras. Siempre cuando hablo con mis hijos les digo: «¿Qué tal «genio?» ¿Qué hiciste «campeón»?

Algunas madres no se dan cuenta de esta verdad y sus hijos, al crecer, viven las consecuencias de lo que sus madres les sentenciaron. He conocido a muchachos que han oído de boca de sus madres decir: «¡Por qué habrás nacido! ¡Para qué te habré traído al mundo!» Estos jóvenes han quedado marcados hasta que encontraron a Jesús y pudieron hallar sanidad a estas heridas.

Cuando decimos «bobo», «animal», expresamos nuestro enojo momentáneo. No nos damos cuenta de que luego pagamos las consecuencias en el mundo espiritual.

Un testimonio, que es realmente esclarecedor y refleja la verdadera cultura latina a través de frases que constantemente se usan, es el que a continuación expondremos:
Nací siendo hijo, nieto y biznieto de hombres y mujeres que vivían como querían, pero siempre en contra de la voluntad de Dios. Por lo tanto, recibí herencia de corrupción, enfermedad y muerte. Pero un ministro del diablo como fui, no solamente nace, sino también se hace.

Cuando era niño me castigaban con violencia verbal y física, ellos me decían: «Los chicos son hijos del rigor»; «La letra con sangre entra». Después se justificaban diciendo: «Porque te quiero, te aporreo».

También en la escuela me imponían cosas tales como: «Lo vas a hacer así, porque yo lo digo»; «Vas a entender por las buenas o por las malas»; «Yo te voy a sacar bueno».

Cuando decía algo indebido o hacía alguna travesura, en seguida me condenaban con una profecía fatal: «Eres igual a tu padre». A continuación sellaban esta profecía con algunos refranes de sabiduría popular: «Cría cuervos y te sacarán los ojos»; «De tal palo, tal astilla»; «Al que nace barrigón, es al ñudo [inútil] que lo fajen»; «Difícil que el cerdo vuele». Con esto último querían decir que nunca cambiaría. Así que me trataban de cuervo, cerdo, burro, inútil, atorrante, infeliz y otras denominaciones peores. Claro, que por supuesto, con fines estrictamente correctivos y pedagógicos.

Todo esto lo he perdonado en el nombre de Jesús para no vivir más atado al odio, al temor y a las falsas doctrinas de mi familia.

Mis mayores, a quienes veneraba, también me enseñaron algunas otras cosas. Me decían: «Querer es poder»; «La fe mueve montañas» (como es lógico, no se referían a la fe en Dios, sino a la confianza y voluntad humana); «Persevera y triunfarás»; «Eres joven, tienes el mundo en tus manos». Constantemente me reiteraban: «La mayor riqueza que un padre puede dejar a su hijo es el estudio y una carrera para que pueda defenderse en la vida». Con esto me decían: «Debes estudiar si quieres ser alguien». Si llegaba a ser «doctor», sería una condecoración para toda la familia. Afirmaban: «Si no estudias, vas a ser un pobre desgraciado»; «Serás lo que debas ser o no serás nada». También aseveraban que: «Tener es poder»; «La plata no hace la felicidad, pero sin ella no se puede ser feliz»; «Barriga llena, corazón contento»; «Lo más importante en la vida es tener salud»; y algunas otras frases más.

Cuando leía algo espiritual o iba a menudo a la iglesia católica, me decían riéndose: «¡Lo único que nos faltaba, que se haga cura!» De los religiosos, las frases que más recuerdo eran: «Conócete a ti mismo»; «Cuídate, ayúdate y perfecciónate a ti mismo».

La carga de los «debes», «deberías», «tienes» y «tendrías» me aplastaban … todo era esfuerzo y voluntad personal, sacrificio humano, sufrimiento, remordimiento, resignación, ser inteligente y demostrar buena educación.
También aprendí en mi casa que: «El que pega primero, pega dos veces», que hay que imponerse en todo: «A Dios rogando y con el mazo dando». Inclusive, muchos cristianos creen que esta frase es bíblica.

En la escuela secundaria me enseñaron: «El hombre es un animal racional»; «Pienso, luego existo». A mis veinte años me habían convencido de que: «Cada uno labra su propio destino».

El mundo era, según mi dolorosa experiencia, egoísta, hostil, mentiroso e hipócrita. Sin embargo, ellos me decían que el mundo no era así, que yo lo veía de esta manera porque: «El ladrón se cree que todos son de su condición».

