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sábado, 24 de diciembre de 2011

Controlar los Gastos:Actitud Inteligente según la Biblia

biblias y miles de comentarios
 
Tipo de Archivo: PDF | Tamaño: 29MBytes | Idioma: Spanish | Categoría: Capacitación Ministerial
Información
comprar
inteligentemente
«… se requiere de los administradores que cada uno sea hallado fiel»5
—San Pablo
Consumir no es malo. Ninguno de nosotros estaría vivo si no consumiéramos. Sin embargo, creo que cómo consumimos es lo que hace la diferencia entre perdedores y ganadores. Un comprador inteligente es aquel comprador que sabe lo que necesita, tiene un plan de acción, toma decisiones basadas en principios y valores sólidos y, al final del día, ¡sale con dinero en el bolsillo!
Hay tres cosas que considero muy importantes al momento de comprar inteligentemente:
     Primero, uno debe tener un plan para controlar gastos.
     Segundo, uno debe diferenciar conscientemente entre necesidades, deseos y gustos.
     Y finalmente, uno debe desarrollar ciertas tendencias en el carácter personal que le permitan reaccionar apropiadamente bajo presión (que es cuando, en la mayoría de los casos, cometemos los errores económicos más importantes).
A. Un plan para respetar
Si usted quiere ser un comprador inteligente, si quiere que le vaya bien en sus compras, en primer lugar tiene que tener una forma de controlar el dinero y no dejar que el dinero lo controle a uno. Muchos latinos viven para consumir en lugar de consumir para vivir. Viven atrapados por la incertidumbre de si llegarán a fin de mes o no, sin tener la menor idea de cómo están gastando su dinero.
Hablamos de un plan para controlar gastos porque es importantísimo tener un plan que nos permita parar a tiempo una vez que se acabaron los recursos disponibles para hacer una determinada compra. Al mismo tiempo, un plan de control de gastos—un presupuesto—nos permitirá saber exactamente no solo cuánto podemos gastar en una determinada compra, sino que también determinará qué tan grande, nuevo o costoso será el bien que habremos de comprar … ¡antes de salir a la calle a comparar precios!
El plan de manejo del dinero que voy a presentarle tiene que ser adaptado a su situación particular en el país en donde vive. Quizás eso signifique que el presupuesto deba calcularse en dólares; quizá deba revisarse cada dos o tres meses; quizá no tenga que tener un presupuesto en absoluto, sino que tenga que desarrollar un plan propio para manejar sabiamente sus entradas económicas.
Lo importante es que tenga un plan. Si vive en los Estados Unidos o Canadá, esta guía para armar un presupuesto es exactamente lo que necesita para manejar sus finanzas con un plan apropiado. Los porcentajes sugeridos son para una familia de cuatro personas que gana un salario promedio en los Estados Unidos, Puerto Rico o Canadá. Si no vive en uno de esos países, por favor no le preste atención a los porcentajes. Los hemos colocado en beneficio de los millones de hispanohablantes que sí viven allí.
En esta sección vamos a aprender a armar un presupuesto para su familia, para sí mismo, e incluso podrá adaptar este material al plan del presupuesto de un negocio o una organización filantrópica como una iglesia, un club social o una organización de beneficencia. Para lograr nuestros objetivos nos vamos a enfocar en dos áreas importantes. En la primera parte nos dedicaremos a la parte filosófica, en la cual estaremos viendo por qué es necesario armar un presupuesto.
La segunda parte será muy práctica. Iremos, punto por punto, armando juntos el presupuesto familiar. Cuando lleguemos a la parte de las categorías, entre una y otra, deténgase unos minutos para trabajar paso por paso.
1. ¿Por qué tenemos que tener un plan?
Tener un plan para controlar sus gastos—un presupuesto—es el primer paso vital y prerrequisito sine qua non para poder tomar decisiones económicas como, por ejemplo, cuánto puede pagar por una casa, qué tipo de automóvil puede comprar o cuánto puede pagar por un determinado artefacto electrodoméstico.
Sin un plan sería como lanzarse al vacío en medio de una noche de niebla: nunca sabemos qué tan profundo habremos de caer y cuándo abrir el paracaídas.
a) Excusas para no hacer un presupuesto
1) «No tenemos qué presupuestar». Alguna gente me dice «¿Cómo vamos a desarrollar un presupuesto familiar si no tenemos nada que presupuestar? ¡No tenemos dinero!» A mí me gusta contestar: «Cuanto menos tengamos, más control debemos tener sobre nuestras finanzas». Si hablamos de alguna estrella de fútbol o de Hollywood, que ganan millones de millones todos los años, quizás ellos puedan darse el lujo de perder un millón por aquí o por allá. Pero si usted y yo perdemos US$10 o una mínima cantidad de pesos cada mes, es muy diferente: nuestros recursos son limitados y necesitamos controlar al máximo las salidas de dinero.
2) «No estamos acostumbrados a tener un presupuesto en nuestra familia». Otra gente me dice que no maneja un presupuesto familiar. Pero eso no puede ser cierto porque si uno está vivo, tiene ropa y come todos los días, maneja, de alguna manera, un presupuesto. Puede ser que no lo tenga escrito. Puede ser que lo tenga solamente en su mente. Pero seguro que tiene un presupuesto.
Se lo voy a probar. Suponga que su esposa un día le dice: «Querido, cómo me gustaría comprarme ese vestido rojo con rayas verdes y anaranjadas que vi a la vuelta de casa» ¿Qué es lo primero que usted piensa? Inmediatamente (y de forma casi inconsciente) calcula cuánto está ganando y cuánto lleva gastado ese mes, cuánto tiene que pagar de alquiler o de hipoteca, cuánto gasta regularmente de comida y transporte … Básicamente, cuánto tiene guardado y cuánto necesita para llegar a fin de mes. Al terminar este proceso de pensamiento puede decidir si comprar o no el vestido. Eso es manejar un presupuesto. No está escrito en blanco y negro sobre un pedazo de papel, pero allí está, en su mente.
Lo que vamos a tratar de hacer en las próximas páginas es colocar ese presupuesto que usted tiene en la cabeza sobre un pedazo de papel para hacer dos cosas: primero, para poder tener el control de nuestras finanzas, ya sean familiares o personales; y segundo para ponernos de acuerdo con nuestro cónyuge (si lo tenemos) sobre cuánto y cómo vamos a gastar el dinero de nuestras entradas. Usted va a evitarse muchas discusiones en casa si logra ponerse de acuerdo en un presupuesto familiar con su pareja.
