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miércoles, 26 de febrero de 2014

sirviendo al Señor con toda humildad, y con muchas lágrimas

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6


 
 
Tipo de Archivo: PDF | Tamaño: MBytes | Idioma: Spanish | Categoría: Capacitación Ministerial
El llamado de andar digno de la vocación celestial
Dr. Ernesto Johnson
Seminario Bíblico Río Grande
Pablo está para lanzar la última mitad de la epístola con un fuerte énfasis sobre la Iglesia, el Cuerpo de Cristo, en acción y el andar cristiano. Después de desplegar la gracia soberana de Dios en el Gran Designo (Efesios 1:11), le toca el andar del creyente de acuerdo de la misericordia y la gracia de Dios manifestadas en la Cruz y es como un eco de Romanos 12:1, 2: “Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, and agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”. 
El creyente no es tan solo un individual salvo sino un miembro de la Iglesia, el Cuerpo de Cristo. Además no es tan solo un gentil o judío sino ahora Dios ha hecho “de ambos un solo y nuevo hombre”, Israel y los gentiles (Efesios 2:14,15; 3:8-11).  Pentecostés ha inaugurado el “misterio” de la Iglesia desde antes escondido, pero ahora revelado por el llamado divino del Apóstol Pablo. Este es el momento, pues, de introducir el tema principal de la carta, la Iglesia tanto en su forma mística y universal como local y el andar que les corresponde.
Mateo registró en medio del ministerio terrenal de Jesús una promesa algo enigmática pero definitiva y sin explicación.  En dicho momento crítico, Jesús se dirigió a Pedro y a los discípulos: “Y yo también te digo, que tú eres Pedro [“petros” arameo por Cefas], y sobre esta roca [petrai – precipicio o retallo fuerte] 1Mateo 7:24] edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella” (Mateo16:18).  Esta declaración fuerte fue tanto una profecía como una promesa que se realizaría en el Día de Pentecostés y por delante. Cristo sabía porque había venido al mundo–para ser Cabeza de la Iglesia.
La Apelación fuerte al andar de los efesios    Efesio 4:1
 Pablo vuelve a dirigirse a los efesios casi como se presentó en el capítulo anterior.  En Efesios 3:1 dijo: “Por esta causa yo Pablo, prisonero de Cristo Jesús por vosotros los gentiles”. Se presenta como  el encarcelado en Roma por haber apelado a Roma bajo la presión de acusaciones falsas por el evangelio (Hechos 21: 26-29).  Pero en 4.1 hay un cambio bien notable: “Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis  como es digno de la vocación con que fuisteis llamados” [otra vez un eco de Romanos 12:1, 2].
Pasa de ser prisonero en Roma a su llamado divino de “ser preso en el Señor”. ¡Qué gran cambio de perspectiva!  No hay queja ni suspiro sino más bien el alto privilegio de ser representante del Señor mismo ante el mundo. No se ve como la víctima de César sino como el digno embajador del cielo. Pablo respira la misma dignidad del llamado divino.
En esta majestuosa vocación celestial, Pablo se ve y les hace ver la perspectiva de que son embajadores de Cristo. “Así que, como somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros, rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios” (2 Corintios 5: 20). Ojalá que captemos ese espíritu de dignidad en la misericordia extendida a nosotros, los inmerecidos.
En este espíritu Pablo ruega o apela a los efesios que se den cuenta de esta alta vocación en Cristo, la Cabeza de la Iglesia. De ninguna manera es como si hubiese algún valor inherente en nosotros. Muy al contrario, el llamado celestial se nos exige tal andar. Andamos acorde de la importancia de nuestro Mensaje de la Cruz.  Andamos a compás de nuestro alto honor.
Toma nota de la frecuencia del verbo “andar” que incluye todo aspecto de la vida cotidiana. Es verbo de acción “andar” que será la palabra clave en el resto de la epístola: “Os ruego que andéis como es digno . . . .”  Marcará las secciones principales: 1) “ya no andéis como los otros gentiles (4:17);  2) “Y andad en amor (5:2);  3) “andad como hijos de luz” (v.8);  4) “Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sin como sabios” (v. 15).
El uso de la palabra “andar” es una apelación fuerte y Pablo escoge el aoristo (tiempo pasado).  Este tiempo, muy interesante en griego, subraya el aspecto de un nuevo punto de partida, definitivo y decisivo e irrepetible.  Pero también a veces el aoristo tiene el sentido de dar resumen de manera de recoger toda una idea en un solo concepto más bien que en un punto específico de tiempo.2  De esta  manera Pablo les llama la atención a esta apelación clave y permanente.
Tres Característicos Sobresalientes del creyente ante la Iglesia     Efesios 4: 2-4
 Primero    la humildad y la mansedumbre     Efesios 2: 2a
Pablo introduce lo práctico de la epístola dando tres signos y virtudes sobresalientes. En el resto de la carta, entrará en gran detalle nombrando lo que no deben hacer y el “cómo” pueden salir avante. Pero estas tres virtudes son las cualidades espirituales que han de distinguir siempre  al creyente.
** “que andéis . . . con toda humildad y mansedumbre (v.2 a). La humildad tiene que ser la clave  del andar del creyente.  Si la hay, no puede haber ni división ni rencor, ya que la marca distintiva de la Iglesia es la unidad. Se puede decir esto con plena confianza porque fue la virtud exhibida en Jesús en la última cena con sus discípulos. “Sabiendo Jesús que el Padre le había dado todas las cosas en las manos, y que había salido de Dios, y a Dios iba, se levantó de la cena, y se quitó su manto, y tomando una toalla, se la ciñó. Luego puso agua en un lebrillo, y comenzó a lavar los pies de los discípulos, y a enjaguarlos con la toalla con que estaba ceñido” (Juan 13:3-5).
Siendo la última vez reunidos los discípulos y aun antes de darles cuatro hermosos capítulos de enseñanza divina, les mostró la virtud que sobrepasa todas las virtudes y todas las enseñanzas. Claro su encarnación fue en sí un acto de profunda humildad—nacido en un pesebre, saludado por los humildes pastores en un mesón. Pero el sermón más poderoso de todos los sermones que jamás Jesús predicó fue el de tomar una toalla como siervo  y les lava los pies. ¡Aun más, le lavó con el mismo cariño a Judas Iscariote los pies!
En otra ocasión llamativa Jesús dijo: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi jugo sobre vosotros, y aprended de mí por soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas, porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga” (Mateo 11:28-30). Jesús mismo se definió en estas dos virtudes. Si mora Cristo en nosotros, no podemos ser más que humildes y mansos de modo creciente.
Otra vislumbre de la preeminencia de la humildad de Jesús y luego en el antes orgulloso fariseo Pablo fue en su última despedida de los mismos ancianos de Éfeso. “Enviando, pues, desde Mileto a Éfeso, hizo llamar a los ancianos de la iglesia. Cuando vinieron a él, les dijo: “vosotros sabéis cómo me he comportado entre vosotros todo el tiempo, del primer día que entré en Asia, sirviendo al Señor con toda humildad, y con muchas lágrimas . . . (Hechos 20:17-19).
