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domingo, 30 de octubre de 2022

DIOS NOS LLAMA A PREDICAR CON EXCELENCIA

PARA RECORDAR ... El que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6


PREDICAR CON EXCELENCIA
Proverbios 30:1–6, un pasaje que ha sido muy descuidado, pero que al mismo tiempo es notable, evoca nuestra necesidad de la Palabra de Dios:
    Palabras de Agur, hijo de Jaqué; la profecía
    que dijo el varón a Itiel.
    “Ciertamente más rudo
      soy yo que ninguno,
    ni tengo entendimiento de hombre.
      Yo ni aprendí sabiduría,
    ni conozco la ciencia del Santo.
      ¿Quién subió al cielo, y descendió?
    ¿Quién encerró los vientos en sus puños?
      ¿Quién ató las aguas en un paño?
    ¿Quién afirmó todos los términos de la tierra?
      ¿Cuál es su nombre, y el nombre de su hijo, si sabes?
      ¡Seguro que lo sabes!
    Toda palabra de Dios es limpia;
      Él es escudo a los que en él esperan.
    No añadas a sus palabras,
      para que no te reprenda, y seas hallado mentiroso”.
En este pasaje tan rico, que recompensa a la reflexión cuidadosa, Agur revela una profunda comprensión de sus límites como ser humano y el cansancio resultante (Prov 30:1) de tratar de vivir sin la Palabra de Dios. No importa lo brillantes e iluminados que podamos estar, no hemos subido al cielo ni hemos vuelto a bajar; no hemos recogido el viento ni atado las aguas en un paño; no hemos establecido los límites de la Tierra. En Eclesiastés, una metáfora común que el Predicador usa para la búsqueda autónoma y agotadora de la sabiduría es que es como “perseguir al viento” (véase, por ejemplo, Ec 2:26). El entendimiento humano y la sabiduría requieren una ayuda externa a la creación, del Santo (Pr 30:3), porque son creación, los humanos no son el Creador (Pr 30:4). Esto significa que la Palabra de Dios, que en hebreo significa literalmente “refinado” y que es, por lo tanto, pura y sin defectos (Pr 30:5), tiene un valor inestimable para la vida humana y el entendimiento en todas sus dimensiones.
En la actualidad, es difícil expresar la importancia de la Biblia como la Palabra de Dios tanto en la Iglesia como en el mundo. En medio de un resurgimiento global de la religión (no solo del cristianismo), el cansado Occidente continúa avanzando pesadamente por el camino del vacuo secularismo, como lo demuestra, por ejemplo, el nuevo ateísmo. En las profundidades de nuestro individualismo y cultura de consumo global, es un desafío para la imaginación el ver la gran necesidad que hay de la Palabra de Dios y su relevancia. En gran medida, la modernidad se basa en el deseo de marginar y eliminar a Dios de la dimensión pública de la vida, y además ha tenido éxito en su propósito, aunque no sin costo.
Dentro de los círculos más importantes de la misionología (el estudio de la misión), no llegó a consolidarse una crítica seria de la cultura occidental hasta después del Consejo Misionero Internacional en Tambaram, en 1938. Ahora, dos guerras mundiales y el holocausto hacen que sea imposible asumir que la cultura occidental es superior, fundamentalmente cristiana o incluso neutral. Los desastres y tragedias que afectaron a Occidente en el siglo XX, lo que, en algunas estimaciones, son las más brutales de la historia, afectaron a la Iglesia occidental en, al menos, dos formas principales. Por ejemplo, Walter E. Williams señaló en el año 2000 que “el siglo XX (…) será recordado por el progreso técnico sin precedentes, el avance del conocimiento y las mejoras en los estándares de vida. También será recordado como el siglo más brutal de la humanidad. Las guerras internacionales y civiles han producido un número de muertos de aproximadamente 50 millones de personas. Por más trágico que sea ese número, es pequeño en comparación con el número de personas asesinadas por su propio gobierno”. Por un lado, la estrecha asociación del cristianismo con Occidente significó que, como se evaluó y criticó a la cultura occidental, ocurriera lo mismo con el cristianismo. La cuestión de la singularidad de Jesús está en el corazón de la creencia cristiana, de ahí que muchas de las principales denominaciones abandonaran el firme compromiso de la “cuestión de la singularidad, suficiencia y finalidad de Jesucristo como el Señor y Salvador del mundo”3. Dentro de otros círculos cristianos y en la tradición evangélica, este compromiso se ha mantenido, pero con demasiada frecuencia acompañado de la pérdida de las dimensiones públicas y más amplias de la fe, que abarcan toda la creación, lo que conlleva que Jesús se afirme como salvador, pero no como salvador del mundo. Esto es lo que llamamos la “privatización de la religión”, en la cual la libertad de religión se tolera dentro de la esfera privada de nuestra vida, pero se mantiene fuera de las principales esferas públicas.                                                                                                                                                                El resultado es que, en el lado liberal del cristianismo occidental, nos quedamos con un “Evangelio” vacío que se alinea principalmente con la izquierda de nuestra cultura y es constitucionalmente incapaz de “enfrentar lo negativo y la implicación positiva de la confesión de Jesús como Señor”, es decir, permitir que el Evangelio dé forma y critique nuestra cultura occidental. Dentro del mundo evangélico, mantenemos el compromiso de que Jesús es el Señor, pero lo vemos principalmente como un salvador personal, por lo que tenemos poco que decir a un occidente que está en crisis, por no hablar del hemisferio sur.  