No solo me involucraron en falsas doctrinas, sino que también me instruyeron para que enseñase como ellos, creyendo que transmitía la verdad. Al fin me decidí a estudiar sicología clínica y social, parasicología, budismo zen, astrología y curanderismo. De esta manera llegué a ser un falso maestro y ciego guía de ciegos.

En octubre de 1984 asistí, junto a un grupo de amigos sicólogos y estudiantes avanzados, a una campaña de Carlos Annacondia que se estaba realizando en Lomas de Zamora, Argentina, con el objetivo de investigar. En verdad, no quería ir, estaba cansado de ver sanidades engañosas, pero igualmente mis amigos me llevaron.

En un momento de la reunión pidieron que los enfermos pasaran al frente para poder orar por ellos. Como padecía una alergia hereditaria e incurable, pasé adelante para poder comprobar la verdad de estas señales que se comentaban. De pronto, me encontré clamando a Dios por mi salvación y por el amor que nunca había conocido. Comprendí entonces que hasta ese momento había sido un instrumento idóneo en las manos de Satanás. ¡Bendito sea Jesús que no miró mi maldad y la enorme cantidad de vidas que empujé al abismo, sino que me rescató para mostrar en mí su amor!
Basilio, Argentina.
Este relato nos hace reflexionar y pensar cuántas veces hemos dicho estas frases tan conocidas. Imagino que cada cultura tendrá las propias. Pero es frecuente oír estas palabras, en especial entre los que más se quieren: esposos, padres, hijos, hermanos, etc. No permita que esto continúe sucediendo en sus vidas. Quite estas frases de su vocabulario. Reconozca que parte de los fracasos que enfrentamos en la vida son consecuencias de esto. No permita marcar la vida de su ser querido hablando de esta manera.

Espiritualmente estas palabras tienen mucho valor. El diablo las aprovecha para hacer que la persona sentenciada o maldecida lo crea. Tarde o temprano, causan heridas en el individuo que requerirán la ministración del Espíritu Santo para sanar y llegar a perdonar a los ofensores.

Dios nos enseña que la muerte y la vida están en poder de la lengua, y el que la ama comerá de sus frutos (Proverbios 18:21). La maldición ata las vidas e impide la bendición. Aprenda a bendecir a sus hijos, a su cónyuge, a sus padres y notará un gran cambio.

En cuanto a esto, el apóstol Pedro nos enseña lo siguiente: «Porque: El que quiere amar la vida y ver días buenos, refrene su lengua de mal, y sus labios no hablen engaño» (1 Pedro 3:10). Nuestra lengua causa muchos males que solo Cristo los puede remediar en la medida que reconocemos nuestra falta.

Si queremos que nuestro futuro sea bueno, debemos cuidar nuestra lengua de hablar el mal. Esta es la clase de maldición en la que participan poderes espirituales de maldad. Por lo tanto, debemos aclarar que Satanás no es omnisciente, así que no tiene la capacidad de leer los pensamientos. Aunque no sabe lo que pienso, comprende lo que declaro con mi boca. De ahí lo importante que es confesar bendición y no maldición. ¿Quién no recuerda el pasaje de la higuera que se secó al maldecirla?

La confesión es muy importante. A todas las personas que dan el paso de fe y aceptan a Jesús como Salvador de sus vidas, siempre les hago repetir sus oraciones en voz alta. El diablo tiene que escucharlas declarar su confesión de fe para salvación. Muchas veces veo a personas que están paradas frente a la plataforma en el momento del llamado a salvación y no repiten en voz alta lo que les digo. Entonces pido que lo digan a voz en cuello. El diablo los debe oír. Cuando muchos me dicen: «Ya hice la oración con mi mente», les respondo que el diablo no los escuchó. La Biblia es clara, en Romanos 10:10 dice: «Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación».

Suelo ver a personas que en medio de esta oración les cuesta decir: «Señor, te entrego mi vida» o «Te recibo en mi corazón», porque en ese instante se está librando una lucha de poderes espirituales. Dos reinos no pueden permanecer en un mismo corazón. Alguno debe salir y esto depende de la voluntad y el libre albedrío de quien está tomando esta decisión tan importante.
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viernes, 15 de febrero de 2013