Si no elaboramos un presupuesto puede presentarse el caso de que llega un día el esposo a la casa y le dice: «Querida, estás gastando demasiado dinero en la comida». Entonces la esposa lo mira y contesta: «¿Cuánto es “demasiado” en comida?» Si no nos hemos puesto de acuerdo en la cantidad de dinero que vamos a apartar cada mes para la comida, no tendremos un indicador que nos diga cuánto es mucho o poco en ese rubro.
Es necesario colocar todas estas ideas que tenemos en la cabeza sobre un pedazo de papel, y hacer un pacto familiar donde cada uno de los miembros de la familia acuerde en gastar mensual o semanalmente una determinada cantidad en comida, ropa, entretenimiento, etc.
El problema está en que tanto el área del dinero para gastar en nosotros mismos como el de los «gastos varios» (o misceláneas) es como un agujero negro en el espacio, ¡que solo Dios sabe qué es lo que pasa allí!
Ese tipo de gastos se come todo lo que usted le adjudique, a menos que se le ponga un límite. Si no tiene cuidado, ¡allí se le puede ir todo el dinero en efectivo de su salario disponible!
3) «Dios no quiere que nos afanemos por el día de mañana». Como nosotros trabajamos bastante con la gente de las iglesias, muchas veces los feligreses me dicen: «Yo escuché por allí que la Biblia dice que no debemos afanarnos por el día de mañana, porque cada día trae su propio afán». A lo que normalmente contesto: «Tiene mucha razón. La Biblia dice no os afanéis por el día de mañana6. Yo estoy de acuerdo con eso. Pero hay una gran diferencia entre “afanarnos por el día de mañana” y “planear para el día de mañana”. Afanarnos quiere decir que estaremos ansiosos, preocupados, desesperados, que queremos tomar el control del futuro y eso no es bueno. Pero la Biblia por otro lado también nos enseña que debemos planear para el día de mañana para no estar ansiosos, preocupados y, justamente, afanados».
Dice San Pablo: «Ahora bien, lo que en fin de cuentas se exige de los administradores es que sean fieles»7. No es fácil ser un fiel administrador de lo que se nos ha dado … El problema con los que nos llamamos «cristianos» en Latinoamérica es que muchas veces nos escondemos detrás de nuestra fe para no tener que dar cuenta por nuestra falta de diligencia y nuestra irresponsabilidad.8
Nuevamente aclaro: planear (como un fiel administrador lo debe hacer) y afanarse por el futuro son dos cosas totalmente diferentes.
Hace algún tiempo atrás recibí una llamada en mi oficina desde un país sudamericano. Era un amigo relacionado con el gobierno. Me dijo: «¿Andrés, crees que Conceptos Financieros Crown podría darle una mano al Departamento de Lotería de nuestra ciudad?»
Y yo le contesté: «Eso me suena raro, porque tú sabes que nosotros no aprobamos la compra de billetes de lotería, ni jugarla; en sí, no apoyamos ningún tipo de juego de azar, pero ¿en qué le podríamos servir?»
«El gobierno de la ciudad está seriamente preocupado por cierta gente que gana la lotería. Ganan millones de dólares y 2, 3 o 4 años más tarde están en la quiebra, con las vidas destrozadas, con muchas familias rotas por el divorcio, las peleas y los juicios. En lugar de resultar una bendición para esa gente, es como una maldición».
A pesar de que nosotros, finalmente, no pudimos ayudarlos, me quedó en la mente la idea de que el sabio Salomón tenía mucha razón: las riquezas no duran para siempre.9 A menos que las manejemos con sabiduría, se nos van a ir de las manos (sean pocas o muchas).
Es importante recordar que las riquezas no duran para siempre. Aunque usted esté pasando por un momento económico bueno o mediano, tiene que saber que si no toma el control de esas riquezas, ya sean muchas o pocas, no le van a durar mucho. Es importante comenzar a controlarlas ya mismo.
b) Cómo poner en orden sus finanzas
1) Tome un día entero para discutir estos asuntos con su cónyuge. Haga una cita con su cónyuge de hoy en treinta días. Va a necesitar tomar todo un día libre (un sábado o un domingo) y estar a solas … sin niños. Si usted está solo o sola, haga una cita para discutir estos asuntos económicos con alguien de confianza. Le recomiendo que haga esto, por lo menos, una vez al año.
2) Tome nota de sus gastos de los últimos 12 meses. En varios países de Latinoamérica es común que la gente tenga libretas de cheques. La chequera es un buen lugar al cual acudir cuando se trata de calcular cuánto se está gastando cada mes y en qué, especialmente para descubrir esos gastos que no hacemos regularmente (como el pago de seguros o impuestos). Si vive en un país con inflación quizá bastará mirar sus gastos el último par de meses. Si no tiene una chequera, entonces simplemente trate de ver qué tipo de gastos tiene en forma regular y cuánto eroga normalmente en ellos. Otra opción para descubrir sus gastos regulares es hacer lo que le recomiendo a continuación.
3) Guarde los recibos de todos sus gastos en el lapso de 30 días. Hoy mismo tome una cajita de zapatos (o similar) y colóquela en la cocina de su casa. Cada vez que haga alguna compra, pídale un recibo al vendedor y después lleve el recibo a su casa y colóquelo dentro de la cajita. Esto por los próximos 30 días, hasta el día en el que se va a tomar el tiempo con su pareja o amistad para revisar su vida económica.
Si en su país o en el área donde usted vive no se acostumbra a dar recibos, simplemente llévese unos papelitos, y cuando haga una compra escriba qué fue y cuánto costó. Por ejemplo: «comida: $100» o «zapatos: $50», y colóquelo dentro de la cajita. En la reunión que tendrá con su cónyuge el mes que viene saquen los papeles de la caja, divídanlos por categorías (las que están en el presupuesto sugerido que le mostraré más adelante), y entonces tendrán una idea más clara de dónde están parados económicamente.
Vamos a trabajar juntos en eso.
Le recomiendo que haga ese ejercicio durante dos o tres meses seguidos. Le tomará aproximadamente de 4 a 6 meses tener el control de un buen presupuesto familiar. Tenga paciencia.
Esto es un proceso, igual que el bajar de peso. La idea no es matarnos de hambre durante tres semanas para perder cuatro kilos. Aquí, como en las dietas, el asunto es cambiar nuestra forma de comportamiento respecto de la comida para poder perder los kilos extra que tenemos encima y nunca volverlos a recuperar.