De un modo bastante natural, y desgraciadamente, esta polarización se manifiesta en la predicación en las iglesias. En I Believe in Preaching, John Stott señala aspectos similares a los anteriormente mencionados. Señala que los liberales apuntan directamente a la vida contemporánea en su predicación. ¡Uno no siempre está seguro de dónde provienen los sermones! Recuerdo que hace algunos años participé en una reunión de teólogos prácticos de todo Reino Unido. Se nombraron a dos miembros para interpretar nuestras meditaciones de un modo general. Uno comentó que él pensó que estábamos de acuerdo en que la Biblia no debería estar sobre nosotros, sino a nuestro lado como si se tratara de un compañero de diálogo. Un profesor de hebreo y del Antiguo Testamento se atrevió a mostrar el hecho de que esta no era la opinión de todos nosotros. Claramente, si la Biblia se reduce a un compañero de diálogo, entonces no hay razón por la cual la predicación deba estar arraigada y fundamentada en las Escrituras. Si lo comparamos, los sermones evangélicos se originan en la Biblia, pero tienden a no estar dirigidos a ninguna parte en particular. Como dice Stott de la predicación evangélica:                                                                                 Si somos conservadores (…) y mantenemos la tradición histórica de la ortodoxia cristiana, vivimos en el lado bíblico del golfo. Ahí es donde nos sentimos cómodos y seguros. Creemos en la Biblia, amamos la Biblia, leemos la Biblia, estudiamos la Biblia y exponemos la Biblia. Pero, por otro lado, nuestra casa no está asentada en el mundo moderno (…). Si tuviera que dibujar un diagrama de la brecha existente entre estos dos mundos, y luego dibujar los sermones en el diagrama, tendría que dibujar una línea recta que comenzara en el mundo bíblico y luego se elevara en el aire en una trayectoria recta que nunca llegara a aterrizar en el otro lado. Porque nuestras predicaciones en raras ocasiones son terrenales. No logran construir un puente hacia el mundo moderno. Son bíblicas, pero no contemporáneas.                                                                                                                                                                                                                                        Stott caracteriza esta dicotomía entre la predicación liberal y la evangélica como una de las mayores tragedias de nuestros días:
Por un lado, tenemos a los conservadores que son bíblicos, pero no contemporáneos. Mientras que, por otro, los liberales y los radicales son contemporáneos, pero no bíblicos. Sin embargo ¿por qué hacemos esta polarización tan ingenua? Cada lado tiene razón para su preocupación, la primera de conservar la revelación de Dios, y la segunda de relacionarse de manera significativa con personas reales en el mundo real. ¿Por qué no podemos mezclarnos con las preocupaciones de los demás? ¿No es posible que los liberales aprendan de los conservadores sobre la necesidad de conservar los fundamentos históricos y bíblicos del cristianismo, y que los conservadores aprendan de los liberales la necesidad de relacionarse de un modo radical y relevante con el mundo real?
El análisis de Stott sobre la predicación evangélica ofrece una reflexión cercana sobre sus implicaciones. Los evangélicos se enorgullecen, comprensiblemente, de ser “los cristianos de la Biblia”, y es mérito suyo que tengan a la Biblia en tan alta estima. La modernidad, no solo a través de una gran cantidad de estudios bíblicos, ha apuntado una y otra vez a la fiabilidad de las Escrituras. Ya sea a través de la doctrina de la inerrancia o de la infalibilidad, en general, los evangélicos y otros cristianos ortodoxos se han mantenido firmes en la naturaleza totalmente confiable de la Biblia como las Sagradas Escrituras. En mi caso, fue durante los años en la Universidad de Oxford que me di cuenta de que había una brecha existente entre la naturaleza lógica de dichas doctrinas y la cuestión hermenéutica de cómo escuchar a Dios hablando con autoridad a través de las Escrituras. ¿Cómo escuchamos las Escrituras para que podamos predicar la Biblia con su valor al completo en el mundo de hoy?
Volviendo a la caracterización de Stott de la predicación evangélica, el área de aplicación es donde los problemas surgen con mayor claridad ya que, si el sermón no está dirigido a ningún lugar en particular, estará destinado a estrellarse. En la predicación, las posibilidades y el desafío de aplicación que se plantean se resumen en la frase “¡aterriza el avión!”. Debo esta metáfora de comparar un sermón con volar un avión tan sugerente a mi amigo, compañero y párroco, Ray David Glenn. Unos días antes del domingo, no es raro que conversemos sobre cómo aterrizar el texto sobre el que vamos a predicar en St. Georges el próximo domingo. A través de la oración, la reflexión y el arduo trabajo exegético, es posible que hayamos llegado a un entendimiento del texto, pero ¿cómo lo compartimos el domingo en nuestro contexto particular para que, a través de la predicación, escuchemos el mensaje que Dios tiene para nosotros hoy? ¿Cómo aterrizamos el avión cuyo cargamento es la palabra viva de Dios para que esté presente y, así, las congregaciones la reciban como tal?                                                                                                                                                                                                                 DESCARGAR                                                                                                                      ADQUIERALO AQUÍ.