Debemos recordar que Pablo pasó tres años entre ellos. Al apelar a su conducta y a su carácter ante aquellos que mejor lo conocían, reveló la integridad y la humildad de Pablo. No apeló primero a sus milagros ni proyectos ni éxito sino solo a toda su humildad. La esencia de la humildad es lo bajo ante Dios y ante sí mismo–la buena voluntad de ser siervo, ausente el “yo” tan destructivo.
Podemos comprender esto solo a base de su co-crucifixión con Cristo en Romanos 6:6. Su lema—“ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí” (Gálatas 2:20). “Para mí el vivir es Cristo” (Filipenses 1:21). Pablo encarnó su mensaje. Sin una verdadera muerte al “yo”, no puede haber la humildad.  Lo hermoso es que en la Cruz Dios ya dio el golpe cósmico al orgullo y al egoísmo. Nos es cuestión de solo creer y contarnos muertos y vivos y andar por fe (Romanos 6:1,6, 10-14).
Pablo también menciona la mansedumbre la cual es virtud muy al estilo, gemela de la humidad. Si la humidad es esencialmente nuestra posición vertical ante la santidad de Dios, la mansedumbre es nuestra actitud horizontal hacia nuestro prójimo.  La mansedumbre es la ternura, la bondad, el espíritu servicial ante el otro, no importa quien sea.
Segundo    el soportarnos el uno al otro      Efesios 4:2b
** “andéis . . . soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor(v.2b). Esta es el segundo característico  que destaca el creyente ante la unidad maravillosa de la Iglesia. En cierto sentido lo que sigue es la misma verdadera humildad, pero ya en plena acción.  En este contexto el humilde aguanta a su hermano(a) en el Cuerpo de Cristo porque son miembros el uno del otro bajo Cristo. Compartimos en común la vida de la Cabeza de la Iglesia.  Así nuestro andar significa la paz en toda relación, reacción y contacto en toda circunstancia sin excepción.  Pero Pablo agrega “con paciencia”, allí está la prueba.
Pablo reconoce implícitamente que habrá tensiones entre los hermanos, aun los unidos en Cristo. Él dijo: “y además de otras cosas, lo que sobre mí se agolpa cada día, la preocupación por todas las iglesias” (2 Corintios 11: 28). El creyente tendrá que mantener largamente  siempre esa actitud correcta delante de Dios y de otros. Solo podrá hacerlo en amor, la cualidad divina al alcance nuestro en unión con Cristo.” El amor es sufrido, es benigno . . . todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta” (1 Corintios 13:4,7).
El verdadero punto de partida es que Dios tiene que hacer la obra de crucificar nuestro orgullo y ya lo hizo de una vez en la Cruz, tal es la obra acabada de Dios.  El verdadero humilde es el primero en reconocer de corazón aquello en su propia vida. Si no lo reconoce, ni es humilde, sino secretamente es orgulloso por su dizque “espiritualidad”. Claro que no nos cuesta nada decir públicamente que no somos perfectos.  Pero tantas veces nos comparamos y muy adentro no soportamos al otro.
Si puedo compartir uno de los tratos más profundos de mi vida. Desde muy joven me dediqué al Señor y con ciertos honores académicos y reputación de “consagrado” anduve sincero  pero muy  ignorante y engañado en cuanto a lo que veía en mí Dios.  En mi primer pastorado (1949-1954) empecé una serie en Romanos 6  con la esperanza de que Dios obrara más profundamente en mis miembros. En medio de mi prédica en Romanos 6: 6, el mismo Espíritu me dijo a mi espíritu: “Ernesto, tú eres hipócrita;  no sabes nada de esto.” ¡Qué golpe!  Ellos eran los que necesitaban este mensaje, yo no.
Después de unos meses se me sorprendió al ser invitado a ser conferencista (1952) por primera vez. Después de mi primer mensaje  domingo en la mañana sobre la Consagración entera, otro conferencista iba a hablar en la tarde. No oí nada de su mensaje sino que Dios me mostró mi propia maldad. Dios me reveló a mí el profundo “orgullo espiritual” y la derrota en mi vida. Por primera vez me vi, en parte, lo que Dios veía. Me quebrantó de corazón. Pero en lugar de dejarme guardar lo revelado, me dijo a mi espíritu: “Ponte en pie y diles qué hipócrita eres tú.”
No hubo otra salida. Lo hice y después de una confesión pública, no pude más.  Me quedé llorando y me senté quebrantado. Pero ya libre por primera vez  de mi máscara espiritual que antes yo no veía. Pero en ese momento entré en mi muerte con Cristo  (Romanos 6:6—“conociendo esto que Ernesto Johnson fue co crucificado con él . . .”). Me vida dio una vuelta de 180 grados.
Pero Dios todavía me tiene mucho terreno que ocupar para delante. Ahora puedo soportar a mi hermano en cualquier situación como Dios me soportó a mí.  Identificado el creyente en su muerte con Cristo y tomando por fe la nueva vida resucitada con Cristo, bien puede cumplir con este requisito.
Dios solo sabe de todas las tristes divisiones y pleitos que deshonran su nombre en la iglesia local. Pero hay solución en esa muerte y resurrección bien abrazadas. Así Pablo pone el cimiento de la unidad de la Iglesia que viene siendo la marca preeminente entre un mundo de divisiones carnales.
Tercero     comprometidos a guardar la unidad del Espíritu   Efesios 4:3
** Andéis . . . solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz. Se debe notar primero que la traducción “solícito” según el Diccionario de la Real Academia Española es “hacer diligencias o gestionar  negocios propio o ajenos.”  Pablo dijo a Timoteo: “procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de Dios” (2 Timoteo 2:15).  A los Tesalonicenses dijo: “ . . . tanto más  procuramos con mucho deseo ver vuestro amor” (1Thesalonicenses  2:17) .
Lo que sobresalir a primera lectura es que el Espíritu Santo ya forjó la unidad. No nos toca crearla ni mejorarla. Pero que sí nos toca guardarla como nuestro alto deber, como un andar que implica vigilancia, esfuerzo y compromiso a toda costa. 
Una cosa negativa es el individualismo tan prevaleciente en ciertas culturas. En América Latina ha habido el caudillismo o el caciquismo. Es una reconocida y estudiada realidad en la historia de la Américas post colonizadas. En Argentina hubo Rosas, en Venezuela Vicente Gómez, en Ecuador García Moreno,  en Nicaragua Somoza, en México Santa Ana y  Porfirio Díaz, etc. [Saqué mi maestría en la literatura y la historia de Latinoamérica].
Puede haber en la iglesia local una familia que manda por la influencia del dinero o por haber tenido larga historia en el templo. Ese tipo de control en sí va en contra de Cristo, la Cabeza y los miembros solícitos de la unidad del Espíritu.
A vez el pastor “orquestra” se ve haciéndolo todo y manejándolo todo. Otro gran peligro hoy es el rol de líder de la mega-iglesia que, a veces pero no siempre, sirve más de caudillo y los miles le siguen con el entretenimiento de los cantores. Muchos de estos han caído. El patrón bíblica es el líder siervo como Cristo estuvo entre los suyos. “Porque, ¿cuál es mayor, el que se sienta a la mesa, o el que sirve? ¿No es el que se sienta a la mesa? Mas yo estoy entre vosotros como el que sirve” (Lucas 22: 27).
Pablo introduce el resto de Efesios con estas cualidades básicas, cualidades que surgen de la vida de Cristo consumada en la Cruz. Murió por nosotros. Pero mucho más, muriendo nos llevó consigo mismo a morir al pecado, el “yo” o el orgullo para que llevemos una vida en novedad de vida.  Tal vida está definida como la que sirve con humildad y mansedumbre, soportándonos todos sin excepción y comprometidos en guardar y defender la unidad del Espíritu.