El Diablo Existe: La Realidad de este ser malvado - Un Estudio Exaustivo


El Diablo Existe: La Realidad de este ser malvado - Un Estudio Exaustivo
Tipo de Archivo: PDF | Tamaño: 15MBytes | Idioma: Spanish |Categoría: Lucha Espiritual - Demonología
Información
La idea de un libro sobre el "diablo", para aclarar el argumento sobre el mismo, me vino después de haber participado en la televisión suiza, el 24 de marzo de 1987, en una mesa redonda en la que el principal interlocutor era Giovanni Franzoni con su publicación, aparecida pocos meses antes, "El diablo, mi hermano", en la que se niega la existencia del demonio.
Al leer el libro, como también otros escritos del género, me había impresionado vivamente ver los equívocos en que se basaba, leer los raciocinios no correctos y capciosos y seguir las engañosas argumentaciones que se iban desarrollando con tal de acabar con un ser, cuya existencia Dios nos ha manifestado y que aparece evidente en los textos sagrados, y que nunca en la historia bimilenaria de la Iglesia ningún teólogo pensó poderla negar.
Infortunadamente en estos últimos decenios hemos tenido que constatar esa negación, como prueba de una vasta crisis doctrinal que se está extendiendo entre el clero. En efecto, sobre todo en el período posconciliar se ha ido formando una corriente teológica, que aun en abierto contraste con la enseñanza bíblica,  y con el común sentir de siempre va afirmando y propagando la muerte de satanás. Y los religiosos, las religiosas, los eclesiásticos, sin una formación demonológica, siguen absorbiendo un veneno que se les proporciona con artes y astucias que no se descubren fácilmente. Los mismos teólogos de esta corriente no se dan cuenta de haberse convertido así en colaboradores e instrumentos de ese diablo a quien creen haberle dado ¡el adiós!
/Ante todo existe. Ciertamente, si hubiera dependido de noso-tros y —permítaseme decir— también de Dios, todos lo habríamos descartado con gusto. Pero, desafortunadamente, ya tenemos que convivir con la realidad existente, y esos pocos teólogos que están haciendo de todo para negarlo, no son los que nos pueden liberar de esa existencia; también, precisamente debido a sus esfuerzos podremos palpar cada vez más las consecuencias de su presencia maléfica.
A esta primera finalidad dedico en el libro tres partes, prácticamente la mitad del libro. Ante todo tengo que precisar lo indispensable sobre el concepto de demonio; esta es la primera parte:
De qué diablo se habla. Es la más breve, porque Jesús nos dijo poco sobre lo que se refiere a la naturaleza del diablo y menos aun o nada sobre lo que puede contener una demonología, carente del mensaje evangélico con su carácter eminentemente pastoral y formativo. He aquí por qué Jesús y los escritores sagrados, aun habiendo hablado muchísimas veces del demonio, insistieron sobre poquísimas cosas relativas a satanás: su existencia, cómo se comporta respecto a nosotros y cómo debemos comportarnos respecto de él.
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viernes, 8 de abril de 2011

Tratado de Demonología: Preparándose para la Guerra Espiritual - Manual del Exorcista


Tratado de Demonología: Preparándose para la Guerra Espiritual - Manual del Exorcista
 Tipo de Archivo: PDF | Tamaño: 1MBytes | Idioma: Spanish | Categoría: Exorcismo - Guerra Espiritual
Información
He optado por escribir un libro al modo de los antiguos tratados escolásticos, es decir una obra distribuida en infinidad de cuestiones de heterogénea extensión y desigual peso teológico.
¿Por qué? Pues porque me pareció el modo más libre de poder tratar el tema desde todos los puntos de vista. Y sobre todo me pareció ésta la manera de poder abarcar al demonio en todos sus aspectos y detalles. En una materia como ésta, los detalles son muy importantes. Cada detalle de la Biblia sobre el demonio no es ocioso. Siempre me fascinaron aquellos viejos tomos escolásticos escritos en letra gótica en los que los temas teológicos iban apareciendo con una lógica férrea y al mismo tiempo según el interés y gustos del monje o religioso que la dictaba a su secretario doblado sobre su escritorio.
Así como en mi tesis sobre el exorcismo, la que hice para la universidad, estaba plagada de notas a pie de página, de citas eruditas y de temas que los académicos consideran serios y graves, en ésta he querido hacer una obra más libre, menos sujeta a ningún esquema preconcebido. No me hubiera sido difícil dar a todo el contenido de este libro otro aspecto formal aparentemente más orgánico, pero hice la obra tal cual me habría gustado leerla.
Ahora con el libro consumado contemplo una construcción, una construcción intelectual sobre el mundo angélico caído.

