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lunes, 21 de enero de 2013

Enseñando en la escuela dominical : Especial para Obreros y Ministros cde enseñanza


. Enseñando  en  la  escuela  dominical 
. biblias y miles de comentarios
 
CONTENIDO

1. IMPORTANCIA DE LA OBRA 
   Oportunidad y necesidad    Jesucristo y los niños

2. REQUISITOS PARA ENSEÑAR
   Conversión a Dios      Dedicación a la oración
   Buen testimonio      Diligencia
   Sinceridad        Responsabilidad
   Aptitud para comunicar    Sacrificio
   Experiencia

3. EL ALUMNO
   El primer período de la niñez    El período
   El período final de la niñez    de la adolescencia

4. GUÍAS PARA LA ENSEÑANZA 
   El propósito de la enseñanza
   ¿Qué podemos enseñar 
   ... a los niños pequeños?
   ... a los niños más grandes? 
... a los adolescentes?

5.  JESUCRISTO EL GRAN MAESTRO
   Su ejemplo        Sus preguntas
   Sus milagros        Sus parábolas
   Sus lecciones objetivas     Sus palabras y comparaciones
   
6.  PREPARACIÓN DEL MAESTRO 
   Su estudio en privado
   Libros de referencia
   Los archivos del maestro 
7.  PLANIFICACIÓN DE LA ENSEÑANZA
   Planificación a largo plazo    Orden de enseñanza
   Planificación por lección    Organización de la lección

8.  DIVERSOS ENFOQUES  
    El maná en el desierto como figura de Cristo
   ... para principiantes pequeños  ... para alumnos inconversos
   ... para niños mayores   ... para alumnos creyentes
   ... para adolescentes
 
9. PRESENTANDO LA CLASE
  Apertura        Preguntas del maestro
  Recitación        Preguntas del alumno
  Repaso        Lenguaje del maestro
  Lectura de la Biblia      Ilustraciones
  Introducción        Himnos y coros
  Enseñanza de la lección
  
10.  DISCIPLINA EN LA CLASE 
  Causas del desorden      Lo que espera
  Sugerencias        el discípulo de su maestro

11.  OTRAS ACTIVIDADES DEL MAESTRO 
  Conducir a los alumnos a cultos de predicación
Repartir literatura evangélica
  Llevar la clase a excursiones
  Visitar los hogares
  Mantener contacto con alumnos de años anteriores
  Preparar y presentar programas
  Orar con inteligencia por cada miembro de la clase
  Examinarse a sí mismo

12.  LOS RESULTADOS 
  Queremos evitar profesiones falsas  En Jehová está la fortaleza
  Anhelamos resultados genuinos  La salvación es de Jehová
  ¿Cómo podemos obtener resultados genuinos? 

1.  IMPORTANCIA DE LA OBRA

Oportunidad y necesidad
  Los censos y las estadísticas nos dicen que en Latino América más de la mitad de la  población  es  menor  de  los  dieciséis  años.  Este  hecho  representa  una  gran oportunidad  y  a  la  vez  una  gran  responsabilidad  para  el  creyente  cuyo  deber  y privilegio es enseñar la Palabra de Dios a nuevas generaciones.
  El niño aprende con mayor facilidad y rapidez que el adulto. La iglesia católico-romana por siglos ha declarado: Dennos un niño hasta que cumpla los siete años y lo tendremos para toda la vida. Los comunistas y fascistas hacen grandes esfuerzos para adoctrinar  a  los  pequeños  porque  saben  que  los  niños  de  hoy  son  los  hombres  del mañana.  El  corazón  tierno  de  un  niño  es  terreno  fértil  para  sembrar  cualquier enseñanza, sea ésta verdadera o falsa.
  Gran parte de la niñez de hoy no está recibiendo  la  sana  instrucción  que  le  es ual  para la  vida  que  tiene  por  delante  y para  su  eterno  bien.  Por  el  contrario, reciben  del  cine, la  televisión,  y  de multitud  de  libritos  con  historietas intranscendentes,  violentas  e inmorales una influencia perniciosa que los conduce al desastre. 
   Referimos  un  caso  de  un  niño  que conocíamos  para  ilustrar  lo  antedicho.  Un  niño  venezolano  llamado  Luís  no  tenía padre  y  la  mamá  se  veía  obligada  a  trabajar  en  casa  ajena.  Luís  pasaba  el  tiempo viendo televisión en casa de su abuela. Un domingo por la tarde el muchacho se lanzó del segundo piso de un edificio y se dio un duro golpe en la cabeza. En el trayecto al puesto  de  socorro  Luís  contó  a  su  abuela  como  él  había  visto  volar  a  Batman  en  el programa  de  televisión  y  que  estaba  probando  para  ver  si  podía  hacer  lo  mismo.  Su caída  provocó  una  hemorragia  cerebral  y  poco  después  de  llegar  a  la  sala  de emergencia del hospital falleció. 
   ¡Qué  lástima  que  este  niño  no  haya  tenido  oportunidad  de  asistir  a  una  Escuela Dominical  para  oir  del  amor  de  Dios  y  de  la  obra  de  Jesucristo!  Si  instruimos  a  la niñez que nos rodea con las Sagradas Escrituras los resultados podrían ser otros. 
 