lunes, 9 de diciembre de 2013

La Iglesia: Instrumento para eliminar Barreras entre los hombres

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6


 
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Información 
La cabeza es la parte que dirige a todo el cuerpo, lo cual reconocemos también en otros ámbitos. Así se llama el director de departamento en mi trabajo “cabeza del departamento” (head of the department) o como decimos comúnmente “cabeza de familia” o jefe de estado (head of the state). Lo que queremos decir en estas expresiones con el término “cabeza”, es aquella persona, la que es responsable de dirigir, de tomar decisiones en el trabajo, con la familia, en el país etc. No hay dirección si no hay cabeza, o si aquellos que están bajo la cabeza, no obedecen lo que la cabeza dice.
La Biblia, La Palabra de Dios escrita, nos dice que somos miembros del cuerpo de Cristo, la iglesia, la “ecclesia”. Con el término “ecclesia” no me refiero ni a la Biblia, ni tampoco a edificios u otras construcciones humanas, sino a la suma de todos aquellos que creen que Jesucristo es el Señor y que Dios lo resucitó de entre los muertos (Romanos 10:9). Todo aquel que cree lo anterior, se hace automáticamente miembro de la familia de Dios, del cuerpo de Cristo, la iglesia, la “ecclesia”. La Biblia también nos dice quién es la cabeza, el director del cuerpo; el cual no es otro mas que el mismo Hijo de Dios, el Señor Jesucristo. Veamos lo siguiente.-
 
Efesios 1:22
“y sometió todas las cosas bajo sus pies [los pies de Jesucristo], y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia
 
Efesios 4:15-16
“sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor.”
 
Efesios 5:23
Cristo es cabeza de la iglesia
 
Colosenses 1:17-18
“Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten; y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia
 
Y aquí hay algunos pasajes que ponen en claro que nosotros, los que creemos en el Hijo de Dios, somo miembros del cuerpo, del cual el Señor Jesucristo es la cabeza.
 
Romanos 12:4-5
“Porque de la manera que en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función, así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros.
 
1 Corintios 12:12-27
“Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo. Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu. Además, el cuerpo no es un solo miembro, sino muchos. Si dijere el pie: Porque no soy mano, no soy del cuerpo, ¿por eso no será del cuerpo? Y si dijere la oreja: Porque no soy ojo, no soy del cuerpo, ¿por eso no será del cuerpo? Si todo el cuerpo fuese ojo, ¿dónde estaría el oído? Si todo fuese oído, ¿dónde estaría el olfato? Mas ahora Dios ha colocado los miembros cada uno de ellos en el cuerpo, como él quiso. Porque si todos fueran un solo miembro, ¿dónde estaría el cuerpo? Pero ahora son muchos los miembros, pero el cuerpo es uno solo. Ni el ojo puede decir a la mano: No te necesito, ni tampoco la cabeza a los pies: No tengo necesidad de vosotros. Antes bien los miembros del cuerpo que parecen más débiles, son los más necesarios; y a aquellos del cuerpo que nos parecen menos dignos, a éstos vestimos más dignamente; y los que en nosotros son menos decorosos, se tratan con más decoro. Porque los que en nosotros son más decorosos, no tienen necesidad; pero Dios ordenó el cuerpo, dando más abundante honor al que le faltaba, para que no haya desavenencia en el cuerpo, sino que los miembros todos se preocupen los unos por los otros. De manera que si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él, y si un miembro recibe honra, todos los miembros con él se gozan. Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular.”
 
Efesios 5:30
“porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos.”
 
En estas dos páginas de la Escritura del Nuevo Testamento, tres preguntas dan respuestas tan claras como el agua:
 

1. Cuerpo de Cristo: es uno o muchos?

Hay UNO y solamente UN cuerpo de Cristo. “Ecclesia” es el cuerpo de Cristo y es solo UNO. Me refiero a la Iglesia de Cristo universal y no la iglesia local y/o en cada ciudad. Sin la intención de hacer un paréntesis, en cada ciudad, localmente hablando, hay en la Escritura UNA y solamente UNA iglesia en la ciudad, era la iglesia en Corintio, la iglesia de Colosas, la iglesia en Jerusalen etc. No hay nada en la biblia que respalde lo que conocemos hoy: muchas iglesias, sin relación una con otra, en la misma ciudad. También el concepto de denominaciones es totalmente desconocido en la Escritura; no hay Bautista, Presbiteriano, Pentecostés, Ortodoxo, Católico o cualquier otra denominación. Lo que viene en la Escritura es una simple cosa: solamente Cristianos “y a los discípulos se les llamó cristianos por primera vez en Antioquía.” (Hechos 11:26). Para resumir, lo que vemos en la Escritura es UN cuerpo el cual incluye todo aquel que cree que Jesucristo es el Señor y que Dios lo levantó de los muertos (Romanos 10:9). Lo que también vemos es que hay una sola cabeza en ese cuerpo, el Hijo de Dios mismo, el Señor Jesucristo.
 