El secreto no está en ahorrarse algo de dinero este mes o el que viene. El secreto está en aprender a ser buenos administradores, que controlemos la forma en la que gastamos y tomamos decisiones económicas por el resto de nuestra vida.
La clave del éxito económico está en darnos cuenta de que la vida financiera es una carrera de 5.000 metros con obstáculos y no una de 100 metros llanos. Aquí, como dice el refrán, «el que ríe último, ríe mejor».
4) Compare sus gastos con sus entradas. Lo importante en el manejo de las finanzas familiares no está en la cantidad que ganamos sino en la cantidad que gastamos. El hombre es un animal de costumbre y puede acostumbrarse a vivir con US$200, 500 o 1.000 por mes (hablo de dólares porque es una moneda internacional).
Hay gente que me ha dicho: «Nosotros gastamos US$10 mil por mes y no nos alcanza». He notado que existe una ley casi universal en el manejo de las finanzas: nuestro nivel de gastos invariablemente se incrementa en una relación directamente proporcional a nuestro nivel de entradas. Básicamente, cuanto más ganamos, más gastamos. Aunque nos hayamos prometido que íbamos a ahorrar el aumento de sueldo que nos proporcionó nuestro jefe hace tres meses atrás, ahora nos damos cuenta de que no nos alcanza para hacer todo lo que queremos hacer.
5) Si vive en los Estados Unidos, Canadá o Puerto Rico compare su presupuesto con nuestro presupuesto sugerido. Nosotros le proporcionaremos al final de esta sección los porcentajes de un presupuesto sugerido por Conceptos Financieros para una familia tipo en esos países. De esa manera usted sabrá qué porcentaje de su Dinero Disponible debería estar gastando en cada categoría. En cada país hay un presupuesto sugerido por el gobierno. Generalmente es el Departamento de Hacienda o de Economía el que presenta y define cuánto debería gastar una familia tipo, es decir la canasta familiar básica. Le recomendamos que investigue estos porcentajes para su país o que se ponga en contacto con la oficina de Conceptos Financieros más cercana a su domicilio.
6) Establezca un presupuesto familiar personalizado. Una vez que comparó sus gastos familiares con nuestro presupuesto sugerido debe establecer un presupuesto familiar personalizado. Es muy importante que el presupuesto de su familia sea el de su familia y no el de otra. Lo importante no es que en cada categoría esté gastando exactamente el mismo porcentaje de su Dinero Disponible que el que le voy a sugerir. Lo importante es que tenga un presupuesto que esté ajustado a los gastos de su propia familia (o de su propia persona, como individuo) y que, sobre todo, cuando sume todos los porcentajes de su presupuesto personalizado equivalga al 100% de su Dinero Disponible y no al 110, 120 o 130%.
Lamentablemente, en los Estados Unidos la familia tipo está gastando el 110% de sus entradas de dinero, es decir US$1 con 10 centavos por cada dólar que ganan. Como es de suponer, esto trae algunos problemas bastante serios a las familias del país.
2. ¿Cómo desarrollar un plan inteligente?
Lo primero que tenemos que hacer cuando armamos un presupuesto familiar es dividirlo en dos áreas: ingresos y egresos. Vamos a empezar tomando nota de nuestros ingresos. Para una explicación más detallada de cada una de las categorías, le recomiendo que vea mi libro ¿Cómo llego a fín de mes?, publicado por Caribe-Betania Editores.
a) Ingresos
Conteste a la pregunta: ¿cuánto dinero está entrando en casa? Tome una hoja de papel, escriba la palabra «Ingresos» y anote toda la información que se pide a continuación.
1)     ¿Cuánto dinero trae a casa el esposo?
2)     ¿Cuánto trae la esposa?
3)     ¿Cuánto ganamos con nuestro propio negocio?
4)     ¿Cuánto estamos recibiendo de alquiler?
5)     ¿Cuánto está recibiendo de intereses en el banco?
6)     ¿Tiene alguna otra entrada de dinero en forma regular todos los meses?
Luego sume todas estas cantidades.
Una vez que tenga la cantidad total de ingresos familiares, réstele las contribuciones, regalos, donaciones y diezmos que usted disponga para llevar a su iglesia o comunidad de fe y para hacer actos de caridad. De esta manera le estaremos dando a «César» lo que es de «César» y a Dios lo que es de Dios.10 También cumpliremos con nuestra responsabilidad social de ayudar a los que están necesitados.
Una vez realizada esa resta, lo que le queda es lo que llamamos Dinero Disponible (DD).
De ahora en adelante siempre trabajaremos con el DD. Esta es la cantidad que tenemos para gastar cada mes. Mucha gente que vive en los Estados Unidos me dice: «Andrés, yo gano 20 mil o 30 mil al año». Eso puede ser lo que dicen sus papeles en el trabajo, pero la realidad es que si gana 30 mil al año lo que lleva a su casa y tiene disponible para gastar es 20, 22 o 24 mil, no 30. Porque al gobierno le pertenece entre el 15 y el 30% de nuestro salario y, si hemos decidido dar a Dios otro 10%, en realidad el DD es de solamente unos US$18 a 20 mil al año. El problema es que muchos de nosotros cuando empezamos a vivir en los Estados Unidos gastamos ¡como si tuviéramos 30 mil!
En el siguiente paso vamos a colocar la hoja de ingresos aparte y vamos a empezar a trabajar para ver adónde se nos va el dinero. Dividiremos nuestros gastos en 12 o 13 categorías.
Entonces, para resumir:
     Debemos aprender a planear porque no somos millonarios. Los multimillonarios se pueden dar el gusto de gastar y de perder millones por aquí y por allá, pero usted y yo no podemos hacer eso.
     Todos tenemos un presupuesto armado en la cabeza, lo que estamos haciendo ahora es ponerlo en un pedazo de papel.
     Vamos a tomar un día entero con nuestro cónyuge para hacer un análisis presupuestario y establecer niveles de gastos familiares de aquí a 30 días.
     Vamos a guardar los recibos de todos nuestros gastos durante este mes en una cajita de zapatos para poder tener una idea más concreta de cuánto gastamos, especialmente en el área de los gastos varios.