Jesucristo y los niños
  El  Señor  Jesucristo  dio  gran  importancia  a  los  pequeños.  Cuando  anduvo  entre los hombres dejó preceptos  y su ejemplo respecto a la obra de enseñarles la Palabra de Dios: 
     Dio gracias a Dios por lo que El había revelado a los niños. 1 
     Puso a un niño en medio de los discípulos como ejemplo de humildad. 2 
     Mandó a sus discípulos que dejasen a los niños llegar a él. 3 
     Mandó a Pedro que apacentase a sus corderos. 4
Dijo que los niños alaban al Señor. 5
     Tuvo compasión de las multitudes y empezó a enseñarles. 6
 
     Si no logras que sus culpas reconozca el pecador,
     Conducir los niños puedes al benigno Salvador.
 
2.  REQUISITOS PARA ENSEÑAR
 
  Para tal ministerio es necesario llenar los siguientes requisitos: 
A. Conversión a Dios
  Enseñar  las  cosas  de  Dios  es  privilegio  exclusivo  de  los  que  han  nacido  de nuevo. Nacer de nuevo quiere decir arrepentirse y confiar en el  Señor  Jesucristo  quien  murió  por  nuestros  pecados  en  la cruz.  El  que  no  es  salvo  está    cegado  espiritualmente  y  por lo  tanto  no  puede  conducir  a  otros  al  Señor  ni  entender  las cosas  de  Dios.  Jesucristo  dijo:  Si  el  ciego  guiare  al  ciego, ambos  caerán  en  el  hoyo.    1   San  Pablo  escribió  a  los corintios:  Pero  el  hombre  natural  no  percibe  las  cosas  que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura y no las puede entender. 2 
B. Buen testimonio
  Notemos  el  consejo  de  Pablo  a  Timoteo:  Procura  con  diligencia  presentarte  a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse. 3  El apóstol también pudo escribir sobre cuán santa, justa e irreprensiblemente él se había portado entre los creyentes.  4   Si  nuestra  vida  no  respalda  lo  que  enseñamos  nuestro  trabajo  será  en vano. 
C. Sinceridad
  Es indispensable que seamos sinceros y sin motivación indigna. Por ejemplo, uno no  debe  buscar  ser  maestro  para  lucirse  o  para  dejar  una  buena  impresión  ante  sus compañeros.  Despojémonos  de  todo  egoísmo.  Trabajemos  porque  el  amor  de  Cristo nos  constriñe.  5    Todo  lo  que  hacemos  debe  ser  hecho  de  corazón,  como  para  el Señor  y  no  para  los  hombres.  6   La  sinceridad  del  maestro  será  reconocida  por  los alumnos. 
    Da lo mejor al Maestro, ríndele fiel devoción;
     Sea su amor tan sublime el móvil de cada acción.
D. Aptitud para comunicar
   Capacidad  para  enseñar  y  estimular  el  aprendizaje  son  cualidades  necesarias. Cuando  uno  habla  sin  inspirar  o  motivar  a  sus  alumnos,  está  hablando  en  vano.  Es difícil  comunicar  lo  que  no  creemos  de  todo  corazón  y  lo  que  no  nos  llena  de entusiasmo. Pablo aconsejó a Timoteo a avivar el fuego del don de Dios que había en él. 7  Nos conviene a nosotros recibir este consejo. 
 E. Experiencia
   Es costumbre en algunas congregaciones responsabilizar de una clase a creyentes nuevos  cuando  los  tales  deben  estar  aprendiendo  en  una  clase  que  corresponda  a  su edad. En esas mismas iglesias puede haber hermanos de experiencia  y conocimiento que no tienen la responsabilidad de una clase cuando bien podrían tenerla. 