2. Nosotros en el cuerpo de Cristo: ¿Existe una jerarquía de arriba hacia abajo en la relación entre creyentes?

Lo que también se puso en claro en los pasajes anteriores del Nuevo Testamento es que somos miembros del cuerpo de Cristo, miembros uno del otro. Por lo tanto, la relación de uno con el otro no es jerárquica, exáctamente así como la relación de los miembros en nuestro propio cuerpo. El pie no dice “soy el jefe aquí” o la mano no dice que quiere estar arriba como la oreja. El pie es feliz de ser pie, porque Dios lo creo así y lo puso en el lugar que debía de estar. También es grato ver que la mano hace lo que se supone que debe hacer. El pie y la mano son ambos miembros del mismo cuerpo, por lo cual están conectados unos con otros. La mano no puede vivir por sí misma fuera del cuerpo; tiene vida y función solamente dentro del cuerpo. Del mismo modo aplica para los miembros del cuerpo de Cristo, los que creen en el Señor Jesucristo. La relación unos con otros no es en una jerarquía de arriba hacia abajo donde el creyente X tiene una posición más alta que el creyente Y y que todavía necesita alcanzar al creyente Z. Tampoco hay competencia dentro del cuerpo. Todo aquel que cree en el Señor Jesucristo y en su resurrección ha sido puesto por Dios mismo en el cuerpo de Cristo con una función específica y todos los miembros son valiosos. Como Pablo dijo más arriba: “Antes bien los miembros del cuerpo que parecen más débiles, son los más necesarios”.
 

3. Cabeza del cuerpo: ¿quién es la cabeza, el líder de la iglesia?

Finalmente, y ésto lo hemos notado desde el principio del artículo, queda claro que la Escritura reconoce una y solamente una Cabeza de este cuerpo; la cual no es nada más y nada menos que el mismo Hijo de Dios, el Señor Jesucristo. Él es la Cabeza, el director de la iglesia, el que está por encima de todos, él dirige la iglesia, Su cuerpo, por lo cual es a Él a quien el cuerpo debe pedir instrucción y dirección.
 

4. Conclusión

Este es un artículo muy corto y aunque necesita completarse más, no creo que necesitemos un libro para establecer algunas verdades básicas sobre la iglesia que se encuentran en la Escritura. Todos nosotros muy a menudo preferimos confiar en jerarquía humana para que decida por nosotros. Todos nosotros frecuentemente nos hacemos a un lado esperando a alguien más, a un “profesional en la materia” para que haga lo que se supone nosotros mismos debemos hacer o para que nos diga qué es lo que debemos de hacer. Buscamos mortales CEO´s de la iglesia para que le diga a cada quién en lo individual lo que debe hacer, así como si fuera el jefe de departamento en el mundo laboral que conocemos. Nuestro mundo laboral así como sus prácticas son copiadas muy a menudo en la iglesia. Sin embargo, tenemos que notar una cosa, la Escritura dice que Dios dio a Cristo por “cabeza SOBRE TODAS LAS COSAS a la iglesia”. Observa “SOBRE TODAS LAS COSAS”. Ahora, ¿qué crees? Sobre todas las cosas significa SOBRE TODAS LAS COSAS. No se dejó nada afuera de ese ¡“sobre todas”! Cristo y no un hombre mortal – quien sin embargo (el hombre mortal), bien intencionadamente puede que sea -el jefe, el maestro, el CEO, el “sobre todos” en la iglesia.
Observa también que el cuerpo crece “según la actividad propia de cada miembro” cada quién hace su parte. ¡CADA QUIÉN! De nuevo, ¿qué crees? “cada quién” significa CADA QUIÉN. Aquí no hay excepciones. La Biblia no sugiere en ningún lado que alguien hace todo y los otros no hacen nada. Cada uno de nosotros debe ir al Señor y preguntarle, como la Cabeza que es, el que maneja el organismo llamado iglesia: “¿Señor, qué quieres que haga? Tú eres la cabeza, dirígeme como tú quieras, a donde tú quieras” Dejemos de buscar al hombre mortal para que nos dirija. La dirección puede venir únicamente de la cabeza y la cabeza es una: ¡Cristo! Volvamos a Él y busquemos dirección.
 
Mateo 7:8
“Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.”

domingo, 6 de octubre de 2013

Efesios: El mensaje de La Cruz nos une

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6


 
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Otro triunfo de la gracia – el mensaje de la Cruz en unirnos Efesios 2:10-16