martes, 24 de enero de 2017

Convertíos a MÍ con todo vuestro corazón, con ayuno y lloro y lamento. Rasgad vuestro corazón, y no vuestros vestidos, y convertíos a Jehová vuestro Dios

PARA RECORDAR ... El que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6




Tapar la boca para no comer

Tapar La Boca

  I.      Significados en Hebreo y Griego
    A.      Significados      1.      Hebreo - la palabra para ayuno en hebreo es ISUWM, que significa tapar la boca.      2.      Griego - la palabra para ayuno en griego es NESTIS, que significa no comer, abstenerse de comida.
    B.      Una mirada de cerca a estas definiciones      1.      “Tapar la Boca”      Esta frase significa más que simplemente abstinencia de la comida. Ayunar, taparse la boca, significa estar callado, observar cuanto silencio sea posible al mismo tiempo que uno se retiene de comer. Generalmente nuestras bocas son nuestro mayor problema. Nos metemos en problemas cuando hablamos demasiado, así como cuando comemos demasiado. Mientras menos hablamos, estaremos involucrados en menos necedades y pecados. Así que, cuando ayunamos, yo creo que el Señor quiere que nos tapemos la boca en ambos sentidos.           a.      Escrituras relacionadas a cómo nuestras bocas nos meten en problemas:             1.      Salmos 106:33 (Números 27:14)             2.      Eclesiastés 10:14             3.      Proverbios 10:19             4.      Santiago 3:2, 5, 6, 8           Debido a que nuestras palabras son poderosas, podemos poner en peligro nuestro tiempo de ayuno hablando necedades.
           b.      Exhortaciones Bíblicas para tapar nuestras bocas (dejar de hablar)             1.      Job 40:4             2.      Salmos 39:1             3.      Salmos 141:3–4             4.      Eclesiastés 5:1, 2, 6
           c.      Ejemplos de aquellos que abrieron sus bocas mientras ayunaban             1.      1 Reyes 13:1, 8, 9–31             2.      Lucas 18:9, 12–14             3.      Isaías 58:3–5           Dios no puede, ni bendecirá este tipo de actitud.
           d.      Exhortaciones del Señor para nosotros sobre nuestras bocas en relación al ayuno             1.      Isaías 58:9             2.      Mateo 6:16–18             3.      Joel 2:12–14
           El Señor no bendecirá a aquellos que van por todo lado diciendo a todos que están ayunando, o a aquellos que lo hacen por razones vanas. Deberíamos estar callados, ayunando delante del Señor. Dios quiere que nuestros corazones sean rasgados, no nuestros vestidos. Rasgar nuestros vestidos habla de algo religioso, o de hacerlo solo para impresionar a alguien. Taparse la boca habla de un silencio santo en el que caminamos mientras estamos ayunando. No quiere decir que no hablamos en absoluto, pero medimos cuidadosamente nuestras palabras, permaneciendo en el Espíritu.             4.      Joel 1:14             5.      Joel 2:15           Note que somos llamados a una asamblea solemne. La definición de solemne en el diccionario es “sobrio, serio o seriamente”.
           e.      Lo que deberíamos estar haciendo con nuestras bocas mientras ayunamos             1.      Hechos 13:2–3                  a.      Ministrando al Señor                  b.      Oración             2.      Esdras 8:23                  a.      Buscando a Dios             3.      Nehemías 1:4; Joel 2:12; Ester 4:3                  a.      Llorando                  b.      Lamentando             4.      Lucas 2:37–Hechos 14:23                  a.      Oraciones
           Todos los anteriores son aspectos espirituales, todos se relacionan en buscar a Dios. Mientras ayunamos no deberíamos estar involucrados en demasiada conversación innecesaria. Deberíamos estar delante del Señor. Así que, taparse la boca significa no comer, pero en otra dimensión, significa observar un silencio santo, refrenándose de vanas palabrerías.


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lunes, 18 de abril de 2016

Los profetas eran predicadores que comunicaron las palabras de Dios para transformar la manera de pensar y la conducta social de sus oyentes.

RECUERDA Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6




COMUNICARSE: UN ASUNTO MILENIAL

A todo el mundo le gustaría cambiar algo o transformar alguna política. A algunas personas no les gustan las clases a la mañana temprano, otros tienen terror de ir al dentista y la mayoría quisiera no tener que pagar tantos impuestos. 

¿Cómo se hace para cambiar estas experiencias desagradables? A un niño se lo puede advertir con un fuerte "¡NO!". 

La conducta incorrecta se puede corregir con un castigo apropiado. 
Pero ¿cómo hace uno para cambiar la manera en que los adultos o los gobiernos piensan y se comportan? Los empleadores pueden proveer entrenamiento laboral para aumentar la productividad u ofrecer incentivos monetarios para afectar la conducta de sus empleados. 

Un maestro puede motivar a los adultos en un contexto educacional ofreciendo una calificación por buen desempeño. Sin embargo, ¿cómo hace uno para producir un cambio en las creencias o actitudes de otra persona, cuando hay libertad para elegir entre dos o tres puntos de vista diferentes?

Podría parecer imposible lograr ciertos cambios, pero aun así la gente sí cambia un poco todo el tiempo. La mayor parte de las personas son afectadas de manera inconsciente por una multitud de presiones sutiles. 

Los cambios ocurren debido a presiones sociales tales como el deseo de aprobación, la necesidad psicológica de evitar el conflicto o en respuesta a una apelación emocional. 

La gente desea aprender mejores formas de satisfacer sus necesidades y está abierta a sugerencias que le sean presentadas de manera persuasiva. Las innovaciones tecnológicas se aceptan con rapidez porque facilitan la vida, pero los hábitos son más difíciles de cambiar.

La persuasión fue una de las herramientas clave que los profetas del Antiguo Testamento usaron para transformar la manera de actuar de la gente. 

Al comunicarse en forma oral con sus audiencias, motivaron a algunos a reconsiderar la forma en que pensaban acerca de ellos mismos, de Dios y de su relación con Dios y con los demás. Si ellos cambiaban su manera de pensar (se arrepentían), Dios restauraría su relación con ellos. Si el pueblo abandonaba las costumbres de las naciones y seguía los caminos de Dios, el pacto con Él seguiría.

El papel de la comunicación: 

La comunicación profética
Los profetas oficiaron como voceros de Dios (Ex. 7:1-2; Jer. 1:4-10), así que el papel principal era comunicar a otros las palabras de Dios. Como mensajeros de Dios, no estaban interesados en simplemente declarar la verdad. Su propósito iba mucho más allá de la meta de tan solo repetir lo que oían.

Los profetas eran predicadores que comunicaron las palabras de Dios para transformar la manera de pensar y la conducta social de sus oyentes. No se preocuparon principalmente en escribir un registro de un período histórico, una cartilla escatológica de eventos futuros ni una presentación sistemática de su teología. 

Eran personas reales que intentaron comunicar mensajes urgentes a sus amigos e incluso a algunos enemigos. 

Persuadieron a las personas a mirar la vida de una manera radicalmente diferente (Jer. 3:6-13). Ofrecieron esperanza a los desesperanzados y una evaluación realista de las debilidades del pueblo a los orgullosos líderes militares de la nación (Amós 6:1-14). Animaron a las personas a mirarse a sí mismas desde la perspectiva de Dios y a no conformarse a la perspectiva política prevaleciente en ese tiempo, debido a las presiones sociales. Exhortaron a las personas a dejar de lado sus antiguas formas de actuar, a hacer un juramento de cambio y a transformar su vida abriendo un nuevo surco (Jer. 4:1-4).

Modelos de comunicación
La comunicación es el proceso continuo por el cual una persona que actúa como emisor transmite a un receptor un mensaje deseado, a los efectos de obtener una respuesta de parte del que escucha.