     Vamos a colocar, por ahora y en forma preliminar, en una hoja de papel cuánto son, realmente, los ingresos que tenemos disponibles para gastar cada mes en el hogar.
b) Egresos (gastos)
Como mencionamos, vamos a dividir los gastos que tenemos en 12 o 13 categorías:
1) Transporte (automóvil o transporte público). Para aquellos que viven en Canadá, los Estados Unidos o Puerto Rico, en Conceptos Financieros Crown recomendamos que no se gaste más del 15% de su DD (Dinero Disponible: salario menos impuestos y donaciones) en los gastos de transporte público o personal.
2) Vivienda. La mayoría de las personas con problemas financieros a las que aconsejamos tiene dos problemas básicos: compraron una casa demasiado grande o un auto demasiado fastuoso para el dinero que ganan.
Stanley y Danko dicen que si usted no es un millonario pero quiere serlo algún día puede imitar su actitud respecto de la compra de sus casas: «Nunca compre una casa que requiera tomar una hipoteca que valga más del doble de su salario anual»11. Entonces, si usted (o usted y su esposa) ganan $50 mil al año, su hipoteca no tendría que ser mayor de $100 mil. Así se comportan los millonarios en los Estados Unidos.
Cuando consideramos los gastos de la vivienda, lo primero que tenemos que escribir es cuánto estamos pagando de alquiler o de hipoteca.
Pregúntese: ¿hay impuestos o seguros?, ¿cuánto está gastando cada mes en servicios como luz, gas, teléfono, agua, cable, etc.? Si está queriendo hacer un proyecto especial de construcción, ¿cuánto estaría pagando en promedio cada mes por los próximos 12 meses? Coloque todos los gastos que están asociados con el mantenimiento de su casa en esta categoría.
Nuevamente, para los latinos que viven en Canadá, los Estados Unidos y Puerto Rico nosotros les recomendamos que no más del 38 o 40% de su DD vaya a parar a su casa. Si usted vive en una gran ciudad de los Estados Unidos, seguramente estará pensando: «¡Solo el 38% de mi dinero disponible! Con lo caro que es vivir en Nueva York, Chicago o Los Ángeles …» Es verdad: es caro vivir en esas ciudades. Sin embargo, el problema no es que las casas son caras en las grandes ciudades, el problema es que usted no gana lo suficiente como para vivir allí.
3) Comida. Piense: ¿cuánto está gastando en alimentos? Escriba cuánto más o menos está gastando en comida mensualmente. Entre el 12 y el 15% de su DD debe ser asignado para comprar comida.
Aquí va un dato muy importante: si vive en los Estados Unidos y está gastando en la suma de alimentos, transporte y la casa más del 75% de sus entradas de dinero, usted está en serios problemas y necesita hacer algunos cambios urgentemente.
Algo debe cambiar en su presupuesto, porque si está gastando más de ese porcentaje no le está quedando la suficiente cantidad de dinero para las otras 8 o 9 categorías que todavía nos quedan por delante.
Lo importante en un presupuesto familiar no son los porcentajes que le estoy sugiriendo. Por ejemplo, estuve hace poco en Guatemala y, de acuerdo con un estudio realizado recientemente, los guatemaltecos están gastando alrededor del 37% de sus ingresos en alimentos y bebidas. Pero solamente el 21, 6% en vivienda.12 ¿Vemos cómo en diferentes países la estructura de los gastos es diferente?
Lo importante es que usted le asigne a cada una de las categorías algún determinado porcentaje de su DD, y que cuando sume todas las categorías le dé el 100% o menos (no el 110, ni el 120 o el 130).
4) Cuenta de ahorros. Si puede abrir una cuenta de ahorros en un banco, hágalo y comience a ahorrar ya mismo. Y si no, haga lo que hacía mi abuela: use el colchón de su cama o una latita donde empezar a colocar algo de dinero en forma regular. Si la moneda de su país fluctúa, empiece a ahorrar en una moneda extranjera más estable (eso, por supuesto, si está permitido por las leyes de su nación).
Su meta es tener en una cuenta de ahorros o en dinero en efectivo unos dos o tres meses de salario acumulado. No tiene que ocurrir mañana ni el año que viene. Pero esa debe ser su meta en cuanto a ahorros se refiere. «Hombre prevenido vale por dos», dice un refrán popular. En cuanto a lo financiero, creo que hombre prevenido debe valer, por lo menos, 3,75 ¡más intereses!
5) Deudas. En esta categoría escriba todos los pagos mensuales de deudas y préstamos. Por ejemplo: si tiene una tarjeta de crédito con una deuda de $1.000 y está pagando $100 todos los meses, escriba en esta categoría $100 (el pago mensual y no la deuda total). En Canadá, los Estados Unidos y Puerto Rico no más del 5% de su DD debería ir al pago de deudas.
6) Entretenimiento y recreación. Cuando hablo de gastos de recreación me refiero a las salidas para entretenernos fuera de la casa. Escriba también en el casillero correspondiente la cantidad de dinero que gastó en sus últimas vacaciones dividido por 12. A eso súmele lo que gasta todos los meses en salir a pasear o comer solo o con la familia. No más del 4% de su DD debería ir a la recreación en Canadá, los Estados Unidos o Puerto Rico.
7) Vestimenta. Le recomiendo que tenga una cajita o un sobre adonde poner dinero todos los meses para la ropa. Así, cuando llegue el momento de comprar zapatos para los niños, ropa para usted o cualquier cosa que tenga que ver con la vestimenta, no sacará de la comida para hacerlo, sino que tendrá un ahorro para comprar lo que necesita.
En Canadá, los Estados Unidos y Puerto Rico no más del 4 o 5% del DD debería ser gastado cada mes en el área de la vestimenta.
8) Salud. Trate de calcular: ¿cuánto está gastando todos los meses, de promedio, en médico, en dentista o en medicinas? ¿Está comprando algún medicamento en forma regular?
También puede que tenga un seguro de salud que esté pagando en forma mensual. En los Estados Unidos los seguros de salud son bastante caros. Es importante que anote la cantidad que paga de seguro de salud dentro de esta categoría. En Canadá, los Estados Unidos y Puerto Rico no recomendamos que más del 5% de su DD vaya a los gastos relacionados con la salud.
Sea cual fuere su situación particular, siempre le recomendamos tener un pequeño fondo de dinero para problemas de salud inesperados. El dinero que no usa cada mes para gastos de salud lo puede transferir a su cuenta de ahorros.
9) Seguros. ¿Tiene un seguro de vida? Escriba en el presupuesto su pago mensual de seguro de vida y otros seguros que no hemos cubierto todavía.