ÍNDICE DEL LIBRO SOBRE CUESTIONES DE NATURALEZA DEMONIACA¿Qué es un demonio?  7
¿Por qué Dios puso una prueba a los demonios?  16
¿Por qué Dios no retiró la libertad al ver
que comenzaban a pecar?  19
¿Son todos los demonios iguales?  20
Zoología y demonología  22
¿Cuáles son los nombres del demonio?  25
¿Hay tiempo en los demonios?  27
¿En qué piensa un demonio?  29
¿Cuál es el lenguaje de los ángeles?  31
¿Dónde están los demonios?  32
¿Conocen el futuro?  34
¿Puede un demonio hacer algún acto bueno?  35
¿Puede experimentar el demonio algún placer?  36
¿Es el demonio libre para hacer más o menos mal?  38
¿Cuáles son los más malignos de todos los demonios?  39
LA TENTACIÓN Y EL PECADO
¿Por qué pecamos?  41
¿Cuántas tentaciones proceden del demonio?  43
¿Podemos ser tentados más allá de nuestras posibilidades? 44
¿Por qué el Diablo tentó a Jesús?  46
¿Sabe el demonio que Dios es impecable?  48
¿Se puede llegar a distinguir las tentaciones que
proceden de nosotros mismos de las del demonio?  49
¿Qué hacer ante la tentación?  52
¿Puede tener el demonio alguna táctica al tentarnos?  54
¿Puede Dios tentar?  56
¿Por qué Dios permite la tentación?  57
¿Qué es la muerte eterna?  59
¿Cuál es el proceso que lleva a la muerte eterna?  61
EL OBRAR DEL DEMONIO RESPECTO AL HOMBRE Y LA NATURALEZA
¿Qué diferencia hay entre natural,
preternatural y sobrenatural?  64
¿Los demonios aumentan su castigo por
el mal que hacen a los hombres?  66
¿Se puede hacer un pacto con el demonio?  67
¿Puede el demonio provocar una enfermedad mental?  70
¿El demonio puede provocar una enfermedad?  72
¿Cómo se puede distinguir si una visión
es un problema demoníaco o psiquiátrico?  74
¿Pueden los demonios producir pesadillas?  76
¿Pueden leer nuestros pensamientos?  77
¿Pueden provocar desastres o accidentes?  78
¿Pueden los demonios hacer milagros?  80
¿Cómo podemos saber que algo está provocado
por el demonio?  83
¿Qué es el maleficio?  85
¿Tiene efectividad el maleficio?  86
¿Qué hacer en caso de maleficio?  88
453
¿Qué es el hechizo?  90
¿Cuál es la diferencia entre magia blanca y magia negra?  91
¿Adivinan el futuro los magos por intervención
del demonio?  92
¿Interviene el demonio en el horóscopo,
el tarot y otras formas de adivinar el futuro?  93
¿Puede un demonio provocar falsas visiones
en un místico?  94
¿Puede provocar estigmas?  97
¿Qué forma poseen los demonios cuando
se aparecen a los hombres?  98
¿Es el demonio el que provoca la noche del espíritu?  101
CUESTIONES TEOLÓGICAS
¿Odia Dios a los demonios?  105
¿Pueden los demonios aunar y concentrar
sus esfuerzos para influir en una sociedad?  107
¿Por qué Satanás no se manifiesta a
los hombres desplegando todo su poder?  109
¿Dentro de la Iglesia a quién odia más?
¿Mientras anduvo Jesús en carne mortal sobre
la Tierra sabía el demonio que El era el Mesías?  111
¿Jesús sufrió la tentación?  115
¿Cuál fue la criatura más excelsa creada por Dios:
la Virgen o Lucifer?  118
¿Por qué el agua bendita atormenta al demonio?  120
¿Qué otros objetos atormentan a los demonios?  122
¿Cuál es el demonio meridiano?  123
¿Es adecuado pintar al demonio con cuerpo
de hombre y cuernos?  125 454
¿Por qué hay agua bendita a la entrada de las iglesias?  127
CUESTIONES BÍBLICAS
¿Qué orden siguen las tres tentaciones
de Jesús en el desierto?  129
¿Qué son los mil años en que estará
encadenado el Diablo?  132
¿Qué significado tenía el envío de la oveja
a Azazel que aparece en el libro del Levítico?  134
¿Por qué la Sagrada Escritura dice que los demonios
están en las regiones del aire?  137
¿Por qué en la Sagrada Escritura Dios llama
al Diablo el Príncipe de este mundo?  138
¿Por qué el demonio Asmodeo huye al quemar
Tobías el corazón y el hígado del pez?  139
¿Hay algún símbolo en ese corazón e hígado
del pez de Tobías?  140
¿Qué quiere significar San Pablo al decir que Cristo
llevó en su cortejo triunfal a los demonios?  143
¿Por qué se le llama al Diablo el Acusador?  145
¿Conversan entre sí Dios y el Diablo?  146
¿Es lícito insultar a los demonios?  141
¿Por qué dice el apóstol Santiago que los demonios
creen en Dios?  144
¿Los hechos ocurridos en el libro de Job son históricos?  152