Después de la doxología por excelencia y la oración magnífica de Efesios 1, Pablo incluye en las dos la cumbre –  nuestra resurrección con Cristo lograda por la gracia de Dios (1:3, 4, 18, 19, 23). Además de estar resucitados con él estamos sentados  con él a la diestra de Dios (2:6). No puede haber  mayor gracia ni gloria y todo por el amor y la misericordia de Dios mismo. Nuestra mente y corazón no pueden  comprender estas alturas.
La “supereminente grandeza del poder” de Dios se magnifica tomando en cuenta el triste trasfondo nuestro de estar muertos en delitos y pecados, caminando conforme al principio de la potestad del aire, siendo hijos de desobediencia (vv.1, 2). Tanto los gentiles como los judíos estuvimos sumidos en la misma naturaleza pecaminosa.  Pero a pesar de todo aquello, Pablo pone la conjunción que sirve de girar sobre el eje  – “Pero Dios . . . .”
Resumen bendito del triunfo de la pura gracia  Efesios 2: 4-10
En palabras breves y concisas no podemos mejor que citar: Pero  Dios, que es rico enmisericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando en nosotros muertos en pecados, no dio vida juntamente con Cristo . . .”  Lo que sigue es la porción clásica de nuestra “salvación tan grande”. Cuando Pablo usa la palabra en español “juntamente con Cristo”, la traducción original es estar en Cristo de tal manera que somos copartícipes en unión con él.
En la historia de España, el país se unió en el siglo quince bajo la divisa: “Tanto monta, monta tanto” que quería decir: tanto los haberes de Isabela la Católica de Castilla como los de Fernando de Aragón. La realidad histórica fue que traía mucho más Isabela.  Pero en nuestra unión con Cristo al contrario, compartimos con nuestra Cabeza al ser herederos de todo lo que él nos dio.
No puede perder de vista el énfasis al decir que todo fue  por la gracia de Dios; absolutamente nada aportamos. En el bendito paréntesis Pablo dice: “(Por gracia sois salvos)” (v.5). Se repite“Porque por gracia sois salvos  por medio de la fe; es esto no de vosotros, pues es don de Dios. No por obras, para que nadie se gloríe” (vv.8, 9).
Dios sabía muy bien la inveterada tendencia humana de sacar la gloria por lo mínimo hecho. A Gedeón  en la lucha con los madianitas, Dios le redujo el ejército de 22,000 a 300 con este consejo. “El pueblo que está contigo es mucho para que yo entregue a los madianitas en su mano, no sea que se alabe Israel contra mí diciendo: ‘Mi mano me ha salvado’” (Jueces 7:2,3).
 Vale la pena notar el gran por qué. “Y juntamente  copartícipes  con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros.”  Este triunfo de la gracia llevado a cabo en la Cruz como coparticipes será el cántico de los coros celestiales “Y oí como la voz de una gran multitud como el estruendo de muchas aguas, y como la voz de grandes truenos, que decía: ¡Aleluya, porque el Señor nuestro Dios todo poderoso reina!  Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria;  porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado” (Apocalipsis 19:6,7).
Queda una verdad más. Dios hará la obra; será en pura gracia, misericordia y bondad, atributos mencionados en la porción clásica.  Pero los que coparticipamos en la obra somos “hechurasuya”. Esta palabra solo se usa en Romanos 1:20  refiriéndose a la creación original. Tiene una aplicación exclusiva a la obra creativa de Dios mismo.
“Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús, para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas” (v.10). Somos nosotros mismos el producto de la nueva creación en Cristo (2 Corintios 5:17; Gálatas 5: 14,15). Lejos de gloriarnos en lo que hacemos, somos su “poema”.  El poema es una elaboración literaria que tiene simetría, belleza, ritmo y sentido, todo en una expresión figurativa única.  Nosotros llevamos la marca de su mano de misericordia y bondad.
Las obras que Dios puede aceptar no son las que proceden de nuestra inteligencia, ni título posgraduado, ni esfuerzo sino solo de  la misma vida de Cristo quien vive en nosotros y se manifiesta en dejar aparecer tales obras de él en nuestro andar por fe.
Un nuevo altiplano alcanzado por la obra de la Cruz    Efesios  2: 11-12
 Pablo ahora vuelve a nuestro mundo dividido, sumado en pecados separado el judío quien veía al gentil  como aquel doblemente perdido e inútil, apartado del Israel, el heredero de las promesas de Dios.  Pablo como fariseo así contemplaba al gentil. Hoy en día nos cuesta evaluar y sentir este antiguo mundo tan lejano. Para el orgulloso griego veía a los judíos como bárbaros, ignorantes, mientras los judíos veían a los demás como meros “étnias”, los samaritanos como perros.
Realmente desde  la época de Abraham  y el escogimiento soberano divino de  él como el primer judío, todos los demás “étnias” quedaban efectivamente fuera de la promesa del Mesías. Con el dar de la ley aun más el gentil estaba privado del acceso a la verdad. “En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel, y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo” (v. 12). Toma nota de las cinco repeticiones de  la triste condición.
Me gustaría agregar que entre los de la antigüedad  antes de Abraham habría algunos como aquellos a quienes predicó Enoc: “De éstos también profetizó Enoc, séptimo desde Adán, diciendo: ‘He aquí, vino el Señor con sus santas decenas de millares para hacer juicio
contra todos  . . .’” (Judas 14,15). Había otros también que conocían a Jehová a través de la Oralidad – lo pasado de generación a la generación. tales como Job y Melquisedec. En cierto sentido Israel fue luz a los gentiles. Dios puso a José como su misionero en la corte del Faraón, a David, el rey, entre las naciones de su época, a Daniel en los altos rangos de Babilonia y Persia por setenta años, y a Nehemías ante Artajerjes, rey de los persas.
Dios no se dejó sin testigo; pudiera haber  habido muchos que conocían al Dios verdadero.  El  cielo nos lo revelará pero todo será por la misericordia de Jehová.
Sin embargo, veamos de nuevo esas dos palabras claves como el eje: “ Pero Dios  . . . “ (vv.4, 13). Pablo da el próximo paso y anuncia el nuevo altiplano. El primero fue la doxología: el sentarse de Cristo a la diestra de Dios sobre todo principado (1:19,20); el segundo fue la resurrección nuestra: copartícipes en reinar con él (2: 5-7).  Ahora viene el tercer altiplano y el último avance: “crear en sí mismo (Cristo) de los dos un solo y nuevo hombre haciendo la paz (v. 15).
En el Gran Designo Dios tenía su plan; iba a remediar esta situación desigual. Lo haría a través de la Cruz. En esta porción de Efesios Pablo va a introducir el eje de la historia, tomando Dios a las dos divisiones y hacerlas en una.
La unión de los dos mundos en Cristo, la cumbre del Gran Designio    Efesios 2: 13-14
 El texto que sigue es tan solemne que los comentarios casi son superfluos. Escuchemos esta obra maestra: Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, alejados habéis sido hechos cercanos por la sangre de Dios. Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación, aboliendo en su carne las enemistadas, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz, y mediante la cruz reconciliar con Dios ambos en un solo cuerpo, matando en ella las enemistades” (vv.13-16).
Pablo analiza frase por fase este nuevo altiplano. La frase “pero ahora” o “pero Dios”  tanto en Romanos como en Efesios, los dos libros teológicos que trazan  el mensaje de la cruz, marcan un viraje llamativo o cambio de rumbo de mayor importancia.  Sigue la frase clave en Cristo señalando  que todo gira alrededor de la persona y la obra de Cristo en unión con elGran Designo a base de la Cruz donde reconcilió al pecador a Dios y Dios al pecador. “En quien tenemos  redención por su sangre, el perdón de los pecados según las riquezas de su gracia . . . dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según el beneplácito, el cual se había propuesto en sí mismo de reunir todas las cosas en Cristo . . . “ (Efesios 1:7-9).
Tal reconciliación satisfizo de una vez para siempre la santidad de Dios dejándolo ya en una posición de mostrar su eterno amor aun siendo nosotros pecadores. Establece la base de estar reconciliados en una sola palabra clave, la sangre de Cristo, el medio meritorio que hace posible tal acercamiento de Dios al pecador y del pecador a Dios, atraído por el Espíritu Santo. El mismo corazón de la salvación consiste en valorar el papel crucial de la sangre en el Antiguo Testamento y cumplido en el Nuevo.
La carga misma del libro a los Hebreos gira alrededor de la sangre. “Pero en estos sacrificios cada año se hace memoria de los pecados: porque la sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los pecados” (Hebreos 10:3,4).  El llamado final de Hebreos se nos da: “Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne . . . acerquémonos con corazón sincero . . .”  (vv.19,20,22).
Esta reconciliación resulta en paz con Dios y la paz de Dios. Volvemos al Isaías 53 para ver la profecía cumplida a pie de la letra después de 700 años. “Mas él herido por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos todos curados . . . Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándolo a padecimiento. Cuando haya  puesto su vida en expiación por el pecado, verá su linaje, vivirá por largos días y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada” (Isaías 53:5,10).
Cristo viene siendo la personificación de nuestra paz. “Porque él es nuestra paz, que de ambos  pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación” (Efesios 2:14). Vuelve Pablo al tema de los dos mundos, el judío y el gentil, dos mundos ajenos. Se decía que había una pared de piedras que separaba la corte de los gentiles de la entrada en el templo de Herodes para ofrecer sacrificios y gozarse ceremonialmente de la presencia de Dios. Se estaba cincelado: “No entre a pena de muerte.”  Tal era la fuerte separación de los dos mundos. En Hecho 21:29 -31 acusaron erróneamente que Pablo había traído a Trófimo, gentil de Éfeso, en el templo mismo cuando entró para hacer su voto que por fin aquello condujo a Pablo a Roma y a su martirio
Además de los múltiples reglamentos y minuciosas demandas de lo inmundo y lo limpio, la ley social y religiosa resultó en separar aun más a los judíos de los gentiles. Dios tuvo que dormir a Pedro para darle una visión de que no hay lo inmundo en Cristo. “Volvió la voz a él la segunda vez: Lo que  Dios limpió, no lo llames tú común” (Hechos 10:15). Los creyentes gentiles entran por la misma gracia de Dios
Por toda la vida Pablo como apóstol a los gentiles tenía que luchar contra la mentalidad legalista de los judíos.  La iglesia primitiva casi se desintegró con respecto a este tema hasta que el Concilio de Jerusalén resolvió el problema y trajo la paz entre los dos mundos de los creyentes de la primera generación (Hechos 15).
El Mensaje de la Cruz en plena gloria  Efesios  2:15.16
 En un resumen conciso Pablo pone a Cristo en el mero centro de esta ascensión al último altiplano.“(Cristo) . . . aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos, un solo y nuevo hombre, haciendo la paz, y mediante la cruz  reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando en ellas las enemistades” (vv.15.16).
La pequeña  frase “mediante la cruz” revela el eje del Gran Designio. Todo, sí todo, gira alrededor la obra de la Cruz que resultó en nuestra salvación personal –  muertos al pecado, sepultados y resucitados y sentados en lugares celestiales. Es todo una salvación presente y completa. Además  el creyente es miembro del Cuerpo de Cristo y comparte con todos en esta salvación. Este último altiplano reúne a los dos mundos, antes tan diversos y perdidos. “en una morada de Dios en el Espíritu Santo” (v.22).