Si no tiene un seguro de vida, considere contratar uno. Por lo menos, debería estar seguro de que cuando deja este mundo, hay en algún lugar suficiente cantidad de dinero como para dejar todas sus cuentas cerradas. Recibí una carta hace algunos días atrás de una señora que vive en el Caribe y que me dice: «Mi esposo ha pasado a la presencia de Dios hace un par de semanas y me dejó más de US$65 mil en deudas. ¿Qué hago?» Es terrible. Los varones no deberíamos ser tan irresponsables con nuestras viudas y nuestros niños. Todos deberíamos tener un seguro de vida, por lo menos como para cerrar cuentas, para el entierro y para el futuro de nuestros hijos.
Yo sé que en nuestros países latinoamericanos a veces es difícil contratar un seguro de vida en el que uno pueda confiar. A veces tampoco lo necesitamos. Solo le estoy pidiendo que lo considere: que mire su situación económica y que, con toda honestidad, considere si necesita o no un seguro de vida para proveer a su familia en caso de que usted falte.
Creo que lo que pasa es que no nos gusta hablar de la muerte. Creemos que si hacemos arreglos para cuando nos vayamos a morir nos va a traer mala suerte. ¡Todo lo contrario, señores! La pregunta respecto de la muerte no comienza con «Si …», comienza con «¿Cuándo …?» Tengo malas noticias para darle: Usted se va a morir algún día.
Entonces, ¿cómo quiere que lo recuerden en su funeral: Como un esposo y padre sabio, previsor y amante de los suyos o como el irresponsable que dejó a su familia «entre la pampa y la vía»?
Nosotros los varones (y las mujeres también) debemos tener la cantidad suficiente de seguro para dejar las cosas en orden, estemos casados o solteros. No es tan caro como pensamos y demuestra una actitud de madurez y responsabilidad de nuestra parte.
Aquí hay algunas preguntas que me gustaría hacerle:
¿Tiene un seguro de vida?     Sí:_____     No:_____
Si lo tiene, ¿saben sus beneficiarios que lo tiene?
Sí_____     No:_____
¿Cuál es el valor total de su póliza de seguro de vida?
____________________________________________
¿Es suficiente para cubrir sus gastos de entierro, pagar todas sus deudas y proveer para las metas educacionales de sus hijos?     Sí_____     No_____
Nota para mis amigos y hermanos de las iglesias: el seguro de vida no representa una «falta de confianza en la provisión de Dios» (me lo han preguntado en varias oportunidades). Al contrario. Recuerde que el seguro de vida no es como la lotería. No es dinero que «ganamos al azar». La muerte es 100% segura para cada uno de nosotros.
El seguro de vida es un fondo común entre varias personas para ayudarse a proveer para sus necesidades en caso de alguna emergencia.13 Representa la inversión de su capital durante la época de las «vacas gordas» para proveer durante la época de las «vacas flacas». Es el imitar a la hormiga, que guarda durante el verano para proveerse durante el invierno. Es estar seguros de que el día que tenemos que encontrarnos cara a cara con nuestro Creador en el cielo, todos los negocios quedan cerrados apropiadamente aquí en la tierra.14
10) Gastos varios. Ahora viene la parte difícil: tratar de averiguar cuánto dinero estamos «quemando» sin un propósito determinado. No está mal «quemar» dinero. Todo el mundo tiene gastos misceláneos. Lo que está mal es hacerlo en forma descontrolada.
Los gastos varios son como un barril sin fondo. Por allí se va todo el dinero que le pongamos. Si usted vive en Canadá, los Estados Unidos o Puerto Rico yo le recomiendo que no más del 4 o 5% del DD vaya a esta área de gastos. Para otros países póngase en contacto con la oficina de Conceptos Financieros Crown más cercana a su domicilio.
¿Qué son gastos varios? Son suscripciones a diarios, a revistas, cosméticos, gastos de peluquería, lavandería, tintorería, comidas en el trabajo, barbería, cuotas de clubes, pasatiempos favoritos, gastos de cumpleaños (¿se ha dado cuenta de que todos los meses hay alguien que cumple años en la familia?), aniversarios, regalos de Navidad, etc.
Algunos de nosotros estamos ayudando a nuestros padres o a miembros de nuestra familia en forma regular. Esa ayuda la podríamos colocar en el área de gastos varios. Algunos vivimos en los Estados Unidos y mandamos dinero al exterior. Si quiere, puede colocar esa cantidad en esta categoría.
Colocamos en gastos varios el dinero en efectivo que gastamos en dulces o en darnos un gusto de vez en cuando. Incluyen, básicamente, cualquier gasto que no hemos considerado anteriormente.
El control de nuestros gastos varios es crítico para poder llegar a fin de mes. Una vez que los gastos fijos como la vivienda, los seguros, el transporte, los ahorros y los pagos de deudas están dentro de los límites del presupuesto, no hay mucho de qué preocuparse. Si están dentro de esos límites, allí se van a quedar (porque son fijos).
No ocurre lo mismo con los gastos misceláneos. Esos gastos son extremadamente variables y nos resulta muy difícil controlarlos. Por eso debemos observar (con la cajita de zapatos, por ejemplo) cómo se nos va el dinero en estos gastos y colocarles un tope, un límite. A partir de hoy, usted se va a asignar a sí mismo una cierta cantidad de dinero para gastar en gastos varios y, cuando se le acabe ese dinero, debe hacer un compromiso muy serio de no gastar más.
Esa será la única forma de controlar su presupuesto y los gastos que tiene. Si no lo hace, nunca llegará a fin de mes.
Hasta aquí, nuestro presupuesto llega al 100% del Dinero Disponible:
Transporte
15%
Vivienda
38%
Alimentos
15%
Ahorros
5%
Deudas
5%
Recreación
4%
Vestimenta
4%
Salud
5%
Seguros
5%
Gastos varios
4%
Total de gastos
100%
Sin embargo, en Conceptos Financieros hemos encontrado que en diferentes países los porcentajes son diferentes y existen diferentes necesidades, especialmente en el área educacional. Por eso hemos agregado un par de categorías más y abierto la oportunidad para que se sumen nuevas categorías en caso de ser necesario.
Entonces, al agregar estas categorías extras se debe recordar que, en caso de usarse alguna de ellas, las que ya hemos mencionado deberían ser reducidas para que todavía los gastos nos puedan dar el 100% de nuestro Dinero Disponible.