¿Por qué se dice que el Leviatán tiene varias cabezas?  154
¿Por qué aparece con más frecuencia Satanás
en el Nuevo Testamento que en el Antiguo?  155
¿El Anticristo es el Diablo?  157
¿Puede tener un hijo el Diablo?  158
455
¿Cabe una paternidad espiritual del Diablo?  159
¿La bestia del Apocalipsis es el Diablo?  160
¿Qué significa el 666?  161
LA CONDENACIÓN
¿Cuántos demonios se condenaron?  162
¿Por qué no aniquila Dios al demonio?  164
¿Los demonios preferirían dejar de existir?  166
¿Es peor la condenación de los demonios
o la de los hombres?  167
¿Por qué el infierno tiene que ser eterno?  168
¿Puede Dios perdonar a los demonios?  170
¿Qué penas hay en el infierno?  172
LA POSESIÓN
¿Qué es la posesión?  214
¿Cuáles son las características esenciales para
diagnosticar una posesión?  215
Consideraciones psiquiátricas  217
¿El demonio también posee el alma del poseso?  224
¿Cuál es el modo más práctico para saber
si alguien está poseso?  225
¿Qué argucias puede usar el demonio para ocultar
su presencia en el poseso?  227
¿Qué oración se debe hacer para saber
si alguien está poseso?  230
¿Cuáles son las causas de la posesión?  232
¿Por qué posee el demonio?  234
¿Por qué Dios permite que existan posesiones?  235
456 
¿Qué diferencia hay entre el desdoblamiento
de personalidad y la posesión?  237
¿Qué fenómenos extraordinarios se dan en la posesión?  238
¿En el Evangelio no podría ser la posesión un mero
símbolo de la liberación del mal?  239
¿Hubo posesiones en la época del Antiguo Testamento?  241
¿Por qué ahora hay menos casos de posesión que
en la época del Evangelio?  242
¿Qué tipos de demonios aparecen en las posesiones?  243
¿Qué sucede si un poseso muere antes de
que salga el demonio?  245
¿Pueden las almas de los condenados poseer?  246
¿Pueden los posesos matarse?  247
¿Pueden los posesos matar?
¿Los asesinos en serie que cometen crímenes
horribles son posesos?  249
EL EXORCISMO Y EL EXORCISTA
¿Qué es el exorcismo?  251
¿Cuál es el modo ideal de organizar este ministerio
del exorcistado?  254
¿Es obligatorio un informe psiquiátrico
para proceder al exorcismo?  257
¿Por qué se necesita permiso del obispo para exorcizar?  258
¿Qué era la orden menor del exorcistado?  260
¿Qué hacer en caso de absoluta ausencia de exorcista?  261
¿Puede exorcizarse a un no católico?  265
¿Pueden ser infestados los animales?  266
¿Es cierto que el demonio se venga de los exorcistas?  262
¿Es cierto que durante el exorcismo el poseso
457
revela los pecados de los presentes?  268
¿Quién puede ser exorcista?  272
¿Hay exorcismos fuera de la Iglesia Católica?  273
¿Existían exorcismos antes de Cristo?  277
¿Por qué algunos exorcismos se prolongan
mucho en el tiempo?  278
¿Es preferible seguir hasta el final en
una sesión o hacer varias sesiones?  280
Consejos prácticos para el exorcismo.  282
¿Cómo se sabe cuando ha salido el último demonio?  286
¿Puede volver a quedar poseso el que
ha sido exorcizado?  287
¿Qué sucede si en un exorcismo los demonios no salen? 289
¿Qué es lo que hace que un demonio salga
de un cuerpo en un exorcismo?  290
¿Qué es más importante la confesión o el exorcismo?  292
Glosario  294
FENOMENOLOGÍA DEMONIACA
¿Cuál es la fenomenología demoníaca?  299
¿Qué es la circumdatio?  300
¿Qué es la influencia?  302
¿Qué es la oración de liberación?  305
¿Cómo hacer la oración de liberación?  307
¿Qué es la infestación?  314
¿Existen los fantasmas?  316
¿Qué es el mandatum?  317
¿Qué son los demonios Íncubos y súcubos?  318
458
EL MAL
¿Qué es el mal?  423
¿Existe el mal?  424
¿Cuáles son los tipos de mal?  428
¿Es el mal un concepto religioso?  429
¿Hasta dónde puede llegar el mal?  431
¿No existe el mal infinito?  432
¿Esta Dios por encima del bien y del mal?  433
¿Cuál es el mayor mal?  434
¿Es el pecado un concepto religioso?  435
¿Hay algún mal imperdonable?  437
¿Con la sola razón sabríamos que existe
la condenación eterna?  438
¿Sólo se condenan los que quieren?  440
¿Puede uno condenarse por pequeños pecados?  441
¿Dónde está la raya divisoria entre el mal
realizado en grado sumo y la locura?  443
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sábado, 30 de octubre de 2010