                    


Como la gente tiene personalidades, experiencias de vida y percepciones del mundo que les son únicas, las dinámicas de comunicación varían de una conversación a otra. Este proceso de comunicación de tres pasos (emitir-recibir-responder) se lleva a cabo a lo largo de un período de tiempo y a través de una serie de eventos. Burke imagina una conversación completa como si fuera un drama con actos, escenas, agentes, agencia y propósito. Ya que la mayor parte de las comunicaciones incluye una serie de interacciones entre dos personas, un modelo helicoidal ilustra la dinámica de la comunicación.

Modelo helicoidal de comunicación



Estos modelos de comunicación diagraman algunas características regulares de la conversación, pero la mayoría de las personas también ha experimentado la dinámica impredecible de la comunicación. Una mujer que usted no conoce, puede decirle: "¡Cuidado con el carro!" 

Usted puede oír estas palabras, pero no estar seguro de si ella le está hablando a usted. Usted vuelve a mirar y se da cuenta de que lo está mirando y a la vez señala con desesperación hacia su izquierda. Recién ahí usted toma conciencia de que ella está tratando de advertirlo de un peligro. En seguida usted reacciona y evita el automóvil que, de repente, comenzó a dar marcha atrás en su dirección. Luego, le agradece a la mujer.

El proceso solo tomó segundos, pero incluyó la transmisión de una idea significativa a través de palabras y gestos, de modo que el receptor pudo entender la advertencia y actuar. Si usted hubiera continuado pensando que la extraña le estaba hablando a alguna otra persona, la comunicación no hubiera ocurrido. Si usted hubiera entendido que las palabras eran: "¡Cuidado con el barro!", hubiera habido una comunicación equivocada.

La comunicación exitosa incluye la recepción de la idea que el emisor quiere transmitir. Los sonidos y los gestos conllevan un significado que se intenta transmitir, que puede ser interpretado correctamente o no. 

Si el mensaje no tiene sentido para el que lo escucha o si se interpreta como algo que no es, se produce un quiebre en la comunicación. Las barreras para la comunicación podrían incluir: ruidos que distorsionan o interrumpen el mensaje, ignorancia acerca del tópico o actitudes preconcebidas acerca del que habla. Un discurso pobremente estructurado, afirmaciones sin respaldo o conclusiones exageradas también pueden interferir con una comunicación efectiva de ideas.

La comunicación teológica
La teoría de la comunicación no considera la dimensión teológica en este proceso, pero sí provee un examen útil de la interacción humana. Debe agregarse el factor divino al paradigma de la comunicación, ya que tanto Dios como el mensajero juegan papeles clave para convencer a los oyentes que cambien su manera de pensar. 

Los mensajeros no pueden controlar ni limitar la obra de Dios, pero necesitan ser conscientes de los factores humanos que influyen en una buena comunicación. Esto complementará la obra de Dios en la mente del oyente, en lugar de desanimarla.
Cuando los factores divinos se insertan en las dos puntas de esta estructura de comunicación, se define un modelo más completo del discurso profético. 

El impacto del poder trascendente sobre el proceso de comunicación es difícil de cuantificar, pero el texto profético insiste en el papel que juega Dios en la comunicación (Miq. 3:8; Ezeq. 11:5).


Los profetas transmitieron el mensaje de Dios a sus audiencias para obtener una respuesta. Una vez que el oyente decodificaba estas palabras (reproduciendo el significado exacto del que hablaba), la influencia de Dios obraba en la mente del receptor para producir convicción y deseo de actuar. La audiencia puede escoger responder a la persuasión humana y a la obra divina ya sea en forma positiva, neutral o negativa.
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jueves, 31 de marzo de 2016

Sepulcro abierto es su garganta; con su lengua engañan. Hay veneno de serpiente debajo de sus labios; su boca está llena de maldiciones y amargura

RECUERDA Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6




Enseñamos en la congregación bien preparados
Ningún hombre es justo
Romanos 3:9-20
9 ¿Qué, pues? ¿Les llevamos alguna ventaja? Claro que no; porque ya hemos acusado tanto a judíos como a gentiles, diciendo que todos están bajo pecado, 10 como está escrito: 
  No hay justo ni aun uno; 
  11 no hay quien entienda, 
  no hay quien busque a Dios. 
  12 Todos se apartaron, 
  a una fueron hechos inútiles; 
  no hay quien haga lo bueno, 
  no hay ni siquiera uno. 
  13 Sepulcro abierto es su garganta; 
  con su lengua engañan. 
  Hay veneno de serpiente 
  debajo de sus labios; 
  14 su boca está llena 
  de maldiciones y amargura. 
  15 Sus pies son veloces 
  para derramar sangre; 
  16 hay ruina y miseria 
  en sus caminos. 
  17 No conocieron el camino de paz; 
  18 no hay temor de Dios 
  delante de sus ojos. 
19 Pero sabemos que todo lo que dice la ley, lo dice a los que están bajo la ley, para que toda boca se cierre, y todo el mundo esté bajo juicio ante Dios. 20 Porque por las obras de la ley nadie  será justificado delante de él; pues por medio de la ley viene el reconocimiento del pecado. 

La maldad del hombre: Alejados de Dios


El pecado y la culpabilidad en todos Juan 3:9–20
Pablo termina la primera gran sección de la carta en la que ha demostrado que todos los hombres son pecadores, tanto judíos como gentiles. El mensaje de salvación tiene sentido solamente si el hombre está perdido. Mediante una serie de citas de las Escrituras Pablo demostrará que la declaración de la universalidad del pecado no es sólo una opinión personal; es el veredicto de la Palabra de Dios.

El capítulo 3 empieza con la pregunta si hay ventaja en ser judío. En respuesta Pablo dice que sí hay mucha ventaja (Romanos 3:2). Ahora, versículo 9, vuelve a hacer la pregunta y la respuesta es que no hay ventaja. Pueden parecer respuestas contradictorias, pero no lo son. Hay mucha ventaja en términos de los privilegios de los judíos. Pero la ventaja no fue aprovechada, de modo que al fin de cuentas los privilegios de los judíos no les servirán en el juicio para evitar el castigo de Dios. Más bien, significarán un juicio más severo. De modo que todos [sin excepción alguna] están bajo pecado, esto es, bajo su poder, su dominio. El pecado se personifica; es un amo que tiene al hombre bajo su autoridad.