Ahora sume todos los totales de todas las categorías. Lo que tenemos que hacer ahora es tomar el DD (Dinero Disponible), restarle el área de los gastos, y eso nos va a dar el balance del presupuesto. En otras palabras, nos va a decir cuánto nos está quedando en el bolsillo al final de cada mes … o cuánto ¡no nos está quedando!
Cantidad de gastos:

Transporte:
________
Vivienda:
________
Comida:
________
Ahorros:
________
Deudas:
________
Entretenimiento:
________
Vestimenta:
________
Gastos de salud:
________
Seguros:
________
Gastos varios:
________
Categorías extras:
________
Total de gastos:
________
Ahora simplemente debemos hacer una resta:
Dinero Disponible:_____ (menos) Total gastos:_____
Este es el dinero que queda: $_____ ¿positivo o negativo?
¿Le da un número positivo o un número negativo? Si es un número negativo va a tener que hacer algún tipo de arreglo porque, obviamente, está gastando más de lo que gana.
Si le da positivo, ¡felicitaciones! Lo único que tiene que hacer ahora es ajustar su presupuesto poniéndose de acuerdo con su cónyuge (si lo tiene) para pactar cuánto se va a gastar mensualmente en cada una de las categorías.
Entonces escriba un nuevo pacto que usted hace consigo mismo o con su pareja para ajustar apropiadamente sus gastos individuales o familiares.
Este pacto debería ser revisado de aquí a un mes, durante la cita que usted hizo con su cónyuge, y se debería volver a revisar, por lo menos, una vez al año.
3. ¿Cómo controlar inteligentemente su plan?
Hemos visto juntos por qué es importante tener un plan de control de gastos y también hemos aprendido a desarrollar ese plan.
Ahora viene uno de los pasos más importantes: controlar el presupuesto que acabamos de terminar. De nada sirve ponernos de acuerdo en cuánto vamos a gastar en cada categoría si, cuando llega la hora de la verdad, no podemos controlar nuestros gastos.
Hay varias maneras de controlar un presupuesto. A saber: a través de un sistema de planillas en el que cada categoría tiene su planilla. Cada vez que hacemos un gasto, escribimos en la planilla correspondiente el gasto realizado y llevamos la cuenta cada día de cómo estamos gastando nuestro dinero en cada categoría.
Ese es un sistema muy apropiado para gente detallista y que ama los números. En general, incluso individuos con ese tipo de personalidad están migrando rápidamente hacia la segunda manera de controlar el presupuesto: por computadora.
Existe en el mercado un número importante de programas de computadora tanto en inglés como en español para el manejo de las finanzas a nivel individual, familiar y de negocios. Nosotros usamos uno en nuestro hogar desde comienzos de la década de 1990. Nos ha dado un excelente resultado y, si tiene acceso a una computadora, le recomiendo que invierta unos pesos en comprarse un programa de manejo financiero que le permitirá tener información detallada sobre su patrón de gastos.
El tercer sistema, que también usamos en casa desde comienzos de los 90 y que usted puede usar en su casa sin necesidad de planillas ni computadoras, es el sistema de manejo de presupuesto por sobres. Funciona realmente muy bien.
Nosotros usamos la computadora para manejar la información detallada a través del tiempo, pero usamos los sobres para controlar la forma en la que gastamos nuestro dinero semana tras semana.
Si me lo permite, me gustaría hablarle de la forma en la que el sistema de sobres nos ha ayudado en nuestra familia y está ayudando a miles de familias en todo el continente.
Funciona de la siguiente forma: lo primero que debe hacer es ponerse de acuerdo en cuánto va a gastar cada mes en cada categoría.
Ahora debe decidir cuáles de esas categorías las va a manejar con dinero en efectivo. Si usted maneja toda la economía del hogar con dinero en efectivo, entonces decida qué categorías necesitará utilizar diariamente. Por ejemplo: la comida, el entretenimiento, los gastos varios, el transporte (dinero para la gasolina), etc. En casa, como tenemos niños pequeños, también separamos todas las semanas dinero para la vestimenta, a pesar de que no usamos ese dinero todas las semanas.
El tercer paso es dividir esos gastos mensuales en cuatro y declarar cuatro Días de Pago Familiar. Cuidado: no le estoy recomendando que divida el mes en cuatro semanas, sino en cuatro Días de Pago. La razón es que, de vez en cuando, un mes va a tener cinco semanas y eso le producirá inconsistencia en sus gastos.
Olvídese entonces de las semanas del mes y de las fechas en que cobra su salario. Cuando usted cobra, simplemente asegúrese de que el dinero va a su cuenta de banco o a un lugar central de donde sacará el dinero para gastarlo más adelante.
Ahora establezca el 1, el 8, el 16 y el 24 como aquellos días en los que usted o su pareja irán al banco (o a su colchón familiar) y retirarán suficiente dinero en efectivo para los próximos 7 u 8 días.
Días de pago familiar:
1
8
16
24





Categorías




Comida




Vestimenta




Recreación




Gastos varios




Total retirado:




No se preocupe de los otros gastos (alquiler, gas, luz, pagos del auto …) Si armó correctamente su presupuesto familiar o personal de acuerdo con los parámetros que le hemos sugerido, esa parte del presupuesto «se cuida sola». La razón es que esos gastos son casi fijos y la mayor cantidad de dinero que desperdiciamos se nos van a través de nuestros gastos variables y del dinero en efectivo que tenemos en el bolsillo.
Debe decidir entonces: ¿cuánto vamos a gastar de comida? Si decidimos que vamos a gastar $400 de comida por mes, eso quiere decir que vamos a tomar $100 cada Día de Pago Familiar para comer durante los próximos 7 u 8 días. Ese debe ser un compromiso firme de nuestra parte.
Si vamos a separar unos $80 por mes para la vestimenta de la familia, entonces cada día de pago retiraremos $20.
Si vamos a gastar $100 en entretenemos, entonces retiraremos $25 cada día de pago familiar.
¿Se da cuenta que aquí no importa sí usted cobra semanal, quincenal o mensualmente? Lo único importante es que usted retire del banco (o del colchón) la cantidad que ha presupuestado para vivir durante los próximos 7 u 8 días. De lo único que se debe preocupar es por no sacar más dinero del que se ha prometido gastar. El resto del presupuesto se cuida solo.