Los fundamentos de la liberación espiritual


Cómo echar fuera demonios
 Tipo de Archivo:HTML | Tamaño: | Idioma:Spanish |Categoría: Lucha Espiritual
 Información 
cómo empezó esto
¿Cómo rayos llegó una pequeña abuelita a involucrarse en un asunto tan asqueroso? Mi historia se asemeja en gran manera a muchas otras que he oído o leído y que me han hecho reír. Nunca me puse a buscar un ministerio de liberación … él me encontró.
Me asombra lo que Dios ha hecho en mi vida al prepararme para este ministerio que comenzó hace casi veinte años. Ya era una persona madura, tenía a mi haber un ministerio de servicio, y ahora estaba en posición de ayudar a entrenar misioneros más jóvenes para que hicieran una labor más eficaz de la que yo hice. Me consideraba una joven y entusiasta trabajadora que iba al campo misionero con una desventaja: capacitación inadecuada para la obra que me esperaba.


Mi esposo Peter y yo estábamos llenos de ánimo, pero nos habíamos preparado muy poco para el servicio en el extranjero. Nos habían enseñado teólogos, maestros bíblicos, educadores cristianos, predicadores y evangelistas personales excelentes, pero no misioneros. Casi no sabíamos nada acerca de la comunicación transcultural del evangelio, porque a principios de la década de los cincuenta aun no se había desarrollado el campo de la misionología. En nuestros institutos no había cursos de antropología, idiomas ni aprendizaje cultural; tampoco había enseñanzas especializadas en el islamismo, hinduismo, budismo, animismo y religiones tradicionales. La teología cesacionista de nuestra capacitación no dejaba lugar a la oración por los enfermos ni a la expulsión de demonios. Además, esa era la única teología que conocíamos.



En los dieciséis años que siguieron hicimos toda clase de obra misionera en Bolivia; sin embargo, trabajamos principalmente en evangelización, educación teológica y administración misionera. Al poco tiempo de habernos mudado del pequeño pueblo de San José a la ciudad de Cochabamba—la segunda ciudad más grande de Bolivia—Peter ocupó la posición de director general de la Misión Evangélica Los Andes y yo me convertí en gerente de la misma misión.

La mayor parte de su vida, Peter había sido estudiante o maestro, de modo que cuando no enseñaba se dedicaba continuamente a estudiar y a obtener títulos. Una de las épocas de estudio que trastornó nuestro mundo y cambió el curso de nuestras vidas sucedió cuando Peter estudiaba una maestría en Humanidades y Misiología en su antigua universidad, el Seminario Teológico Fuller. Mi esposo había estado leyendo las obras de Donald McGavran para investigar más a fondo el campo de la misiología; y fue durante este año lectivo, de 1967 a 1968, que las cosas se aclararon y la expresión «encuentro de poder» se volvió parte de nuestro vocabulario.



¡Comenzábamos a adentrarnos en un plano novedoso de posibilidades para la obra misionera!

Peter y yo siempre habíamos tenido la reputación un tanto dudosa de estar aproximadamente diez años por delante de la manada en lo que respecta a la zona de comodidad. Si sentimos que es la voluntad de Dios, un nuevo escenario no es una amenaza za para nosotros. A veces esto había preocupado a nuestros colegas, y hacía que de vez en cuando nuestra población evangélica se avergonzara de nosotros. No obstante, acabábamos de saber más acerca de este asunto de «poder».