jueves, 3 de octubre de 2013

La Iglesia y la Crucifixión: Efesios El escalado espiritual

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6


 
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                                EFESIOS, LA EPÍSTOLA DE LA IGLESIA Y LA CRUZ 
Pablo y su  gratitud ante el Gran Designo de Dios
Efesios 3: 1-13

 Pablo en Efesios ha escalado el monte Everest espiritual: primero habiéndonos escogido Dios desde antes de la fundación del mundo; así puso en marcha el Gran Designio en la doxología  (Efesios 1: 3-14) y después en la magnífica oración Pablo destacó el triunfo de Cruz en la resurrección nuestra en Cristo (1:15-23). En Efesios 2, a pesar de estar muertos en delitos, Dios nos dio vida, nos resucitó y nos hizo sentar en lugares celestiales; “porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto  no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras  para que nadie se gloríe” (2: 1-10).
Finalmente mediante la Cruz reconcilió a ambos en un solo cuerpo, matando en ellas las enemistades. La Iglesia de Cristo va creciendo bien coordinada hacia un templo santo  y espiritual, la misma morada de Dios sin distinción alguna entre judíos y gentiles, todos unidos en Cristo triunfante (2: 11-22).
Toma nota de que después de cada exposición del Gran Designio, estas verdades tan importantes, Pablo  eleva una oración ferviente. Así expresa el deseo de su corazón para que el creyente comprenda la maravilla y la grandeza de la gracia de Dios, lo cual es la obra del Espíritu Santo.
Una Ventana que da al corazón del Apóstol a los Gentiles    Efesios 3:1-7
Pareciera que Pablo iba a orar por los creyentes en Cristo por segunda vez ya que ellos eran “un solo y nuevo hombre” ante Dios. Empieza Efesios 3:1 así: “Por esta causa . . .” pero en lugar de elevar una plegaria, hace una digresión, cambia el rumbo. “Por esta causa, yo Pablo, prisonero de Cristo Jesús por vosotros . . , .”  Revelará su profunda gratitud que se apodera de él, deslumbrando su corazón frente a su llamado divino de ser Apóstol a las naciones.
Después de esta bendita digresión, vuelve a decir  lo que estaba antes a punto de hacer.Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo” (3:14).  Sigue la oración que respira el fuerte anhelo de Pablo para con ellos al contemplar con ellos la maravilla del Gran Designio (2:14-22).
Pablo tiene la costumbre algo frecuente de estar desarrollando una verdad y de repente tomar otro rumbo pero siempre bajo la guía del Espíritu Santo.  El autor inspirado no fue nunca un autómata, un mero copiador; al contario Dios habló a través de los hombres. “Entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, porque nunca la profecía fue traída de voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados (guidados) por el Espíritu Santo” (2 Pedro  1:20, 21).
La más notable digresión larga se encuentra en 2 Corintios 2:14 – 7:1 en la cual Pablo da  la esencia del Mensaje de la Cruz, en términos muy personales. ¡Qué  tesoro nos ha dejado!
Pudiéramos imaginarnos de que al empezar de orar  por los efesios, representantes de los hermanos de Asia, que se le resplandeciese como un relámpago toda su vida desde fariseo hasta estar en cadenas en Roma. No con nada del egoísmo sino con profunda pasión dice: “Yo Pablo, prisonero de Cristo Jesús por vosotros los gentiles (las étnias – naciones.” v.1).
 La trayectoria del fariseo fanático hasta Apóstol a las naciones. 
Vale la pena repasar la trayectoria de Pablo ya que ahora él la vuelve a vivir a todo color en la cárcel de César.  Siguen unos textos que nos dejan asombrados: “Y Saulo consentía en su muerte (Esteban)  . . . Y Saulo asolaba  la iglesia, y entrando casa por casa, arrastraba a hombres y a mujeres, y los entregaba en la cárcel” (Hechos 8:1,3). “Saulo, respirando aún amenazas, contra los discípulos del Señor, vino al sumo sacerdote y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, a fin de que si hallase algunos hombres o mujeres de este Camino, los trajese presos a Jerusalén” (9: 1,2).
 Sabemos bien la historia de su encuentro dramático con Jesús. “Saulo Saulo, ¿por qué me persigues? . . . ¿quién eres, Señor? . . . Yo soy Jesús, a quien tú persigues; dura cosa es dar coces contra el aguijón . . . Señor, ¿qué quieres que yo hago? (vv.4-6). Dios sin duda alguna lo visitó durante los tres días, Pablo ya  ciego y en ayunas. Dios reveló a Ananías por una  intervención dándole instrucciones: “Ananías respondió: Señor, he oído de muchos acerca de este hombre, cuántos males ha hecho a sus santos en Jerusalén; y aun aquí tiene autoridad de los principales sacerdotes para prender a todos los que invocan tu nombre” (vv.13, 14).
Sabemos tan bien la historia que no nos impacta tanto, pero ¡qué transformación y tan de repente y tan a fondo!  “En seguida predicaba a Cristo en las sinagogas, diciendo que éste era el Hijo de Dios. Y todos los que le oían estaban atónitos . . . pero Saulo mucho más se esforzaba, y confundía a los judíos que moraban en Damasco, demostrando que Jesús era el Cristo” (vv.20-22).
Los hermanos judíos no aceptaron de lleno a Pablo por sospechar su  pasado, pero Bernabé  lo trajo y  la evidencia de su conversión radical  por fin  triunfó. Gálatas 2 nos informa: “Después, pasados los catorce años, subí otra vez a Jerusalén con Bernabé, llevando también a Tito”.  Luego en el Concilio de Jerusalén en el año 50, por fin triunfó  la gracia de Dios sobre el legalismo de los judíos. Pablo jugó un papel importantísimo. Resultó por orden de Jerusalén que Pedro iría a los judíos y Pablo iría a los gentiles con la bendición de la iglesia madre. Al fin le costó lanzar el Gran Designio de Dios.  Por eso Pablo recapacitando no puede más que  traza la soberana mano de Dios.
Fue en su tercer viaje misionero en Éfeso donde Pablo públicamente se retiró de la sinagoga, lo cual había sido hasta entonces su plan de acción, “Y entrando Pablo en la sinagoga, habló con denuedo por espacio de tres meses, discutiendo y persuadiendo acerca del reino de Dios. Pero endureciéndose algunos y no creyendo, maldiciendo el Camino delante de la multitud, se apartó Pablo de ellos y separó a los discípulos, discutiendo cada día en la escuela de uno llamado Tirano” (Hechos19:8, 9).
Con esta larga trayectoria quizá podemos consentir la profunda emoción con que Pablo vuelve a  haber sido escogido para jugar el papel más grande del  plan eterno de Dios. Pablo contempla la grandeza de la gracia de Dios; es fuente de su constante maravilla. Habla de que fue por revelación: “por revelación me fue declarado el misterio” (v.3). Pablo se reconoce estar en el centro del plan de Dios, pero lejos de enorgullecerse, se humilla. No inventó este misterio, al contrario se le llegó por la iniciativa divina  ¡A Dios y solo a Dios sea la gloria!
                                                                                                             