En los Romanos 3:10–18 Pablo incluye una cadena de citas al estilo rabínico aunque sin la repetición de la expresión “como está escrito” entre cita y cita. Los rabinos daban a esta práctica un nombre que sugiere el acto de enhebrar perlas en un hilo. Hay tres estrofas: vv. 10–12, 13, 14, 15–18. La expresión no hay que aparece cinco veces en la primera estrofa y una vez al final (v. 18) expresa el tema central, la universalidad del pecado. Posiblemente esta cadena de citas ya estaba en uso en la liturgia cristiana y Pablo simplemente hace uso de ella. De cualquier manera, es muy apropiada aquí.

La primera cita está tomada, con una ligera adaptación, del pasaje que aparece en el Salmo 14:1–3 y en el Salmo 53:1–3, aunque dos de las frases parecen reflejar al pasaje de Eclesiastés 7:20. La primera estrofa empieza y termina con la categórica afirmación de la pecaminosidad sin excepción de los hombres. La insensatez de la elección del pecado se explica en términos de falta de comprensión y falta de búsqueda de Dios (v. 11). 

Los hombres se desviaron del camino correcto y moralmente fracasaron (v. 12). El sentido del término traducido fueron hechos inútiles es echarse a perder, así como la leche. La esterilidad de los intentos del hombre en sus esfuerzos ético-morales está subrayada en la declaración de que no hay ni siquiera una sola excepción del cuadro presentado (v. 12). La partícula negativa aparece dos veces en cada versículo de esta estrofa, un total de seis veces; el efecto es remarcar que el patrón de pecado no admite excepción alguna. Se ha dicho que todo el curso de la historia confirma esta conclusión sombría.

La ley
Romanos 3:9-24
  1.      Declaración de la ley: somos pecadores (vv. 9-19).
  2.      Propósito de la ley: darnos el conocimiento del pecado (v. 20).
  3.      Provisión más allá de la ley: justicia en Cristo (vv. 21-24).


La segunda estrofa de la cadena de citas (vv. 13, 14) enfoca la atención en el carácter corrupto del pecador y el énfasis está en pecados asociados con el habla. Se debe notar las referencias a la garganta, la lengua, los labios (v. 13) y la boca (v. 14), órganos asociados con el hablar. 

La primera cita es de la segunda parte del Salmo 5:9. La garganta como sepulcro abierto puede referirse al hablar del pecador como fuente de impureza y corrupción. Su boca es como un sepulcro que despide olores desagradables, figura muy apta en una cultura que depositaba los cadáveres en cuevas cerradas con una piedra. Una sepultura mal cerrada o violada podría despedir olores repugnantes. 

Pero sepulcro abierto también puede referirse a las intenciones destructivas del pecador en el uso de la lengua; quieren devorar a sus víctimas. Engañan expresa la idea de traición en el uso de la lengua. En el caso de esta gente la falsedad no es ocasional; es lo que caracteriza su hablar (engañan de continuo, BLA).

La segunda cita es del Salmo 140:3 y caracteriza el mortífero poder destructivo latente en las palabras del pecador. Es interesante notar que se señala la ubicación correcta de las glándulas productoras del veneno en la víbora. La cita que sigue es del Salmo 10:7. Al caracterizar su boca como llena de maldiciones y amarguras, el Apóstol indica la abundancia de estas expresiones. La experiencia humana confirma que la descripción del habla del hombre como caracterizada por imprecaciones y disgusto se ajusta a la realidad.

La tercera estrofa enfoca la atención en la violencia y la destrucción en la vida del pecador. Los versículos 15–17 constituyen una cita resumida de Isaías 59:7, 8. Los versículos anteriores se refieren a órganos que tienen que ver con el hablar (garganta, lengua, labios, boca). Ahora Pablo se refiere a los pies para indicar que su conducta está de acuerdo con su habla. Derramar sangre señala el homicidio. Al decir que los pies son veloces para derramar sangre, se indica el ánimo dispuesto para hacerlo, la ansiedad por hacerlo. 

Esta disposición para la violencia trae consecuencias ruina y miseria, en la vida propia o en la vida de las víctimas. La violencia parece traer lujos y privilegios, pero su fin es una vida miserable. La ruina y la miseria inevitablemente forman parte de su existencia. No son consecuencias casuales o pasajeras, sino características constantes, la norma inevitable. El camino de paz, el otro camino, el otro estilo de vida, es totalmente extraño para ellos. Lo desconocen. Han cambiado el camino de paz por el camino de la miseria. ¡Qué mal negocio!

La última cita es del Salmo 36:1: En el contexto bíblico el temor de Dios es el principio de la sabiduría (Prov. 1:7). Se ha dicho que a esta gente le falta no solamente la sabiduría, sino el punto de partida para lograrla. Jamás tienen presente que hay que temer a Dios (DHH). Aquí está la raíz de sus malos dichos y sus malas acciones. La raíz misma de todo su pecado es la falta de temor a Dios.

En primera instancia, la referencia a no tener el temor de Dios delante de sus ojos (comp. garganta, lengua, labios, boca y pies en los versículos anteriores) parece extraña. Para explicar la expresión se ha observado que es por los ojos que el hombre dirige sus pasos. De modo que declarar que no hay temor de Dios ante sus ojos es una forma metafórica para decir que el temor de Dios no influye en la dirección de su vida. No toman en cuenta a Dios para nada. 

El hombre así descrito es un ateo en el sentido práctico, si no lo es en el sentido teórico. También se puede notar que lo que está delante de los ojos es lo que está en el centro de nuestra atención. La ausencia del temor de Dios significa que él está excluido de nuestra atención y reflexión, si no de todo el horizonte de nuestra vida. Decir que no hay temor de Dios delante de los ojos del pecador equivale a decir que Dios no está en sus pensamientos.

Pablo ha terminado (v. 19a) la serie de citas del AT destinadas a comprobar su acusación de la culpabilidad de todos sin excepción. En el proceso de hacerlo, ha vuelto a pintar el cuadro negro de la situación moral de la raza humana presentado en Romanos 1:18–32. Aunque la forma del argumento es otra y los términos son diferentes, el cuadro es el mismo. Ahora él está listo para concluir la primera gran sección de la carta.