Supóngase entonces que también decide que necesita unos $160 por mes para gastos de transporte y unos $200 para gastos varios. Así quedará su cuadro de retiro de dinero:
Días de pago familiar:
1
8
16
24





Comida
100
100
100
100
Vestimenta
20
20
20
20
Transporte
40
40
40
40
Recreación
25
25
25
25
Gastos varios
50
50
50
50
Total retirado:
235
235
235
235
Eso quiere decir que cada Día de Pago Familiar usted tomará $235 del banco para sus gastos en efectivo hasta el próximo Día de Pago.
Ahora tiene una forma de control. Ahora sabe que cada 7 u 8 días usted va a gastar $235 en efectivo para sus gastos variables y, maravillosamente, ha convertido sus gastos variables en ¡gastos fijos!
Ahora usted tiene el control. Usted controla el dinero y el dinero no lo controla a usted.
Le animo a que ponga todo esto en práctica. Trate de definir sus gastos en dinero en efectivo para cada Día de Pago y escríbalo en la planilla que le mostré al comienzo de esta explicación.
Finalmente, lo que debe hacer ahora es tomar algunos sobrecitos para distribuir entre ellos el dinero en efectivo. Nosotros, en casa, usamos un Organizador Efectivo®, un sistema de sobres que creamos en Conceptos Financieros y que se cierran como si fueran una billetera. Si quiere uno, pase por una librería cercana a su domicilio o póngase en contacto con una de nuestras oficinas en su país.
Una vez que tiene los sobres a mano, a uno le coloca la palabra «donativos»; a otro, «vivienda»; a otro, «alimentación o comida»; a otro, «automóvil», y así va organizando un sobre para cada categoría. Yo recomiendo tener sobres para el esposo y para la esposa. Pueden usar también una cajita de cartón para mantener los sobres que no necesitan diariamente.
Entonces, cada Día de Pago Familiar la esposa y el esposo se dividen el dinero.
—¿Cuánto vamos a gastar de comida?
—Bueno, si dijimos que vamos a gastar $100 cada semana, tomemos el sobre de la comida y coloquemos allí $100.
Cuando la señora va al mercado, toma su sobre de la comida y paga con el dinero que hay en él. El problema viene cuando se nos acaba el dinero de ese sobre ¡antes del siguiente Día de Pago! Por favor, ¡no deje de comer!
Hay que hacer algún arreglo allí: uno se va a ir dando cuenta de que debe aprender a manejar el dinero durante esos 7 u 8 días para que esos $100 alcancen hasta el siguiente día de pago familiar.
Lo mismo ocurre, por ejemplo, en el área de entretenimiento. Supóngase que llega el fin de semana. Al salir de la iglesia o del club, su amiga Carolina le dice: «¡Vamos a comer una pizza!» Entonces, ¿qué hace? Sencillo: toma el sobre de entretenimiento y mira: «¿Tengo o no tengo dinero para ir a comer una pizza?»
Si no tiene dinero, entonces le dice a su amiga: «Va a tener que ser la semana que viene, porque me he gastado todo el dinero para entretenimiento para esta semana …» Y quizás entonces Carolina le diga: «No te preocupes, hoy pago yo». Es entonces cuando usted muy amablemente responde: «¡Ningún problema!»
¡Esa es la diferencia entre los que tenemos un sistema de control de gastos y los que no!
Lo mismo debe ocurrir con los gastos misceláneos. Una vez que se acabaron los «gastos varios» de la semana, no va a poder ir a cortarse el cabello o a hacerse las uñas hasta la semana que viene. ¿Por qué? Porque ya se le acabaron los gastos misceláneos y se ha comprometido a esperar hasta el próximo Día de Pago Familiar.
Quizá va a tener que suspender una suscripción de algún diario o revista porque ha gastado demasiado este mes en esa categoría. Quizás alguna otra cosa tenga que sufrir las consecuencias de una mala administración durante las semanas anteriores. El asunto ahora es estar totalmente comprometido a cumplir con la palabra empeñada.
Muy bien. Ahora tiene un presupuesto personal o familiar y también tiene una forma concreta y práctica de controlarlo.
No se desanime. Usted puede tener el control de sus finanzas. No se deje desanimar por aquellos que le dicen que no lo va a poder hacer. El futuro está en sus manos.
b. Dos distinciones importantes
Una vez que tenemos un plan para controlar nuestros gastos y que también tenemos un sistema de control presupuestario (sea con planillas, con un programa de computadora o con un sistema de sobres), necesitamos ahora movernos a una de las áreas más difíciles en proceso de convertirnos en sabios compradores: desprogramar nuestra mente.
Durante muchos años, las oficinas de mercadotecnia de su país han estado gastando millones y millones de dólares en programar la forma en la que usted responde al mundo que lo rodea. Le advierto: no será fácil borrar el daño que le han hecho. Pero una vez que pongamos su mente y su corazón en libertad, usted nunca más volverá a ser presa de las campañas publicitarias que le lavan el cerebro a millones de sus compatriotas día tras día.
Lo primero que tenemos que reprogramar en su mente es la forma en la que usted habla. Durante decenios los medios de comunicación social nos han enseñado a hablar de una manera muy particular en lo que respecta a los bienes de consumo: nos han enseñado a tener necesidades que no existen.
En realidad, tengo magníficos amigos que se ganan la vida, alimentan a su familia y educan a sus hijos con el salario que reciben por ser parte de una oficina publicitaria o una oficina de mercadeo en Latinoamérica. Una de sus tareas principales es la creación de necesidades inexistentes en la mente de los consumidores. Esos somos usted y yo.
Es por eso que una de las primeras cosas que debemos hacer es aprender a hablar. Debemos aprender a diferenciar entre necesidades, deseos y gustos.
Antes de clarificar estos dos conceptos quisiera recalcar que no está mal tener deseos o gustos y satisfacerlos. No estamos promoviendo el masoquismo. Sin embargo, para llegar a ser un comprador inteligente es importantísimo tener en claro cuáles son realmente nuestras necesidades y cuáles no lo son.
Debemos satisfacer nuestras necesidades primeramente, y luego satisfacer nuestros deseos y gustos solo en el caso de que tengamos los recursos económicos disponibles para hacerlo.
El problema es que las campañas publicitarias nos han enseñado a hablar mal. Nos han enseñado a decir que todas las cosas que queremos comprar son «necesidades». Los varones decimos «necesito una computadora, o «necesito unas vacaciones en el mar»; la hija más pequeña dice «necesito un vestido rojo para Navidad»; la señora de la casa dice «necesitamos un televisor nuevo» …
Cuando empezamos a decirnos en voz alta que «necesitamos» algo, creo que nuestro cerebro se convence de que es una «necesidad» y comienza a buscar la forma de proveer para esa necesidad. Debemos aprender a usar un vocabulario diferente al momento de hablar de compras.