   En  algunas  Escuelas  Dominicales  los  maestros  nuevos  sirven  primero  como asistentes  a  los  de  mayor  experiencia.  Ellos  ayudan  oyendo  a  los  niños  decir  las porciones que aprenden de memoria, designando nuevos textos, manteniendo el orden y  dando  la  clase  de  vez  en  cuando.  Este  es  un  proceso  recomendable  con  tal  que  el maestro esté dispuesto a adiestrar a su ayudante y que éste esté dispuesto a aprender.
Así el ayudante podrá dar la clase solo cuando el maestro tenga que estar ausente. 
 F. Dedicación a la oración 
   El maestro sincero siente la necesidad de orar pidiendo al Señor: 
 —Por sí mismo, para que sea un obrero humilde, comprensivo, paciente y persistente con su clase. 
—Por su mensaje, para que el Señor le dé luz espiritual. Si no contrista al Espíritu, El puede guiarle a toda verdad. 8 
—Por sus discípulos, pidiendo la ayuda de Dios para llevar a cabo sus propósitos de conversión, crecimiento en la gracia, consagración al Señor y a su servicio, etc. Hay que orar por cada uno en particular porque la oración eficaz del justo puede mucho.9 
 G. Diligencia 
   Como maestros tenemos que estudiar cuidadosamente:
 1.  Nuestro  mensaje.  Es  preciso  escudriñar  las  Escrituras  y  preparar  la  lección  hasta que nuestra propia alma esté conmovida. El apóstol aconsejó a Timoteo: Ocúpate en la lectura. 10
 2. Nuestros alumnos. Hay que observar las costumbres, los anhelos, las capacidades y los hogares de cada uno de ellos. 
 3. Nuestros métodos de  enseñanza. Estos deben  ser interesantes  y efectivos. Aun el método que tiene mayor éxito se gasta con el tiempo. El maestro diligente nunca deja de  aprender  y  busca  siempre  los  métodos  que  resulten  en  mayor  beneficio  para  sus alumnos. 
 H. Responsabilidad 
 Puntualidad:  Sugerimos que el maestro llegue a la clase por lo menos diez minutos antes de la hora, si no está ocupado en el transporte de alumnos. Así podrá tener en orden  el  salón  y  su  material  didáctico  y  podrá  saludar  a  sus  alumnos  según  van llegando. 
 Cumplimiento:    En  ocasiones  cuando  tenga  que  ausentarse,  el  maestro  responsable busca un suplente y avisa con anticipación al superintendente. 
 I. Sacrificio
Un  espíritu  de  sacrificio  nos  conviene.  Nuestro  servicio  requiere  dedicación  de tiempo,  esfuerzo  en  oración  y  estudio,  y  el  estar  dispuestos  a  sacrificar  nuestros ahorros en bien de los muchachos. El amor se mide por el sacrificio. Cristo amó a la iglesia y se entregó a sí mismo por ella.  11  El maestro que ama a su clase la llevará en el corazón y estará dispuesto a sacrificarse para ganarla para Cristo y guiarla en los caminos del Señor. 
   Veamos la necesidad de dedicar nuestra mente entera a la preparación; dedicar el alma entera en la presentación; y dedicar la vida entera a la ilustración de la lección. 
     Que mi tiempo todo esté consagrado a tu loor, 
    Que mis labios al hablar hablen sólo de tu amor. 