Al referirse a lo que dice la ley, Pablo aparentemente tiene en mente la serie de citas en los versículos 10–18. Estas no están tomadas del Pentateuco, la primera división del AT llamada por los judíos “la ley”, sino de Isaías y los Salmos, libros de la segunda y tercera división de la Biblia hebrea, divisiones llamadas respectivamente por los judíos “los profetas” y “los escritos”. Por lo tanto, parece claro que por el término “ley” en este caso Pablo se refiere a todo el AT.

Dos términos diferentes con sentidos distintos están traducidos dice en el versículo. El segundo término traducido como dice significa propiamente “habla”. Desde la perspectiva bíblica las Escrituras no son letra muerta sino palabra “viva y eficaz” (Heb. 4:12) capaz de penetrar en lo más profundo del que la lee o la escucha y desnudar sus pensamientos más íntimos. La Palabra habla a los hombres.

Semillero homilético
Diagnóstico médico de una vieja enfermedad
Romanos 3:19-28
  I.      Un diagnóstico antiguo: la vida bajo la ley.
    1.      Los síntomas: acusación, excusas, usar la ley para la justificación, medir el                  comportamiento de los demás.
    2.      La infección: la herejía de los fariseos, los corazones entregados a la ley.
    3.      El resultado: la prognosis es eterna perdición.

  II.      Una nueva prognosis: la vida en Cristo.
    1.      Sanidad: Cristo nos alcanza en la enfermedad y la lleva sobre sí.
    2.      Sanando la infección: recibimos la justicia.
    3.      Nuevos síntomas: libres.


El AT, en lo que dice, habla a los que están bajo la ley. Más precisamente el texto se refiere a “los que están en la ley”. En Romanos 6:14, 15 Pablo usa una preposición diferente y la frase es bien traducida como bajo la ley, pero allí el pensamiento es otro. La preposición usada aquí es la misma de Romanos 2:12 donde la RVA entiende que se refiere a los que tienen la ley (comp. Romanos 2:14 donde la frase se aclara mediante su opuesto, “los gentiles que no tienen la ley”). El término ley en la primera frase del versículo se refería a las Escrituras, pero aquí parece claro que se refiere a los mandamientos. Los judíos que tienen los mandamientos viven en la esfera donde éstos son aplicables.

Se puede preguntar cómo Pablo puede declarar que en todo lo que dice, el AT se dirige a los judíos. De hecho, hay porciones de las Escrituras dirigidas a los gentiles. 

El pensamiento parece ser que, aun en las partes dirigidas a los paganos, el mensaje está destinado en primera instancia a los judíos. Es para su provecho. De modo que, lejos de imaginarse excluidos de la condenación del pecado humano en el AT, debía haberse dado cuenta de que era aplicable en primera instancia a ellos mismos.

La expresión todo el mundo (v. 19b) ha llevado a algunos comentaristas a pensar que Pablo no se había limitado a los judíos cuando hablaba de los que están en la ley. Pero aparentemente la idea de él es que al demostrar que los judíos están comprendidos en la condenación de la humanidad queda claro que no hay excepciones y que todos están bajo pecado (Romanos 3:9). Si los judíos que tenían la ley están condenados, no puede haber duda de la condenación de los paganos. El texto sugiere el cuadro de un acusado que al tener la oportunidad de hablar en su defensa se queda mudo por el peso de la evidencia en su contra. El hombre está ante el tribunal de Dios; su culpabilidad ha sido demostrada más allá de cualquier duda posible; él espera sin palabras la condenación del juez.

La primera frase del versículo 20 es un reflejo de las palabras del Salmo 143:2. Ningún ser humano será declarado libre de culpa por su obediencia a lo que Dios exige. La razón es que no existe en el ser humano esta perfecta obediencia que merecería la aprobación de Dios. La función efectiva de la ley no es ser medio de justificación sino de conciencia de pecado. La ley es la regla que comprueba lo torcido de la vida del ser humano.

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martes, 22 de marzo de 2016

Todos los reinos de la tierra me han sido dados por YHVH, Dios de los cielos, y Él mismo me ha encomendado que le construya Casa en Jerusalem, que está en Judá. Quien de entre vosotros pertenezca a su pueblo, sea su Dios con él

RECUERDA Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6






Nos preparamos para enseñar en la Congregación

Regreso del cautiverio
Esdras 1:1.11

1      Y en el año primero de Ciro rey de Persia, para que se cumpliera la palabra de YHVH           por boca de Jeremías, YHVH despertó el espíritu de Ciro rey de Persia para que se             proclamara en todo el reino por pregón y por escrito, diciendo:
2      Así dice Ciro rey de Persia: Todos los reinos de la tierra me han sido dados por YHVH,         Dios de los cielos, y Él mismo me ha encomendado que le construya Casa en                       Jerusalem, que está en Judá.
3      Quien de entre vosotros pertenezca a su pueblo, sea su Dios con él y suba a                         Jerusalem, que está en Judá, y construya la Casa de YHVH, el Dios de Israel, que es           Ha-’Elohim, el cual está en Jerusalem.
4      Y a todo el que haya quedado, en cualquier lugar donde viva, que lo ayuden sus                   vecinos con plata y con oro, y con bienes y ganado, además de las ofrendas                         voluntarias para la Casa de Dios que está en Jerusalem.
5      Entonces se levantaron los cabezas de familia de Judá y Benjamín, los sacerdotes y             los levitas, todos aquellos cuyo espíritu había despertado Ha-’Elohim para que                     subieran a reconstruir la Casa de YHVH que está en Jerusalem.
6      Y todos sus vecinos los ayudaron con objetos de plata, con oro, con bienes y ganado y         cosas preciosas, aparte de las ofrendas voluntarias.
7      También el rey Ciro hizo sacar los utensilios de la Casa de YHVH que Nabucodonosor         había hecho sacar de Jerusalem y colocado en el templo de sus dioses.
8      Los hizo traer pues Ciro rey de Persia, por medio del tesorero Mitrídates, quien los               consignó en mano de Sesbasar, el príncipe de Judá.
9      Y esta fue su cuenta: treinta tazones de oro, mil tazones de plata, veintinueve                       cuchillos,
10      treinta tazas de oro, cuatrocientas diez tazas de plata de otra clase, y otros mil                   utensilios.
11      Todos los utensilios de oro y de plata fueron cinco mil cuatrocientos; todo lo                         transportó Sesbasar cuando los del cautiverio regresaron de Babilonia a Jerusalem.