1. La necesidad
Cuando tomé mis clases de psicología en la universidad, se estudió en alguna de ellas la famosa escala de Maslow. Esa escala dividía las necesidades del ser humano en cinco áreas generales que iban desde las más básicas (fisiológicas) hasta la necesidad de sentirse realizado (pasando por la necesidad de seguridad, pertenencia y estima propia).15
Sin embargo, para los propósitos de nuestro estudio voy a definir como «necesidad económica» todas aquellas cosas que realmente necesitamos para sobrevivir: comida, vestimenta, un techo sobre nuestra cabeza, etc. No solamente cosas materiales o corporales, sino todo aquello que estemos necesitando verdaderamente para nuestra supervivencia como seres humanos (por ejemplo seguridad, salud, transporte, etc.).
Nosotros debemos colocar nuestras necesidades en el nivel de prioridad más alto. Debemos buscar suplirlas a toda costa. Allí deben ir nuestros recursos financieros sin mayores dudas ni retrasos.
2. Los deseos (de calidad o propiamente dichos)
Cuando hablamos de las compras que tenemos que hacer, todo aquello que no es una necesidad, es un deseo. Ya sea un deseo cualitativo, en el que expresamos el deseo de una calidad más alta por una necesidad determinada, o un deseo propiamente dicho, en el que simplemente quisiéramos tener algo que nos gusta.
Un deseo cualitativo podría ser, por ejemplo, un buen trozo de bistec en lugar de una hamburguesa. El alimento es una necesidad básica del cuerpo. Pero, en este caso, uno está queriendo satisfacer esa necesidad con un producto más costoso y de más alta calidad: un bistec. Lo mismo podría ocurrir en las otras áreas de necesidades reales en nuestra vida: podemos comprar un vestido en una tienda de vestidos usados o podemos comprar uno de alta confección. En ambos casos la vestimenta es una necesidad, pero la forma en la que queremos satisfacer esa necesidad puede transformar la compra en un deseo.
Un deseo propiamente dicho es todo aquello que no tiene nada que ver con una necesidad. Comprarnos un gabinete para el televisor, una mesa para el patio de la casa, una videograbadora, un velero u otra propiedad para hacer un negocio con ella pueden ser ejemplos de este tipo de deseos.
Nosotros deberíamos satisfacer nuestros deseos solamente después de satisfacer nuestras necesidades y si tenemos los recursos económicos para hacerlo.
Por lo tanto, antes de salir de compras es importante que tengamos en claro lo que es una necesidad y lo que es un deseo. En estos días la gente tiene la tendencia a decir «necesito una computadora» o «necesitamos una máquina fotográfica», cuando en realidad deberían decir «¡cómo quisiera comprarme una computadora!» o «¡cómo nos gustaría tener una máquina fotográfica!»
Lamentablemente, en los últimos 30 años hemos pasado a través de un proceso de condicionamiento para comenzar a hablar de «necesidades» en lugar de reconocer nuestros deseos. Al hacerlo creamos una ansiedad interior que nos impulsa a satisfacer esa «necesidad». Es entonces cuando invertimos nuestro dinero en cosas que realmente podrían esperar y nos olvidamos de proveer para aquellas cosas que realmente necesitamos (ya sea en forma inmediata como a largo plazo).
Finalmente, debemos tomar nota de que no siempre lo que parece un ahorro realmente lo es. Por un lado porque, como dicen muchas damas del continente, «lo barato sale caro». En algunas circunstancias nos conviene comprar cosas de mejor calidad, pero que nos durarán de por vida, que cosas de baja calidad que tendremos que reemplazar cada cierta cantidad de años.
Y por otro lado no siempre es una buena idea comprar «ofertas». Si yo compro 10 jabones de lavar la ropa porque estaban casi a mitad de precio y después de dos días me quedo sin dinero para comprar leche, he hecho una mala inversión. Ahora tengo dinero sentado en la repisa del cuarto de lavar la ropa que se me ríe en la cara, porque no puedo prepararme un café con jabón: necesito leche. Este es un típico caso en el que no me conviene «ahorrar gastando».
Sin embargo, si el almacén de la esquina de mi casa está ofreciendo 2 litros de leche por el precio de uno, yo debería inmediatamente tomar la oferta (especialmente si tengo niños en casa). La leche es un elemento de consumo diario y una necesidad básica para mi supervivencia. El jabón de lavar la ropa y otros limpiadores pueden ser reemplazados por alternativas más baratas.
Esto último de comprar más de lo que uno necesita y tener dinero estancado en las alacenas de la casa es un problema que millones de negociantes confrontan cada día a lo largo y a lo ancho del mundo. Lo crea o no, el manejar la economía de un hogar tiene mucho que ver con la forma en la que se maneja la economía de un negocio, incluso, con la forma en la que se maneja la economía de un país.
5 Primera Carta de San Pablo a los Corintios, capítulo 4, versículo 2.
6 Evangelio según San Mateo, capítulo 6, versículos 25 al 34. Versión Reina-Valera. Revisión 1960.
7 Primera Carta de San Pablo a los Corintios, capítulo 4, versículo 2. Biblia de Jerusalén, 1975.
8 Ídem anterior. Véase el libro de los Proverbios, capítulo 21, versículo 5 y capítulo 27, versículos 23 y 24.
9 Ídem anterior.
10 Evangelio según San Mateo, capítulo 22, versículo 21.
11 Thomas J. Stanley y William D. Danko. The Millionaire Next Door, The Surprising Secrets of America’s Wealthy, Pocket Books, New York, 1996, p. 257 StaMill.
12 Doménica Velásquez. Diario Prensa Libre. 20 de octubre de 1999, p. 17. Fuente: Instituto Nacional de Estadística, INE.
13 Véase la Segunda Carta de San Pablo a los Corintios, capítulo 8, versículo 14. También, el libro de los Proverbios, capítulo 22, versículo 3; y capítulo 27, versículo 12.
14 Véase el libro segundo de los Reyes, capítulo 4, versículos 1 al 7, para ver el ejemplo de los problemas y sufrimientos familiares que producimos al no dejar nuestros negocios terrenales en orden antes de pasar a la eternidad.
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