Pablo profundiza el Gran Designio de Dios y su rol bajo la soberanía de Dios  Efesio 3:5-8

Cuando Pablo habla del “misterio” (vv.3, 5), no es nada misterioso, difícil de comprender, sino algo antes escondido o no desplegado, pero en el momento oportuno Dios iría a revelar lo que había venido planeando desde la eternidad. Ese momento oportuno fue Calvario y, sobre todo, Dios escogió a Pablo, el menos digno de todos, juntamente con los demás  apóstoles y profetas para anunciarlo a la Iglesia, el Cuerpo de Cristo su plan eterno (v.5).  Dios es él mismo que hizo de “un solo y nuevo hombre, haciendo la paz y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando las enemistades” (2:15,16).
En breve, él define el Gran Designio en un importante aspecto: “que los gentiles son coherederos y miembros  del mismo cuerpo, y copartícipes de la promesa en Cristo Jesús por medio del evangelio, del cual yo fui hecho ministro (siervo) por el don  de la gracia de Dios que me ha sido dado según la operación de su poder. A mí, que soy menos que el más pequeño de todos los santos, me fue dada esta gracia de anunciar entre los gentiles el evangelio de las inescrutables riquezas de Cristo” (vv.6-8).
Podemos ver la verdadera humildad de Pablo frente a esta iniciativa de Dios en escoger un fariseo fanático arrestado en camino a Damasco por la gracia y poder de Dios para darle este rol que de ninguna manera mereciera. Pablo inventa una palabra, una comparativa de una superlativa: “soy menos que el más pequeño de todos los santos” (v.8).
Realmente  la vida de Pablo fue  un eje en el plan eterno para la Iglesia de  Cristo. Con razón Dios le había dicho a Ananías: “Ve, porque instrumento escogido me es éste, para llevar mi nombre en presencia de los gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel; porque yo le mostraré cuánto le es necesario padecer por mi nombre” (Hechos 9:15-16).
El Gran Designio lanzado y extendido hacia los siglos venideros   Efesios 3: 9-11
Pablo vuelve a la gran extensión de esta última dispensación. La palabra “dispensación” tiene el concepto de dirigir, administrar y mantener  una familia en todos los aspectos, cierto tipo de gobernación. En versículo 8,9, Pablo reconoce su rol. “Y de aclarar a todos cuál sea la dispensación del misterio escondido desde los siglos en Dios, que creó todas las cosas.
El Gran Designo en Efesios tiene dos aspectos: 1).  el eterno designio del Trino Dios en reunir en Cristo todas las cosas y 2). en ese designio la Iglesia de Cristo, “un solo y nuevo hombre” mediante la Cruz será el reflejo de la “multiforme sabiduría de Dios ante los principados y  potestades en los lugares celestiales”. Pablo fue escogido para activar tal designio  ¡Qué honor y solemne responsabilidad! Por eso Pablo se emociona en estos párrafos.
La palabra “dispensación”” aparece en la doxología  Efesios 1:10,11: “de reunir en Cristo todas las cosas, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra. En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según su designio de su voluntad”. Todo giraba alrededor de la obra de la cruz, la obra magistral del Trino Dios. La doxología presenta   el ministerio del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, dándonos una vislumbre salvífica de cómo esa obra tomaría forma.
El segundo aspecto de la “dispensación” nos deja boquiabiertos y maravillados  Por medio de la obra de la Cruz, inaugurando la Iglesia como el Cuerpo de Cristo, Dios enseñará hasta a los principados y potestades la multiforme sabiduría de su designio. No podemos darnos cuenta del semejante propósito futuro que Dios nos da en  gracia una posición que sobrepasa la de todos los seres angélicos. Pone en otra perspectiva el tremendo privilegio que Dios nos da ahora para entrar más plenamente en nuestra herencia en Cristo.
Si regresamos a la oración de Pablo en Efesios 1:3-14 desde el actual punto de vista de 3: 8-10, vemos muy ampliado un nuevo concepto de nuestra herencia en Cristo. Que “os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento (“epignosis” nuestra vivencia práctica en Cristo) de él, alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos, y cuál  la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos  . . .” (Efesios 1:17-19). Entramos y realizamos todo esto por gracia . . . por medio de la fe.
Que Dios nos permita ver lo que él hará en nosotros, una exhibición de su sabiduría, ante los seres celestiales! ¡Qué pensamiento retador! De esta manera la sabiduría jaspeada de Dios será dada a conocer  a los  principados y potestades. Debe ser otra nueva motivación de dejar a Dios conformarnos a su gloriosa imagen. “Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor” (2 Corintios 3:18).
El  propósito eterno de Dios garantiza seguridad y acceso    Efesios 3:12-13
 Ya entendemos por qué Pablo se emociona tanto al recibir por revelación el glorioso futuro del Cuerpo de Cristo.  Pero no tan solo en el futuro sino también en la dura actualidad de estar encadenado y los efesios viviendo en una ciudad idolatra. Todo esto es “conforme al propósito eterno que hizo en Cristo Jesús nuestro Señor, en quien tenemos seguridad y acceso con confianza por medio de la fe en él” (vv.11, 12).  La idea principal de confianza es hablar con denuedo, con perfecta libertad y con plena confianza en la verdad.  Ya que Dios va forjando el futuro no hay por qué flaquear. Cuando Pablo lo decía, estaba viviendo en carne propia las tribulaciones con sumo gozo.
Al hablar Pablo de sus propias circunstancias actuales, los efesios sabían que sufría la cárcel por haber apelado a Cesar bajo la alegación falsa de haber metido a un gentil en el área del templo reservado exclusivamente para los judíos (Hechos 21-27-30).  Su propio testimonio lo sostenía y termina el párrafo exhortándoles a no desmayar.
Pablo habiéndoles animado a seguir adelante, está ya preparado para interceder para que los efesios entren en la plenitud de la victoria de la Cruz.  En seguida abrirá su corazón en intercesión semejante a la oración después de la doxología (Efesios 1:15-23).  Esta oración nos llevará hasta el corazón de Dios y a las puertas del cielo.