Principios del regreso del cautiverio
La historia del regreso y la reconstrucción del templo. Antes de la época y ministerio de Esdras, 1:1—6:22

Esta primera parte del libro de Esdras comprende el material de los primeros seis capítulos y cubre un período de sólo 22 años, desde el edicto de Ciro cuando proclamó su edicto a favor de los judíos (538 a. de J.C.) hasta la dedicación del templo reconstruido durante el reinado de Darío I (probablemente 516 a. de J.C.). 
Ya sea que el autor del libro haya sido Esdras mismo o el “cronista”, se ha de sobrentender que su relato en esta parte se basó en información de segunda mano, ya fuera de documentos antiguos (como los edictos), la tradición oral de sus antepasados o una combinación de ambos.
Semillero homilético
Cuando Jehovah habla
1:1–4; Isa. 44:24–45:7
Introducción: 
A través de todos los tiempos ha habido hombres y mujeres que han creído y actuado como si ellos fueran dioses; han tenido una idea elevada de sí mismos, en cuanto a su estima propia. 
Ciro creía que él era el rey soberano, pero tuvo que aprender que Jehovah es el único Rey soberano. Cuando Jehovah habló por medio de Ciro se cumplió ¡la voluntad de Jehovah! Cuando Jehovah habla:
I.     El ser humano oye: Jehovah escogió a Ciro como su servidor.
1.     A los hombres del pasado les ha hablado muchas      veces.
(1)     “Para que se cumpliese la palabra de Jehovah…, Jehovah despertó el espíritu de Ciro, rey de Persia” (v. 1).
(2)     “Soy quien dice de Ciro: ‘Él es mi pastor’. Él cumplirá todo mi deseo al decir de Jerusalén: ‘Sea edificada’, y del templo: ‘Sean puestos tus cimientos’ ” (Isa. 44:28).
(3)     “Así ha dicho Jehovah a su ungido, a Ciro” (Isa. 45:1).

II.     El ser humano actúa: Ciro cumplió la voluntad de Jehovah.
1.     Ciro “hizo pregonar por todo su reino, oralmente y por escrito”, un decreto garantizando la libertad de Israel de la esclavitud y su regreso a la tierra prometida, (vv. 1, 2).
2.     Jehovah tomó a Ciro “por su mano derecha para sojuzgar a las naciones delante de él” (Isa. 45:1).
3.     Jehovah declaró a Ciro: “Yo te ciño, aunque tú no me conoces” (Isa. 45:5).

III.     El pueblo de Jehovah es redimido.
1.     El decreto de Ciro anunció el regreso de Israel a Jerusalén y la reconstrucción del templo, (vv. 2–4).
2.     Jehovah se identificó como el “Redentor” de Israel (Isa. 44:24), y proclamó que era él quien “hace todas estas cosas” (Isa. 45:7).
Conclusión: 
Podemos confiar que el Señor va a hablar, y eso significa que nosotros debemos oírlo y obedecerlo.
1. En el ocaso del cautiverio babilónico, Esdras 1:1–11
El cuándo y cómo el pueblo hebreo vio un nuevo amanecer, en cuanto a su situación sociopolítica en Babilonia, está relatado en este primer capítulo. El ocaso del cautiverio babilónico se vislumbra desde el momento en que Ciro favorece al pueblo judío con la proclama de que son libres para retornar a su tierra, si así lo desean.

(1) El decreto de Ciro, Esdras 1:1–4. Los primeros cuatro versículos del libro de Esdras son una repetición de los últimos dos versículos de 2 Crónicas (2 Crón. 36:22, 23), lo cual parece ser el resultado del trabajo de algún editor. 

Pero lo más importante en esta sección es notar el interés del escritor bíblico por subrayar el hecho de que la Palabra de Dios se había cumplido a cabalidad, tal como el profeta Jeremías la expresara (Jer. 25:11, 12; 29:10).

Desde el año 605 a. de J.C., cuando Nabucodonosor sometió primero a Joacim y a Judá (el reino del sur) bajo el control babilónico, hasta alrededor de 538–536 a. de J.C. que fue el primer año de Ciro, rey de Persia (como soberano sobre Babilonia), parecía completar el tiempo estipulado por Dios para su castigo contra su pueblo; a menos que el número 70 sólo sea algo simbólico relacionado con la idea de un tiempo completo, y no necesariamente una computación de años (cf. Isa. 23:15–17 donde la misma sentencia y promesa se imparte a Tiro). Ahora, Dios mismo usaría los medios precisos para regresar a su gente a Jerusalén.

Lo primero que se señala es que Jehovah despertó el espíritu de Ciro. Una expresión que no sólo permite apreciar la soberanía de Dios sobre todo reino y dominio, sino que también señala el cumplimiento de su Palabra (Isa. 45:1–7). Fue el Señor quien motivó (inspiró) a Ciro para facilitar el regreso de los judíos a Jerusalén.

Los versículos 2–4 (cf. 6:3–5) bien pueden ser la expresión de un decreto más general de Ciro a favor de todas las razas o naciones que los babilonios tenían cautivos. Pero el escritor bíblico lo apropia al pueblo judío de manera directa: que su Dios sea con él, y suba a Jerusalén, que está en Judá

Realmente, no se sabe si este fue el decreto original, si sólo se reproduce una parte del mismo, o si era una versión oral del decreto tal como se había conservado a través de los años. Se pudiera pensar que este era un movimiento político del nuevo monarca para congraciarse con los judíos cautivos y asegurar su lealtad, aun cuando regresaran a su propia tierra. 

O quizá sea un fiel reflejo de la influencia religiosa que los judíos tuvieron, y que les dio la oportunidad de ocupar puestos de importancia en el gobierno de esos pueblos. Por otro lado, bien se puede pensar que algunos de estos hombres fieles ayudaran en la redacción del documento. De ahí su tono y expresión piadosos.