Contactando con la fuente de poder
El antropólogo Alan Tippett, un misionero australiano en Fiji, fue el primero en enseñarnos este concepto novedoso. En palabras sencillas, un encuentro de poder es una situación que se crea al presentar el evangelio a algún grupo de personas incrédulas que precipitan cierta clase de enfrentamiento, como quién es más poderoso: el dios pagano del grupo o Jehová Dios y su Hijo, Jesucristo. Cuando Jehová Dios ganaba la confrontación—y así se enseñaba a los estudiantes a presentarlo—a menudo ocurría un «movimiento de gente». Esto significaba que las personas se convertían al cristianismo en grupos, con frecuencia quemando fetiches o haciendo otras declaraciones públicas de su fe en Cristo. Esta era una enseñanza nueva, ¡y nos encantaba! Sin embargo, ponía a los misioneros en aprietos pues entonces tenían que aprender a manejar este «poder».
Estábamos deseosos de aprender. Queríamos volvernos más eficaces para ganar a los perdidos en grandes cantidades, pero esto tocaba un poco el territorio pentecostal/carismático, del cual no sabíamos mucho. Sabíamos que era lo correcto y lo creíamos, pero la implementación y la enseñanza a este respecto estaban un poco lejos.

Cuando Peter se graduó, fue invitado a quedarse como profesor en el Instituto del Seminario Fuller de Misiones Mundiales, pero aun no estábamos listos para salir de Bolivia. De modo que regresamos allí por otros tres años para poner bases sólidas, y nos mudamos de regreso a California en 1971 para comenzar todo de nuevo. Peter había hecho arreglos con la administración de que debían contratarnos como pareja, conmigo como su secretaria. Algunos consideraron esto un poco extraño; y en realidad había una regla escrita en alguna parte que marido y mujer no podían trabajar juntos. Pero Peter fue insistente … yo era parte del paquete. Ellos aceptaron y desde entonces hemos trabajado juntos. Él se convirtió en professor asociado de Crecimiento de Iglesia y Estudios Latinoamericanos. Yo servía como su secretaria. Trabajaba con el comité de publicidad y supervisaba todos los aspectos técnicos de disertación y tesis.

El crecimiento de iglesias era nuestra especialidad, tanto en los EE. UU. como en el extranjero. Las placas personalizadas de nuestros autos en California eran MT 28:19 y MT 28:20 … la Gran Comisión. Llegamos a conocer muchos pastores de iglesias crecientes, primero como estudiantes y luego como ejemplos para otros estudiantes de Peter, mientras estudiaban sus iglesias y escribían documentos sobre los principios de crecimiento de las iglesias que habían aprendido en clases.

APARECE JOHN WIMBER
Uno de estos alumnos brillantes, John Wimber, llegó un día a tomar clases. Era el típico pastor cuáquero, excepto que era un recién convertido que había salido de la industria de la música. Antes de su conversión sus habilidades eran la música y la administración. Pronto se convirtió en un evangelista personal como pocos que hemos conocido. Su iglesia creció dramáticamente y su deseo era ayudar a que otras iglesias crecieran. Nos hicimos buenos amigos de John y Carol. Finalmente Peter le pidió a John que le ayudara a enseñar crecimiento de iglesias, de modo que renunció a su congregación y vino a trabajar con nosotros. El camino se le abrió también para considerar otras iglesias y denominaciones. Con su tremendo don de evangelista, pronto se inquietó su espíritu y solicitó abrir una iglesia … algo así como un segundo empleo. De esta manera tuvo su humilde inicio la Comunidad Cristiana Vineyard. John tuvo que dejarnos para dedicar todo su tiempo a Vineyard, pero mantuvimos la amistad y a menudo visitábamos su iglesia los domingos por la noche. En esa época, ¡allí era donde se encontraba la acción de Los Ángeles!
El Señor dirigió a John a orar por los enfermos. Él cuenta que fue por obediencia absoluta, sin que tuviera mayores resultados durante algunos meses. Luego sucedió … se llevó a cabo su primera sanidad divina, una de centenares, por no hablar de las miles más que siguieron. Peter invitó a John a dictar en Fuller clases de oración por los enfermos, las cuales nosotros también tomamos. Se sanaron miles y pasamos por una gran época en nuestras vidas. Aunque esto atrajo cierta oposición entre algunos de nuestros colegas, seguimos adelante sabiendo que Dios quería que enseñáramos a nuestros estudiantes a ser mejores misioneros de lo que éramos.