viernes, 20 de agosto de 2010

COMENTARIO BÍBLICO MUNDO HISPANO TOMO 21: GÁLATAS, EFESIOS, FILIPENSES, COLOSENSES Y FILEMÓN


COMENTARIO BIBLICO MUNDO HISPANO TOMO 21: GÁLATAS, EFESIOS, FILIPENSES,  COLOSENSES Y FILEMÓN

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     Información 
El Comentario pretende ser:  
  •   crítico, exegético y claro; 
  • una herramienta sencilla para profundizar en el estudio de la Biblia; 
  • apto para uso privado y en el ministerio público; 
  • una exposición del auténtico significado de la Biblia; 
  • útil para aplicación en la iglesia; 
  • contextualizado al mundo hispanoamericano; 
  • un instrumento que lleve a una nueva lectura del texto bíblico y a una más dinámica comprensión de ella; 
  • un comentario que glorifique a Dios y edifique a su pueblo; 
  • un comentario práctico sobre toda la Biblia
El texto bíblico que se publica (con sus propias notas —señaladas en el texto con un asterisco, *,— y títulos de 
sección) es el de La Santa Biblia: Versión Reina-Valera Actualizada. Las razones para esta selección son múltiples: 
Desde su publicación parcial (El Evangelio de Juan, 1982; el Nuevo Testamento, 1986), y luego la publicación 
completa de la Biblia en 1989, ha ganado elogios críticos para estudios bíblicos serios. El Dr. Cecilio Arrastía la ha 
llamado “un buen instrumento de trabajo”. El Lic. Alberto F. Roldán la cataloga como “una valiosísima herramienta 
para la labor pastoral en el mundo de habla hispana”. Dice: “Conservando la belleza proverbial de la Reina-Valera 
clásica, esta nueva revisión actualiza magníficamente el texto, aclara —por medio de notas— los principales pro
blemas de transmisión. . . Constituye una valiosísima herramienta para la labor pastoral en el mundo de habla his
pana.” Aun algunos que han sido reticentes para animar su uso en los cultos públicos (por no ser la traducción de 
uso más generalizado) han reconocido su gran valor como “una Biblia de estudio”. Su uso en el Comentario sirve 
como otro ángulo para arrojar nueva luz sobre el Texto Sagrado. Si usted ya posee y utiliza esta Biblia, su uso en el 
Comentario seguramente le complacerá; será como encontrar un ya conocido amigo en la tarea hermenéutica. Y si 
usted hasta ahora la llega a conocer y usar, es su oportunidad de trabajar con un nuevo amigo en la labor que nos
une: comprender y comunicar las verdades divinas. En todo caso, creemos que esta característica del Comentario 
será una novedad que guste, ayude y abra nuevos caminos de entendimiento bíblico. La RVA aguanta el análisis 
como una fiel y honesta presentación de la Palabra de Dios. 

Recomendamos una nueva lectura de la Introducción a
la Biblia RVA que es donde se aclaran su historia, su meta, su metodología y algunos de sus usos particulares: 

(
por ejemplo, el de letra cursiva para señalar citas directas tomadas de Escrituras más antiguas). 



CONTENIDO



1.     Principios de interpretación de la Biblia 

2.     Autoridad e inspiración de la Biblia 
3.     La ley (Torah) 
4.     La arqueología y la Biblia 
5.     La geografía de la Biblia 
6.     El texto de la Biblia 
7.     Los idiomas de la Biblia  
8.     La adoración y la música en la Biblia 
9.     Géneros literarios del Antiguo Testamento 
10.     Teología del Antiguo Testamento  
11.     Instituciones del Antiguo Testamento 
12.     La historia general de Israel 
13.     El mensaje del Antiguo Testamento para la iglesia de hoy 
14.     El período intertestamentario 
15.     El mundo grecorromano del primer siglo 
16.     La vida y las enseñanzas de Jesús 
17.     Teología del Nuevo Testamento 
18.     La iglesia en el Nuevo Testamento 
19.     La vida y las enseñanzas de Pablo 
20.     El desarrollo de la ética en la Biblia 
21.     La literatura del Nuevo Testamento 
22.     El ministerio en el Nuevo Testamento 
23.     El cumplimiento del Antiguo Testamento en el Nuevo Testamento 
24.     La literatura apocalíptica 




   

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