Lo que sí es obvio es el propósito religioso del autor del libro de Esdras. El pueblo regresaría a Jerusalén con la misión específica de reconstruir el templo.
Verdades prácticas
Jehovah es soberano (1:1, 2)
Jehovah actúa en la historia: 
“En el primer año de Ciro, rey de Persia”. Jehovah controla a los reyes: “Jehovah despertó el espíritu de Ciro”. Ver Prov. 21:1: “Como una corriente de agua es el corazón del rey en la mano de Jehovah, quien lo conduce a todo lo que quiere”.

Jehovah demuestra su soberanía cumpliendo su palabra: 
“para que se cumpliese la palabra de Jehovah”. Jehovah habla a través de hombres piadosos: “por boca de Jeremías” (ver Jer. 25:12–14; 29:10). Jehovah habla y actúa por medio de los no creyentes (v. 2).
Dios es omnipotente
Él puede hacer todo lo que quiere. 
Salmo 33:9: “Porque él dijo, y fue hecho; el mandó, y existió”. Salmo 115:3: “¡Nuestro Dios está en los cielos! ¡Ha hecho todo lo que ha querido!”. Mateo 19:26: “Jesús los miró y les dijo: ‘Para los hombres esto es imposible, pero para Dios todo es posible’ ”.

El poder de Dios se ve más en sus acciones que en un discurso de palabras. 
El poder de Dios siempre se manifiesta con un propósito específico, definido y según la voluntad de Dios. Siempre en la palabra de Dios hay un enlace entre el poder de Dios y su propósito de redención.
Dios: Luz en las tinieblas
En un país latinoamericano hubo una campaña evangelística en un vecindario donde se practicaba mucho la brujería. 

Algunos estudiantes del Seminario local colaboraron en un gran esfuerzo para ganar para el Señor a la gente de esa urbanización. Había una familia de brujos que era muy respetada por la gente en esa comunidad. 

El Señor utilizó a esos estudiantes para ganar a esta familia de brujos para su reino glorioso. Esta familia hizo un gran montón de todas las herramientas que usaban en la brujería, y las quemaron. 

Esta acción valiente y decidida causó asombro entre los vecinos de la comunidad. Pero no sólo hicieron eso, sino que los nuevos creyentes transformaron su antigua casa dedicada a la brujería en un templo para adorar a Dios. Allí formaron una misión evangélica y comenzaron a testificar de la soberanía de Dios. 

Se vio la verdad de Juan 1:5: “La luz resplandece en las tinieblas, y las tinieblas no la vencieron”.

(2) Preparación para el retorno, Esdras 1:5–11
Los primeros en responder a esta oportunidad fueron los líderes, “los jefes de las casas paternas”. La idea que transmite esta frase es la constitución de clanes, probablemente una alusión a la manera como estaban constituidos los judíos mientras permanecieron en el cautiverio en Babilonia. 

Judá y Benjamín fueron consideradas por los escritores bíblicos como las tribus que permanecieron fieles a la casa de David, y las cuales también habían constituido el reino del sur (Judá). De esta manera, sus descendientes fueron considerados como el remanente. “Los sacerdotes y los levitas” también respondieron. 

Con el desarrollo de los eventos posteriores ésta será una muestra de que el espíritu religioso del pueblo de Dios no había sido opacado con el cautiverio. Por el contrario, quizá había sido purificado en algunos aspectos. A éstos el espíritu de Dios despertó, los impulsó para desear regresar a Jerusalén y reconstruir el templo del Señor.

Parece ser que una práctica muy común en los tiempos antiguos cuando se conquistaba a una raza o nación era llevarse “cautivos” a los “dioses” o ídolos. De esa manera, la derrota era más rotunda. Pero la gente, hasta cierto punto, permanecía más conforme en el lugar de su cautiverio. 

Siendo que los judíos no tenían una imagen de Jehovah, los babilonios se habían llevado todos los tesoros que encontraron en el templo (2 Cró. 36:18, 19). Ahora se les permite regresar a algunos de ellos; además se les dio la opción de conseguir “ofrendas voluntarias”, probablemente de los judíos que deseaban quedarse en Babilonia u otros simpatizantes deseosos de ayudar; o simplemente en respuesta al decreto del rey (v. 4).

Un recuento más preciso de lo que en principio fue devuelto a los judíos está expresado en los vv. 9–11 (cf. 7:19b). Todo esto fue puesto en las manos de Sesbasar, dirigente de Judá, quien pudo haber sido el principal dirigente de los judíos durante el cautiverio. Algunos comentaristas lo identifican con Senazar, uno de los hijos de Joaquím (Jeconías, 1 Cró. 3:18). De ser así, su título tenía connotaciones reales. Otros sugieren que Sesbasar probablemente sólo es otro nombre para Zorobabel (cf. 3:8; 5:2, 16). 
Hay que recordar que a muchos judíos se les cambió su nombre cuando arribaron a Babilonia, como en el caso de Daniel y sus amigos (Dan. 1:6, 7). La nota final en este párrafo introductorio es que Sesbasar llevó todo esto cuando los del cautiverio regresaron de Babilonia a Jerusalén
Por supuesto, ésta ha de entenderse como una referencia al primer grupo que regresó a Jerusalén, como más adelante se puede observar. No todo el pueblo hebreo estuvo dispuesto a regresar a su patria desde el primer momento. Algunos quizá nunca regresaron.
Semillero homilético
El liderazgo: La base del poder de Dios
Esdras 1:5–8
Introducción: 
Lo esencial en el movimiento de Dios entre su pueblo es un grupo de líderes obedientes. Cuando la gente ve la fidelidad y la obediencia de sus líderes, la gente sigue. Esto se puede observar en el impacto que los líderes tuvieron en el regreso de los israelitas a Jerusalén.
I.     Los líderes obedecieron al Señor cuando él los “despertó para subir a edificar la casa de Jehovah que está en Jerusalén”, v. 5.
II.     Después de la acción de obediencia de los líderes, “Todos los que estaban en los alrededores les ayudaron…”, v. 6.
III.     Finalmente, el rey Ciro los ayudó devolviéndoles los utensilios que eran de la casa de Jehovah y que “Nabucodonosor había sacado de Jerusalén”, vv. 7, 8.
Conclusión: 
Los líderes escogidos y equipados espiritualmente por Dios deben también oír y obedecer la voz de Dios con la confianza de que la gente los seguirá.

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