Ahora viene la conexión que ha estado esperando. Usted no ora durante mucho tiempo por los enfermos antes de que aparezcan disturbios emocionales y se manifieste un demonio con gritos y contorsiones corporales. Así fue como enfrenté mi primer demonio. No lo busqué; me llegó y debía hacer algo al respecto.

Puesto que este asunto del poder se había acercado más a nuestro hogar, yo quería aprender todo lo que pudiera al respecto, por lo que tomé una clase sobre la teoría de la demonología que estaba dictando Carol Wimber en Anaheim Vineyard. Esas cuatro horas de enseñanza me calificaron para ser en la familia la experta en demonios. Fue justo después de esto que se presentó nuestro primer demonio.
¡CARA A CARA CON EL PRIMER DEMONIO!
Una joven escuchó que Peter tenía un éxito especial al orar por desórdenes óseos y problemas en la espalda. Era una alumna de Fuller, de modo que hizo una cita con Peter para que orara por ella en nuestras oficinas. Cuando Peter le ungió la frente con aceite se manifestó el demonio con gritos. Inmediatamente me acerqué a ella y dije: «¡Deténte!» Su cuerpo se paralizó y se hizo un silencio sepulcral. Ordené al demonio que diera su nombre, y una voz masculina dijo entre dientes de manera lenta y deliberada: «Lujuria».

Peter estaba impresionado. Tomó su cuaderno de notas, un lápiz y retrocedió, haciendo anotaciones con gran rapidez. Me hice cargo y procedí lo mejor que pude, ordenando al demonio que saliera. Cuando se manifestaron otros demonios, en el nombre de Jesús tomé autoridad sobre ellos para que salieran. ¡Pienso que Fuller nunca antes había oído ni visto salir tanto bullicio de la oficina de un profesor!
SI LO HACEMOS, HAGÁMOSLO BIEN
Estaba decidida a aprender cómo hacer esto mejor. Comencé a buscar libros sobre el asunto de echar fuera demonios y poco a poco fui aprendiendo hasta convertirme en experta. Encontré una pareja mayor en Australia de nombre Phyl y Noel Gibson. Ellos habían escrito algunos excelentes libros y folletos. Se hicieron cargo de mí y me instruyeron a distancia. Que Dios los bendiga por eso. Cuando tenía un caso difícil, les enviaba un fax y me respondían inmediatamente. Fueron los mejores amigos que tuve, ¡sin haberlos visto nunca!
Pronto tuve más personas solicitando liberación de las que podía atender. Me toma de dos o tres horas orar adecuadamente por una persona, y solo puedo orar por ellas una vez porque soy actualmente directora de la junta de un ministerio multimillonario que demanda mucho. Ese ministerio es Global Harvest Ministries [Ministerios de Cosecha Global] y el Centro Mundial de Oración aquí en Colorado Springs. Ahora debo limitar mis oraciones solo a obreros cristianos, pero enseño todo lo que puedo para que más y más personas se entrenen en liberación.



Mi sueño es ver cientos y eventualmente miles de iglesias en todo el mundo con un ministerio eficaz de liberación. Cuando Jesús dijo: «De gracia recibisteis, dad de gracia» (Mateo 10:8), se estaba refiriendo a sanar a los enfermos y echar fuera demonios. La segunda parte de ese sueño es ver iglesias con personas profesionales calificadas que operen como ministros de liberación.

Hoy más que nunca comprendo que Dios me preparó desde «hace mucho tiempo» para llevar a cabo y enseñar liberación. Él honró el hecho de que yo creía cada palabra de la Biblia. Cuando intenté vivirla, me dio la fe para creer que en realidad Jesús es el mismo ayer, hoy y por los siglos. Me dio padres amorosos y compasivos y un esposo con las mismas características, por tanto pude reflejar eso ante las personas necesitadas.
Mi clase de personalidad es la de una persona flemática y pacificadora que no puede estar en conflicto. Le pregunté al Señor por qué me colocó en posición de tener que tratar con demonios cuando me gusta la paz a mi alrededor. Entonces me percaté que mi labor era arreglar esto para que otros pudieran tener la paz de los tormentos que añoraban. De modo que soy una persona «arregladora». Oro que este práctico libro ayude a quienes están llamados a este ministerio a sacar ventaja de lo que me ha llevado años aprender.


Wagner, D. M. (2001). Cómo echar fuera demonios : Una guia basica (7). Nashville, Tenn.: Editorial Caribe.
Si deseas este libro, escríbeme a  claudipoma@hotmail.com  y te enviaré gratuitamente, que será muy útil para tu ministerio.


   
  Enseña a Enseñar
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