 3.  EL ALUMNO 
 
  Nosotros los maestros no debemos perder de vista que el niño, en el proceso de desarrollo,  atraviesa  períodos  de  transición  que  afectan  profundamente  su comportamiento.  Si  deseamos  que  nuestra  enseñanza  sea  efectiva  consideremos  la edad  de  nuestros  alumnos  y  conozcamos  las  inclinaciones  propias  del  período  que atraviesan. 
 A. El primer período de la niñez (entre los 3-8 años) 
   Lo que sigue es característico del comportamiento del niño pequeño: 
 1.  Curiosidad.  El  niño  posee  una  curiosidad  natural  y  una  imaginación  activa.
Podremos captar su atención despertando su curiosidad y luego mantenerla apelando a su imaginación. 
 2. Inquietud. Los niños pequeños están acostumbrados a la actividad y para ellos es difícil  sentarse  quietos  durante  una  hora.  Es  aconsejable  variar  las  actividades  de  la clase con el fin de evitar monotonía y permitirles movimiento. 
 3. Credulidad. En vista  de que los niños están dispuestos a creer todo lo que se les dice, tengamos cuidado de presentarles lo puedan retenerla. 
 4.  Sensibilidad  y  sentido  de  culpa.
Debemos  recordar  que  cada  niño  tiene una  conciencia,  que    todavía  tiene  el corazón  tierno  y  que  después  hacer  lo malo  siente  profundamente  su  culpabi-lidad. El temor puede provocar en el niño el deseo de ser perdonado. 
 5. Anhelo de ser amado y aceptado. La parte espiritual que Dios ha puesto en el niño le hace sentir temor y culpabilidad y es capaz de conocer el perdón de Dios. Hay en cada niño, aun en el malcriado, el anhelo de ser amado y apreciado.

lunes, 15 de octubre de 2012

El Hijo de la Viuda: Lección para La Escuela Dominical


. Una Segunda Oportunidad

 Sucedió, después, que marchó a una ciudad ciudad llamada Naim, e iban con él sus discípulos y una gran muchedumbre. Al acercarse a la ciudad Jesús vio pasar por delante de él un cortejo que iba a enterrar al hijo único de una mujer viuda. Se le enterneció el corazón y se adelantó hasta ella, diciéndole:
    -No llores.
    Y llegando hasta los que portaban las parihuelas en las que llevaban el cadáver envuelto en una sábana, hizo un gesto para que se detuvieran y, tocando el cuerpo, dijo:
    -Muchacho, te lo digo yo, ¡levántate!
    Se incorporó el difunto y, comenzó a hablar. Lo tomó Jesús de la mano y lo entregó a su madre.
    Todos quedaron sobrecogido por la admiración y el temor, y glorificaban a Dios diciendo:
    -Un gran profeta ha aparecido en nuestros días- -Y añadían-: Dios ha visitado a su pueblo.
    La fama de este milagro corrió por toda Judea y por los países limítrofes.
    (Lucas 7, 11-17)
    (Texto adaptado por D. Samuel Valero. Editorial Alfredo Ortells, S.L. Valencia. página 188)

    SUGERENCIAS METODOLÓGICAS
    Objetivo.- Comprender que Jesús tiene compasión de los hombres.
    Contenido.- Compasión
    La compasión se enfoca en descubrir a las personas, sus necesidades y padecimientos, con una actitud permanente de servicio.
    Compadecerse es una forma de compartir y participar de los tropiezos materiales, personales y espirituales que aquejan a los demás, con el interés y la decisión de emprender acciones que les faciliten y ayuden a superar las condiciones adversas.
    Diariamente ocurren todo género de desgracias: las fuerzas naturales, la violencia entre los hombres y los accidentes. En casos tan lamentables la compasión nos mueve a realizar campañas, colectas o prestar servicios para apoyar en las labores de ayuda humanitaria.

    Actividades.-
   Hacer teatro leído con tres actores: el narrador, Jesús y la gente.
   Contestan a estas preguntas:
   a) ¿Quién murió en el pueblo de Naim?
   b) ¿Qué le dijo Jesús al difunto?
   c) ¿Cómo glorificaban a Dios la gente?
   d) ¿De quién podemos tener compasión nosotros?
   Algunos niños leen las contestaciones.
. biblias y miles de comentarios
 
Tipo de Archivo: PDF |  Idioma: Spanish | Categoría: Capacitación Ministerial
Información 
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